La noche ya había caído sobre la ciudad y yo solo podía pensar en salir de este hospital. Con suerte solo me quedaban horas aquí. Pero claro, con suerte. Estamos hablando de que a mí nunca me favorece la suerte, o el karma. Debe ser un cuento o en mi otra vida debí ser Hitler o alguien parecido.
Jack estaba a mi lado, dormido sobre el incómodo sillón, mientras que yo no podía dejar de pensar en lo que Kenneth había dicho sobre el contrato. ¿Qué contendría? ¿Qué debería hacer después de firmarlo? ¿Debería tan siquiera firmarlo? Lo mirase por donde lo mirase no. Eso solo conseguiría atarme más a ellos. Estoy empezando a pensar que venir a Londres ha sido una mala idea.
Parecía que pensar era lo único que sabía hacer bien, y ya ni eso, porque pensaba sobre una decisión, parecía correcta, y luego hiciese lo que hiciese, estaba mal.
Las horas seguían pasando y la madrugada se adentró, y yo seguía sin poder pegar ojo. Cada vez que intentaba dormir la imagen de Kenneth tocándome o clavándome el abrecartas aparecía en mi mente como si de una película se tratase. Parecía que esa vida no era la mía, y yo simplemente una espectadora que se metía demasiado en la película, tanto, que sentía el dolor de la “actriz” como propio. La cosa es que eso no era una película, era la realidad, yo no estaba sentada viéndolo todo desde fuera, como tantas veces hubiese deseado. Yo era la actriz, la protagonista de aquella película interminable la cual solo parecía dolerme cada vez más sin ningún momento feliz. Lo cierto es que a veces tenía un respiro. Por ejemplo cuando desayunamos con mis hermanos, o aquella vez en la que vino a consolarme después de la fiesta, o cuando estábamos en casa de Zoella y nos besamos por primera vez, o en el London Eye, justo antes de que lo arruinase todo. Todos esos buenos momentos habían sido con Jack, no con otra persona, solo con Jack. Este chico estaba trayendo cosas buenas a mi vida. Cosas que no sabía ni que necesitaba. Necesitaba su amor, su roce, sus caricias, su forma de ser para sentirme completa. Miré hacia dónde él se encontraba, seguía dormido. Como un ángel. Como una respiro de algo bueno.
-Gracias. –susurré mirándole.
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La enfermera me despertó diciendo que tenía que recoger mis cosas para dejar la camilla libre para que el próximo paciente pudiese entrar lo más pronto posible. Jack me ayudó a recoger la ropa que había en el armario, la cual había traído Elizabeth para cuando despertase. La habitación quedó recogida y yo me metí al baño a cambiarme. Notaba algo raro dentro de mí, y no sabía el qué, lo que me ponía los pelos de punta. Podría ser cualquier cosa. Por una parte me sentía feliz con eso, me llenaba, pero el no saber lo que era me ponía aún más nerviosa de lo que ya podía estar. El hecho de que tenía que firmar un contrato que probablemente me atase a esa empresa seguía sin gustarme lo más mínimo. Pero todo lo que iba conseguir de lo que sacase de ahí no tenía recompensa. Todo lo que habíamos pasado mi madre y yo hubiese merecido la pena.
-¿Vamos? –dijo Jack sacándome de mis pensamientos.
-Vamos. Necesito salir de aquí. –Jack me cogió la mano y me llevó hacía su coche. Ahí respire su aroma, ese que tan loca me volvía.
-¿Quieres ir a algún sitio en especial? –me preguntó en cuanto puso el coche en marcha.
-Llévame lejos.
-¿Quieres que te lleve de momento a mi casa?
-Sino hay otra opción más lejana, sí.
Recorrimos las calles de Londres sin decir una palabra, no las necesitábamos. Quizá solo necesitamos un poco de paz después de todo. Finn estaba sacando su moto cuando nosotros llegamos. Sorprendido nos miró y puso una sonrisa. Intentaba quedarme con cada momento de mi vida en la cabeza, no quería olvidar ni perderme nada.
-Es bueno verte Lucy.
-Lo mismo digo Finn.
-¿A dónde ibas? –preguntó Jack, en cuánto él se bajó del coche.
-Cosas para los vídeos, ya sabes.
-No, no lo sé, ¿le ha pasado algo a mi cámara? –dijo preocupado. Creo que ese chico ama más a su cámara que así mismo, y yo también lo haría sabiendo lo que cuesta.
-Si algo le pasa, sabes que podemos usar a mía. –dije señalando a mi bolso. Ahí es donde la suelo llevar siempre, o casi siempre.
-No, no es nada de eso. Es una sorpresa.
-Espero por tu bien que sea algo bueno.
Fuimos a entrar a su casa y de repente me entró un miedo repentino.
-Jack.
-¿Si? –dijo girándose hacía mí.
-¿Van a estar tus padres?
-Sí, ¿pasa algo? –Oh genial, conocer a los padres de Jack hoy es lo que más deseo. ¿Se me da bien ironizar? Creo que bastante bien.
-No puedo invadir vuestra casa como si fuese mía.
-Sabes de sobra que no quieres volver a la mansión.
-Lo sé, pero esto no me parece apropiado.
-Lucy, no pasa nada. Entremos.
Suspiré pesadamente. No quería hacerlo, me daba demasiada vergüenza como para admitirlo, pero sinceramente, no tenía otro lugar al que ir. Jack giró su llave tres veces sobre la cerradura y la puerta se abrió. Una hermosa chiquilla rubia de espaldas a nosotros estaba en la entrada de la casa.
-Finn si te has olvidado de algo, no sé dónde estás.
-¿Así es cómo saludas a tu hermano Emily? –dijo Jack con una mueca de desaprobación, aunque con un deje de diversión. La tal Emily se giró y dio un enorme abrazo a Jack.
-¿Quién es? –preguntó señalándome. Estaba claro que Jack me iba a presentar como una amiga, o al menos yo no espero más que eso.
-Es Lucy.
-Hola. –dije extendiendo mi mano.
-Emily. –dijo con desdén y rechazando mi mano. –Voy a ver la televisión, podéis hacer vuestras cositas, no molestaré e incluso pondré la televisión alta.
¿Eso sería algo normal? ¿A cuántas chicas habría traído Jack a casa? ¿Se las habría tirado con su hermana pequeña aquí abajo? Esas preguntas comenzaban a agobiarme. No quería ser la siguiente. No por el miedo a perder mi virginidad, estaba claro que eso hace mucho que no lo tenía, Era por el miedo a que después de que eso pasase todo se acabase. ¿Y si era eso lo que Jack quería? ¿Y si me estaba utilizando? ¿Y si todas las promesas que me ha estado haciendo son mentira?
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Hola chicas, (si hay algún chico lector lo siento), como veís los cambios ya estan aplicados, todos menos uno, no voy a subir cada dos días, he estado de exámenes, con trabajos hasta arriba, y lo que menos me apetecía era ponerme a escrbir, solo quería dormir. Por eso desde que publiqué el aviso solo he tenido tiempo de escribir esto, así que eso no cambiará, seguiré subiendo cada semana y cade vez intentaré que los capítulos queden mejor, la verdad es que este no me ha quedado muy bien, sorry ;A;Ya me despido y me voy a escribir el siguiente.
Aliciaxx.
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Evenings in London | Jack Harries
FanficLondres. Para muchos una simple ciudad en un simple país. Para mí, la esperanza de poder empezar una vida nueva sin tener que preocuparme. Me presentaré, soy Lucy Brooks, tengo 20 años y me voy a mudar a Londres, a perseguir mi sueño e intentar desa...