Capítulo 13

74 3 10
                                        


Roni no volvió a mi cuarto a la noche siguiente ni a la otra, ni a la otra.

Esas noches me sentí realmente sóla. Por lo menos a Roni le podía contar parte de mi vida y si los preparativos de la ceremonia de compromiso eran agobiantes, los de la boda eran insufribles.

Pasan las noches y me estoy empezando a preocupar seriamente ¿Le habrá pasado algo? ¿No volverá nunca? Me estoy desquiciando seriamente.

Suspiro todas las noches en mi cama.

Peter mientras tanto trata de ganarse mi confianza invitándome a una cena los dos sólos en una de las estancias de palacio , paseando conmigo día tras día por el inmenso jardín, paseando conmigo a caballo por el sendero que va al pueblo... Craso error, intentar algo con la preocupación que llevo encima. No duermo ni como bien. Estoy como las locas.

Así hasta que percibe mi falta de voluntad de abrirme a él:
- Su alteza, veo que no quiere ni siquiera hablarme. Por favor, déme una oportunidad. Además, no come ni duerme. No quiero que mi futura esposa enferme.
- Mal empezamos si me llama constantemente "su alteza". Y no como porque no tengo ganas.
- Perdone, pero... Quiero decir... Si nos vamos a casar me gustaría que por lo menos fuésemos amigos. Intento hablar con vos, pero vos parecéis estar todo el día en las nubes y creo que ni siquiera os gusto. Parecéis deprimida.

- Es que no quiero hablar con vos y no, no me gustáis.

- Pero vamos a casarnos.

- Es que no quiero casarme con vos.

- Pero, princesa...- dice, recordándome  a Roni y estropeándolo todo.

- ¡No me llames así nunca más! ¿Me oyes? ¡Nunca más!

Peter en aquellos momentos me parecía insoportable, aunque la que era insoportable en realidad era yo. Así que, después de tratarle así, me marché a mi solitario cuarto.

Al rato, alguien llama.

- Nora, por favor... Ábrame- Es Peter.
- No quiero que entréis a mis aposentos.
- Pues salga...- Salgo.
- Puede contarme lo que quiera. Sólo quiero saber qué le pasa ¿Hay otra persona?- Emm, ¿Y ahora qué le digo?

- No, pero no me gustáis como pareja y yo no sólo quiero un amigo. Tampoco creo que me gustéis nunca. Pero no os preocupéis. Ni vos ni ningún noble me gusta. Ya os he conocido a todos. Seguramente es que tengo un problema.

Desde ese día Peter está bastante desanimado. Ahora es él el que se lleva el día en las nubes.

A la mañana siguiente, apareció una nota en mi cuarto, justamente en la mesilla, que decía: Arréglate para ésta noche y ponte uno de los vestidos de tu madre.

Desayuno mirando a Peter de reojo, que parece contento hoy ¿Qué estará pensando? Incluso me da un beso en la mejilla, cosa que nunca ha hecho. Bueno, al menos intenta animarme. Quizás pueda ayudarme con mis cambios de humor y ser mi amigo, ya que ni siquiera está Roni, que es el que mejor lo hace.

A la noche me arreglo y me pongo un vestido de mi madre rojo y dorado. Luego, espero a que me llame mi asistenta.

Mi asistenta me llama y bajo las escaleras.

Sin embargo, cuando bajo mi asistenta me lleva al comedor, donde todos me esperan para cenar como todos los días. Miro a Peter extrañada y todos me miran extrañados a mí. Al fín mi padre se digna a preguntar:

-¿Qué haces con un vestido de baile?

-Emm, pues... estoy... ¡Ensayando para la boda! Tengo que mejorar mi manera de bailar.

- ¿Con un vestido de tu madre?

- Pues... Sí. Me dará suerte.

Cenamos todos como todos los días y sigo escudriñando con la mirada a Peter, que me mira inexpresivo y come.

Después de cenar vuelvo a mi cuarto y veo a Roni.

-¡Roni! ¡Por fín has vuelto! ¿Por qué has tardado tanto?- Me estaba esperando, fue él el que me envió la nota.

- Princesa... No sabía que me echarías tanto de menos- sonríe con una sonrisa traviesa y antes de que pueda contestarle me coje en brazos y dice:

-¿Preparada para saltar?- ¡¿Qué?! Y salta conmigo al jardín antes de que diga nada. Me abrazo a él muy fuerte instintivamente.

Después me sube a su espalda y escala el enorme muro de palacio hasta que... ¡Nos hemos escapado! Madre mía, madre mía, madre mía ¡Estamos fuera, en el mundo exterior! ¡Y sin Peter!

Princesa NoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora