Capítulo 6

89 4 12
                                    

Al día siguiente, mi padre me vuelve a llamar a sus aposentos y me anuncia:

- Hemos vivido el tiempo suficiente con Peter y se ve que es un buen marido para tí. Es hora de empezar con los preparativos de la ceremonia de compromiso.

- ¡Pero no puede ser! ¡No han pasado ni 24 horas! Además... No hacemos buena pareja.

- Claro que sí. No alarges más lo inevitable. Será peor para ti. Ya eres más mayor que las demás princesas solteras. Nora, es tu deber.

-Es muy alto. Pobre desgracia la de Peter, que le toque una novia taaan bajita.

-No hay excusa que valga. Ya te gustará. Es joven, guapo y educado. Y ya has rechazado a todos los muchachos de la corte.

-¡Qué exageración! ¿Seguro que conozco a todos los muchachos?

-Sí, a todos los válidos. No se hable más, te vas a casar con Peter.

-Sí, padre- la verdad es que mi padre ha intentado de todo para que yo me enamorase, pero al igual que la mitad de las princesas soy un caso perdido. Ya no queda ni un chico válido al que conocer. Y con válido nos referimos de la nobleza, claro.

Entre una cosa y otra, ésta noche no duermo, ni lo intento, así que el ladrón más ágil del universo entra a mi cuarto ootra vez y estoy sentada en mi cama con la depresión. Ya ni me  importa que entre. Que haga lo que le de la gana.

-¿Qué haces despierta?

-¿Crees que me puedo quedar dormida sabiendo que te vas a colar en mi cuarto?

- Claro. Es lo que tienes que hacer. No te voy a hacer daño ni te voy a robar.

-Ah, que me quieres dormida.

- Sí, no con esa cara de gatito cabreado que tienes, especialmente hoy. Además, las princesas deben descansar.

- No puedo dormir. Y tienes razón, debería.

- Qué raro, sueles dormir bastante bien ¿Te pasa algo?

- Sí

- ¿Qué?

- A tí te lo voy a contar.

- Venga... ¿Cuáles son las preocupaciones de una princesa rica?

- Pues ser una princesa rica. Tener una vida aburrida y miles de obligaciones tontas- como casarme con Peter.

- ¿No quieres serlo?- la verdad es que no me lo había planteado nunca.

- No lo sé. Qué más da. Es lo que hay. Déjame, estoy muy estresada.

- Duérmete. Yo te la haré más entretenida discutiendo contigo todas las noches, así que no te preocupes- eso me hizo sonreír.

- Eres increíble.

- Gracias. Si quieres podemos dar un paseo. Conozco muchos lugares interesantes.

- Ya, claro. Bájame por las escaleras y llévame en tu caballo blanco. Los guardias estarán encantados de abrirnos las puertas del jardín- río.

- Venga, duérmete, princesa.

- Lo haré si me dices tu nombre. Estoy cansada de llamarte "ladrón más ágil del universo" en mis pensamientos.

-Jajajaja. Me llamo Roni y no te quiero ver despierta a éstas horas nunca más.

- Vale Roni, como me hagas daño o me robes te mato- y no puedo más. Me tumbo y me duermo.

¡Hola! ¡¡Se llama Roni!! Y Nora le está cogiendo confianza ¿Creéis que es de fiar?

Princesa NoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora