Ah... La escuela, aquel lugar a donde ibas para llenarte de conocimiento, donde conocías gente para pasar el rato y quizá hasta se volvieran cercanos, aquel lugar donde también había diversión y podía llamarse como tú segundo hogar...Como la odiaba.
Si alguien le pregunta a YoungJae qué era lo que más le gustaba de la escuela porque siempre se le veía alegre al ir todos los días, el respondería que era el peor sufriendo al que se veía encadenado un niño y que odiaba todo respecto a aquel lugar, que le arrebatada su preciado tiempo con la excusa de ser alguien en la vida.
Sin embargo, sí había alguien que lo hacía emocionarse por ir a aquella cárcel...
Jung Daehyun.
Quizá para muchos fuera estúpido que YoungJae solo asistiera a la escuela para pasar el tiempo con su novio, pero es que no había ningún reto para él allí, por eso odiaba tanto el lugar, por no retar a su capacitado cerebro a algo emocionante.
Cosa que Daehyun sí hacía.
Cada día nuevo, era emocionante idear nuevas maneras de que su pareja le amara siempre, cosa que no era necesaria, porque Jung Daehyun ya estaba perdidamente enamorado del muchacho.
Pero no se lo diría, porque le gustaba verlo diariamente en aquella cárcel llamada escuela.