Capítulo 21- 5 días

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Al día siguiente me levanto nerviosa. Desayuno antes de lo normal y le pido permiso a mi padre para salir a pasear a caballo con Claus. Mi padre por supuesto me lo concede.

- ¿Dónde es?- me pregunta Claus para que le indique el camino hacia la casa de Roni y su hermana cuando ya hemos salido de palacio con su caballo Destello. Yo le dirijo hacia el interior del bosque hasta que aparece ante nosotros la pequeña casita, que antes serviría como cobertizo de un leñador o algo así. Dudo mucho que fuese una casa. Hay lavandas y narcisos silvestres plantados en el exterior bajo la ventanita. Claus me ayuda a bajar del caballo y me deja allí. Mientras, seguirá paseando con Destello.

- En fín, buena suerte.

- Gracias.

Llamo a la puerta con los nudillos y mi corazón late deprisa ¿Y si me abre Roni? ¿Y si está en su casa pero no quiere saber nada de mí? ¿Vengo demasiado elegante?

Su hermana me abre la puerta y me extraña de verme.

- Ésto... ¿Está Roni?- pregunto con una sonrisa nerviosa.

- No, quizá puedas explicarme por qué lleva días sin aparecer. Ni siquiera me ha avisado de que se iba- me dice su hermana algo enfadada- En fín, entra.

La casita por dentro es muy humilde cómo cabía esperar, pero también acogedora y limpia. En el saloncito hay las mismas mesas y sillas de la cita. Hay un jarrón con margaritas silvestres encima de la mesa. También hay unas tinajas con conservas y una cama hecha de paja. No hay cocina ni chimenea. Para calentarse usarán mantas, supongo. Para decorar hay algunas velas las repisas de las ventanas y estatuillas hechas de madera. Son maravillosas. Imitan a personas y animales. Me pregunto quién las habrá hecho.

Aparte del salón sólo hay otro cuarto más, porque sólo veo una puerta más.

- Vaya, a pesar de lo pequeña que es, me parece encantadora. Y entra aire fresco. Huele tan bien aquí...

- Bueno... Nos las arreglamos aquí.

- ¿Quién ha hecho esas estatuas?

- Roni.

- ¡Increíble!

- Sí, sí. Abrevia ¿Qué ha pasado con mi hermano?- Oh, no, había venido pensando que ella lo sabía, no a que me interrogaran. Suspiro.

- Sé que es extraño que lo haga una chica, y más una princesa, pero... lo siento mucho, no podía aguantar más, ni siquiera estaba planeado...

- ¿Síii? ¡Dilo ya!

- Me he confesado a tu hermano- espero a que me diga algo.

- ¡¿Te- te gusta mi hermano?! ¿Al final te gusta?

- Pues... Sí.

- Siéntate, siéntate ¿Qué le has dicho exactamente? ¿Qué te ha dicho? ¿Qué vais a hacer?- Retira una silla de la mesa para que me siente y me siento mientras ella da vueltas y se muerde las uñas nerviosa.

- Le he dicho: Creía que no me podía enamorar de nadie hasta que llegaste tú. Creo que me estoy enamorando de tí. Quizás ya lo esté. Algo así.

- ¡Qué fuerte! ¡¡Qué fuerte!! Continúa ¿Qué pasó?

- Pues el dijo: ¿Qué? Y huyó. Ya no lo he visto más.

- ¿Se fue? ¿Y ya está? ¿Ni siquiera sabes dónde está para pegarle a ese canalla que no da respuestas?- Niego con la cabeza.

- Creía que tú lo sabías. Por eso estoy aquí. Me quedan 5 días para casarme con Peter y aún no sé nada de él. No sé qué hacer. Necesito que vuelva. Aunque no sienta nada por mí- me quedo mirando mis manos.

- Pues no. No me ha dicho nada el sinvergüenzas. A saber dónde está... Imposible. No podemos encontrarle. Él tendrá que venir solo.

- Al menos... ¿Te ha hablado de mí? ¿Sabes lo que siente por mí?

- Claro que... pero yo no sé nada. Sólo me ha dicho... que eres muy graciosa. Ya está.

- Oh, vaya...- digo decepcionada ¡¿Graciosa?!

- Pero sé por qué se ha ido. Le conozco muy bien. No es porque le hayas asustado ni nada. Aunque no se lo esperaba, claro. Estará muy sorprendido. Es porque está pensando con calma. Pensando si le gustas, pensando qué va a hacer con su vida. Planeándolo, asumiéndolo... Así que no te preocupes. Tranquila, llegará de un momento a otro. Quizá mañana o pasado. No puede dejarnos abandonadas para siempre. Y sabe que tú te casas.

- Es verdad. Vendrá cuando se lo piense todo. Me tengo que ir ya, pero prométeme que si lo ves le dirás que quiero que todo vuelva a ser como antes aunque no me quiera. Con verle me basta ¿Vale? Y prométeme que me avisarás lo más rápido que puedas.

- Te lo juro. Pero a cambio prométeme  una cosa. Pensarás muy bien lo que harías si viniese y te dijese qué no le gustas y por otro lado también si te dijese que sí, que le gustas ¿Entiendes? Aunque te dijese que le gustas... no se tú, pero yo no veo a mi hermano siendo rey. Si él te lo pidiera... ¿Renunciarías a la vida en la corte? ¿Renunciarías a tu padre? ¿O querrías tenerlo sólo como amante mientras estás casada con Peter? Y piénsalo todo antes de que llegue. Más te vale.

- De acuerdo. Te lo prometo. Te lo juro.

- Pues ya puedes marcharte. Espero que tengas suerte.

- Muchas gracias por todo, Violet- y me voy al encuentro de mi primo y su caballo, que ya me están esperando.



Princesa NoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora