Capítulo 26 - 1 día

30 2 9
                                    

- Princesa, estoy aquí. Tranquila.

- ¿Ro-roni?

- ¡Sí! Soy yo. Estoy bien.

- Pero... ¿Qué haces aquí? ¿Qué... piensas?

- No lo sé, princesa.

- ¡¿Qué?!

- Ven conmigo- me tiende la mano y se la doy. Salta por mi ventana y está lloviendo. Nos mojamos. Me lleva a una casa que nunca he visto.

- Es mi casa- Pero... ésta no es su casa. Bueno, qué más da. Está descalzo. Sale a una terraza empapándose y voy tras él. Se vuelve para mirarme y toma entre sus brazos sin dejar de mirarme con esos ojos verdes. Pero me despierto. No es real ¡Claramente no era real! Debí haberme dado cuenta antes. Oh, Dios mío. Mi corazón late deprisa. Maldición. Era un sueño precioso ¡Quería seguir allí y ver qué pasaba! Pues nada. Me he despertado antes de que me avise Dóroti. Ni siquiera sé cuánto queda para que venga.

Una hora después, Dóroti toca la puerta. Me visto y espero a que me arrastre a desayunar y me diga: ¡Tienes que hacer ésto y lo otro y lo otro! ¡Bla bla bla bla! ¡Mañana te casas con Peter!

Así que salgo de mi cuarto resignada y suspirando.

- Buenos días, señorita- sonríe.

- Buenos días.

- El desayuno está servido. Y hoy además nos acompaña vuestro primo.

- Ah. Así que ya ha vuelto.

- Sí, claro.

- Dóroti... ¿Estás bien?

- Perfectamente, señorita.

- ¿No hay nada que hacer hoy? Revisar que todo esté correcto, probarme el vestido una vez más, no sé...

- No, no, no. Elegir vuestro ramo de novia. Es lo único. Nada de revisiones ni vestidos. Todo está listo para mañana por la mañana a las 12, la hora del señor.

- Mmm ¿Seguro que no hay que hacer nada más?

- Pues tenéis que relajaros. Los nervios son muy malos para la belleza. Dad un paseo con Peter, por ejemplo. Desayunad despacio y acostaos temprano. No queremos ojeras mañana. Esos son mis consejos.

- ¿Y mi padre?

- ¿A qué os referís? Son sus órdenes, así que... Y es parte del protocolo real de nupcias.

- Vaya. No lo sabía- Es increíble ¡Hoy no tengo que hacer nada! No sé qué es peor. Si las avalanchas de preparativos o tener la misión de relajarse cuando has soñado con... esa persona que no sabes dónde demonios está aparte de en tus sueños.

Vamos hacia el comedor oscuro otra vez, ya que el salón del trono sigue en plena preparación. Y ahí está Peter mirándome descaradamente. Madre, por favor, guíame. Ten piedad de mí. Sé que he sido un poco egoísta pero... pero no es mi culpa tampoco, no es justo. Aunque prometo portarme bien con Peter de aquí en adelante. Sí, eso es. Esos deberían ser mis votos en la boda si los votos se hiciesen con total sinceridad. Pero no, la corte no es así.

Desayuno charlando con mi primo y evitando mirar a Peter. Hasta que me habla.

- Nora, hoy podéis pasear conmigo ¿No es así?

- Claro. Hoy sólo tengo que escoger el ramo.

- Espléndido.

- ¡Enhorabuena! Ya me llamas por mi nombre en vez de "su alteza"- Peter y Claus ríen.

- Tenéis mucho sentido del humor.

- No vais a necesitar bufones. Os lo garantizo- apunta Claus.

Princesa NoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora