Capítulo 33.

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¿Embarazada? ¿Qué? ¿Esto está sucediendo? ¿Cómo ha podido pasar? Y la peor de todas las preguntas ¿por qué quieren que tenga un hijo y de quién?

Bueno, la segunda parte de la última pregunta está bastante clara. Ha debido ser Kenneth, quién sino podría tener la mente y sangre fría de hacerlo. Solo tengo 20 años ¿qué vida le puedo dar a ese bebé? Una vida desgraciada. El aborto no entra entre mis posibilidades, sería el último recurso y darlo en adopción, no podría hacerlo soy demasiado débil como para eso. No podría dejar que se llevasen a mi hijo aunque yo hubiese dicho antes que quería aquello.

-Lucy, sé que es una noticia muy chocante y que debes estar en shock, pero debes tomártelo con calma.

-Voy a ser madre. –susurré con los ojos abiertos como platos. –Tengo una vida creciendo dentro de mí. ¿No se supone que tendía que ser el día más feliz de mi vida?

-En estas condiciones no lo es. – con esas palabras me derrumbé. Comencé a llorar.

-¿Por qué quieren que tenga un hijo? Sería el hazmerreír de la sociedad, les pondría en evidencia a todos y nadie puede saber quién es el padre.

-Sobre lo de quién es el padre ni hablamos.

-¿Cómo voy a darle todo lo que necesita? No tengo trabajo, ni una familia en la que se puede apoyar. –seguí llorando.

-Siempre nos vas a tener a nosotros. –Lena me abrazó mientras pronunciaba esas palabras.

-Voy a perderlo todo, otra vez.

-No lo vas a hacer. –me acariciaba el pelo mientras me intentaba consolar.

-¿Qué va ser de mí? ¿Cómo va reaccionar Jack a todo esto?

-Él no sabe nada.

-Esto es demasiado. Soy una bomba de relojería, y vais a sufrir todos por mi culpa.

-Deja de martirizarte. –Lena mando una mirada casi asesina a Brad por un poco su falta de sensibilidad. Cuesta creer por sus palabras que este hombre algún día dijo que me quiso y que realmente sentía esas palabras. Ahora mismo me cuesta creer cualquier cosa.

Algo comenzó a vibrar en mi bolsillo trasero del pantalón. El nombre de Jack aparecía en la pantalla.

-Lena habla tú con él, yo no puedo.

-Vale. –Ella atendió a la llamada. Podía saber que Jack estaba furioso de lejos. Oía el tono tajante con el que la castaña le contestaba. ¿Cómo se va a tomar esta noticia? Mal, eso seguro. No se lo voy a poder ocultar, o no al menos durante mucho tiempo. Él va a notar mi tripa creciendo cada día. Y no creo que lo sepa de antes. Me ha guardado secretos pero nunca tan grande como este. Recogí mi pelo hacía atrás y vi a Lena venir hacía mí.

-Tu novio no es muy amable que digamos.

-No es mi novio. –Contesté cortante. – Y nunca lo será si se entera de todo esto. Somos demasiado jóvenes como para encargarnos de un niño y no podemos darle nada.

-Lucy, si él de verdad te quiere sabrá que nada de esto es culpa tuya.

-No va a querer escucharme. –dije quitando las pocas lágrimas que me quedaban.

-¿Por qué no? Lo ha hecho desde que te conoce, que créeme que no es poco tiempo.

-Ninguno de los obstáculos o problemas, como quieras llamarlos, han sido tan grande como este. Estamos hablando de algo muy serio. –dije señalando mi abdomen. Mi móvil volvió a sonar. Otra vez era Jack. Miré la pantalla y puse una cara de exasperación. –Algún día tendré que hablar con él. –Me levanté mientras deslizaba el círculo verde de la pantalla. -¿Sí?

-¿Lucy, eres tú?

-Sí.

-Gracias a dios que eres tú. Jack ha salido hecho una furia y me ha pedido que te llame para ver si a mí me contestabas.

-¿Finn?

-El mismo y maravilloso. ¿Se puede saber que ha hecho el imbécil de mi hermano ahora?

-No, él no ha hecho nada Finn. Es todo mi culpa.

-¿Puedo saber lo que pasa?

-¿Puedes pasarme con Jack?

-Voy a avisarle. –Escuché el grito de Finn para llamar la atención de Jack y un momento tenso de silencio.

-¿Qué pasa Lucy?

-No hay cena de accionistas, era una trampa.

-¿Estás bien?

-Será mejor que vengas para que te pueda explicar todo.

-¿Te ha tocado?

-No, no lo ha hecho. Es algo mucho peor lo que te tengo que contar y contra antes lo sepas mejor.

-Lucy, me estás preocupando.

-Tranquilo, todo irá a mejor. –dije más para mí que para él. Necesitaba realmente que a si fuera.

-Termino de preparar todo el set de cámaras y focos y voy para allá.

-Aquí te espero. –Colgó.

-¿Va a venir?

-Sí.

-¿Y le vas a soltar el bombazo?

-Debo hacerlo, por el bien de todos.

-¿En cuánto tiempo estará aquí?

-Media hora como poco. Eso nos dará tiempo para pensar cómo se lo puedo decir.

-Explícale primero la situación.

-Hola Jack me han implantado un embrión sin mi consentimiento y estoy embarazada, ¿Quieres unas patatas? Ah, por cierto, me han hecho elegir entre mi madre y tú y no tengo ni puñetera idea de que voy a hacer. ¿También te traigo un refresco?

-Tampoco hace falta ser tan bruscas.

-La amabilidad y la sinceridad ante todo.

-Lucy, creo que deberías empezar por la segunda operación de la cual él solo sabe que te la hicieron, pero no sabe que era la implantación.

-No lo sabía ni yo.

-Va a ser demasiado para él.

-Merece saberlo.

-¿Por qué él?

-Porque es el único en el que confío plenamente. –y porque creo que le quiero. Pero ese pensamiento me lo guarde para mí. Era lo mejor.

-Vamos a acomodar esto.

Recogimos un poco el desastre y la suciedad que se podía haber acumulado en esta semana que yo no he estado. Mis nervios iban aumentando y estaba comenzando a temblar. ¿Cuál iba a ser su primera reacción? ¿Reaccionaría de forma comprensiva o solo son películas que me estoy imaginando en mi cabeza? Esta última opción no parecía tan mala. El timbre sonó y Lena fue a abrir mostrando a un Jack que se acercaba a mí. Con unos ojos llenos de preocupación y unas manos cuidadosas que rápido tocaron mis mejillas y acercaron mis labios a los suyos.

Evenings in London | Jack HarriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora