Capítulo 12.

2.1K 98 4
                                    

 -Claro, me quedaré.

En eso fui a la cocina a preparar algo sencillo que no me llevará mucho tiempo.

-¿Te apetece algo en especial? –le pregunte.

-No, lo que hagas está bien.

Decidí preparar algo de pasta y mientras esta se cocía fui al salón con Brad que estaba muy entretenido viendo la colección cinematográfica que Conor había puesto allí.

-¿Quieres ver alguna?

-No, la verdad es que no. Estaba recordando la primera vez que estuve aquí, contigo.

-Oh. –consiguió que me sonrojara. Odiaba su efecto sobre mí. Aunque si lo pensaba por otra parte me encantaba.

-Te ves muy bien cuando te sonrojas.

-Gracias Brad. – no se me ocurrió otra cosa que contestar.

-Bueno, ¿qué tal te va todo en YouTube?

-Oh, de momento bien. Los suscriptores van subiendo, y eso en realidad me hace muy feliz.

-He escuchado algo sobre  un Starbucks, ¿qué es eso?

-El otro día fui con… -iba a decir Jack, pero no tenía ganas de una de sus escenas de celos. –una amiga a un Starbucks que necesitaban otra dependienta, y me dieron el puesto. Y bueno, el lunes empiezo el periodo de prueba.

-Me alegro por ti. Así podrás salir de aquí.

-Sí, así podré seguir grabando videos y tener cierta vida social.

-En parte tu sueño.

-Sí, lo es.

-¿Pero?

-Me gustaría que las cosas aquí no fueran tan mal. Cambiarlas.

-Lo harás, de eso estoy seguro.

-Espero hacerlo. Cuando mi madre no dependa tanto de él, cuando pueda sacar a mis hermanastros y a Elizabeth de aquí y dejarlo solo. Y que ellos puedan tener una buena vida.

-¿Cómo vas a conseguir todo eso?

-No lo sé. –agache mi cabeza.

-Hey, yo voy a esta para apoyarte y ayudarte en lo que pueda.

-¿Piensas que los conseguiré?

-Sé que lo conseguirás. –esas palabas llegaron a mí corazón más fuerte de lo que pensé. Sí, quizá yo tendría la clave para tirar al tipo de personas como mi padre al suelo. ¿Pero cómo? ¿Cómo echar abajo un sistema dónde los que más tenían son los que controlan, los que más daño hacen? Esa era la gran pregunta. Y todo esto sin que nadie saliese demasiado herido. Iba a ser un camino duro, pero merecería la pena intentarlo.

-Lucy, a parte de la conversación que tuviste con mi padre, y todo lo que él le dijo, ¿qué más le dijiste a él para qué estuviese tan enfadado?

-Lo que se merecía en ese momento. Brad, prefiero no hablar de eso.

-Bien, no preguntaré más. –La pasta ya estaba hecha así que fui a la cocina de vuelta y me dediqué a servirla en dos platos y llevarlos al salón para así poder comer allí. Brad se ofreció a ayudarme a poner la mesa. Y así terminamos rápido de comer mientras hablábamos de tema triviales.

Evenings in London | Jack HarriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora