Capitulo 12

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Editado


Natalie

Intento decidirme entre ir con falda o me con pantalones. Digamos que como toda mujer, tengo la disputa de ir cómoda y poder bailar hasta el amanecer, sin sufrir el hecho de que se vea de más. O, ir bonita y mostrando mis piernas.

Como diría mi abuela, "Si eres tan joven, debes mostrar las piernas que Dios te dio, niña."

Esa mujer es sabia.

—Amo este labial...—dice Steph mirándose en el espejo, su vestido resalta su cabello color naranja, pero sus zapatos realzan sus piernas.

—Como siempre dices...—rueda los ojos Jessie.

Ella usa unos pantalones engomados (si, ella se decidió fácil). Pero, con un top que tiene demasiado escote.

Ella sabrá.

—Cállate.—la fulminan Steph, mientras sigue admirando al espejo.

Por mi puerta, entra mi hermana Alice. La cual sonríe al ver a Steph. Es una mini ella, literalmente no es mi hermana cuando Steph está cerca.

—¡Estas hermosa!—la alaga mi hermana y Steph sonríe. Ambas hablan del "famoso labial", mientras Jessie y yo bufamos. A veces pienso que es adoptada, y media hermana de Steph. Ya la niña tiene mis ojos grises. Y mi amiga los tiene marrones.

—Ya es hora de irnos.—se queja Jessie. Una de las cosas que ella más odia es esperar, y que sea por vestidos.

—¿A donde irán?

—Una fiesta.

—¿Puedo ir?—hace un puchero y yo abro los ojos.

—¡Eso!—dice Steph viéndome con ojos de cachorrillo—. ¿Puede ir...?

—¡Por supuesto que no!

—¿Por que no?

—Bueno...—tomó aire y pienso una buena excusa. En realidad hay varias razones.

Una, habrá alcohol. Dos, chicos que son cinco años mayor que ella. Tres, habrán comentarios no aptos para menores de edad. Y cuatro...

S-E-X-O

Mi hermana no puede ir allí, ni de chiste.

Además no le puedo decir esas razones, le diría a mamá y automáticamente mencastigaria. Sencillo.

Y ella no tiene que conocer esa palabra y que su hermana, junto a sus amigos, la experiementan.

—Habrá sex...—le tapó la boca a Jessie y ella me muerde.

—No puedes. Punto final.

Salgo y camino a la sala con mis amigas siguiéndome. Mi hermana se queja pero vuelve a su cuarto.

Sobreviví a la batalla.

Mamá se acerca a vernos y asiente feliz.

—Están preciosas.—sonríe y nos toma una foto. Jessie y Steph van a la salida, y cuando quiero ir, mamá me toma del brazo y me acerca a ella.—No sexo, no drogas, ni alcohol.—frunce el ceño—. ¿Entendido señorita?

—Claro que si mamá...—cruzó los dedos por detrás.

—Bueno.

Me besa en la mejilla y voy hacia el auto de Jessie. Comienza a manejar, esquivando varios autos, y con Steph gritándole que le baje al acelerador, mientras yo río ante la velocidad. Mi estómago siente cosquillas cuando pasa eso.

La vida de los populares (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora