Capítulo 6.

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Todo estaba sucediendo muy rápido. No me podía quitar a mirada de decepción que Brad tenía de la cabeza. Esto me estaba sobre pasando. Tenía los ojos cristalinos y Caspar me seguía abrazando. No iba a aguantar mucho tiempo sin llorar. En la parte de adelante Alfie conducía mientras Zoella me mandaba miradas llenas de preocupación. Nadie excepto mi madre se había preocupado tanto por mí como estos 3 chicos. Caspar me dio un beso en la frente diciéndome que todo iba a ir bien. Aunque yo en realidad sabía que no. Quedaban 5 días para el sábado y no podía escapar de aquello. “Out of my limit” comenzó a sonar. Alguien estaba llamándome. “Mamá” aprecia en la pantalla. Contesté inmediatamente.

-Lucy, ¿dónde estás?

-Mamá, tenía que salir de allí.

-¿Ha vuelto a pasar?

-No, de momento. Pero el sábado – ahí rompí a llorar, no podía más, mi madre hacía que sacara todos las emociones que llevaba dentro. – Mamá, cuándo esté sola te llamo. – Unos brazos me rodearon al instante. Sabía perfectamente de quien eran así que me eche a llorar en ellos. Llegamos a casa de Zoella y entre lágrimas y un poco de ayuda conseguí subir las escaleras sin tropezarme.

-Lucy, si necesitas algo ya sabes cuales es mi habitación. Te puedes quedar en la de invitados sino te importa dormir con Caspar.

-No, muchísimas gracias, no me importa, la verdad como si tengo que dormir en el suelo.

-Vamos. – me dijo Caspar con una mirada llena de preocupación. Me tendió la mano y me llevó hasta la habitación.

-Caspar, siento haberos hecho ir hasta allí. Hubiera preferido no tener que llamaros, pero no podía quedarme allí ni un minuto.

-Supongo que querrás llamar a tu madre y un espacio para cambiarte de ropa.

-Erm, sí, gracias. – y con las mismas salió de la habitación. ¿Qué mosca le había picado a este chico? Sinceramente no lo entendía. Fui a buscar una camiseta para ponerme para dormir y con los nervios no había metido ninguna. Iba a pedirle una a Zoella pero ella es más bajita que yo y me iba a quedar demasiado corta así que solo me quedaba pedirle una al africano.

 

-Caspar. – lo llamé. – ¿te importaría dejarme una camiseta para dormir? Se me olvidó la mía.

-No, ningún problema. Espero tener alguna limpia. No prometo nada.

-No pasa nada. Me conformo.

-¿Has llamado ya a tu madre? – me tendió la camiseta.

-No, no creo que la llame hoy. Es tarde y no quiero hablar del tema. Además ella ya habrá entendido.

-Si necesitas algo me puedes despertar. Me voy a dormir. – No sabía lo que le pasaba a Caspar por la cabeza y además su tono de voz no me gustaba para nada. Algo malo se avecinaba. Lo presentía y no tenía nada que ver con el sábado. Esto era otra cosa. Me metí a dormir. Teníamos que dormir en la misma cama. Era eso o el suelo. La verdad no estaba nerviosa por ese hecho. Mi cabeza no paraba de dar vueltas. Y no podía pensar en nada concreto. Un pensamiento venía a mí, pero rápidamente otro le quitaba el puesto y así todo el rato. Al cabo de un rato decidí dar una vuelta por la casa, para despejarme. Escuché a alguien hablar en el salón. Eran Zoella y Alfie.

-¿Qué crees que pasará el sábado?

-No lo sé Alfie, pero tenemos que ayudarla.

Evenings in London | Jack HarriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora