También para mi sorpresa, Roni me coge de la mano y corriendo nos adentramos en el bosque. Nunca he entrado en el bosque. La oscuridad y los ruidos entre los árboles me dan un poco de miedo. Me pregunto a dónde me lleva Roni.
Llegamos a un claro del bosque iluminado por una luna menguante. Es un lugar precioso en el que crecen miles de flores pequeñitas y azules llamadas nomeolvides.
De repente, reparo en que en el claro hay una mesa de madera pequeña y redonda. Encima de la mesa una vela alumbra la cena. Hay una silla de madera enfrente de cada plato.
- Es muy humilde- dice Roni- Las sillas no son tan cómodas y bonitas como las de tu palacio, en la mesa apenas cabe toda la cena y eso que la cena es escasa, pero... ¿Qué te parece si cenamos? Y así descansas un rato de tus deberes reales.
- Vale. Ya he cenado, pero de tanto correr me ha entrado hambre.
Al acercarme veo otro plato en la mesa lleno de moritas, que imagino que provienen de éste mismo bosque. El plato principal es arroz con pato y verduras. Todo es tan agradable...
Mientras cenamos hablamos:
- ¿Te gusta la cena? Mi hermana me ha ayudado a prepararla. Normalmente no hay sillas ni una mesa en este claro.
- Me encanta. Sobretodo porque sólo estamos tú y yo tranquilos y no hay ningún catador que pruebe mi comida por si me envenenan.
-¿En serio?
-Sí, todos los días. Dime, ¿Por qué desapareciste?
- Fuí con mi hermana a vender todo lo que robó en el baile. Hemos sacado bastante con todo. Ahora estamos pensando qué hacer. No sabemos ni qué queremos, así que...
-Vas a poder hacer lo que tú quieras ¡Qué suerte tienes!
-Pero no sé qué hacer ¿Tú qué harías?
- Pues iría a un pueblo para hacer amigos y ver mercadillos, animales, niños, flores... Y algunos días iría de excursión a un lago, o el mar, o un sitio como éste.
-Es un buen plan, pero de momento me pienso quedar aquí- Entonces, Roni se levanta y haciendo una reverencia a su manera me dice:
- ¿Me concede éste baile, princesa?
-Claro, señor Roni Ronroneo.
-jajaja, pues vamos, princesa Nora encantadora.
Me levanto y me lleva de la mano al centro del claro.
Entrelaza sus dedos con los míos y pone su otra mano en mi cintura. Bailamos en silencio oyendo el sonido de las lechuzas y los ratoncillos. También puedo oir como bailan las hojas de los árboles, como si fuesen nuestros invitados.
- ¿No querías dar un paseo conmigo? Bueno, no tengo ningún caballo blanco ni he bajado contigo por las escaleras pero...
- Ha sido mejor que eso.
Roni desentrelaza nuestros dedos y pone esa mano también en mi cintura. Lentamente se acerca más a mí y me abraza mientras baila. Su cuerpo es cálido. Esa calidez me invade y me tranquiliza. Su olor a bosque también lo hace, pero al mismo tiempo siento una extrañs fiebre y mi corazón late muy fuerte y la sangre corre a mis mejillas. Cierro los ojos. Espera un momento ¿Latiendo fuertemente? ¿No será que estoy... estoy...? No me lo puedo creer Me llevo un tiempo pensando si estoy enamorada de Roni y creo que sí ¡Estoy enamorada! ¡Por fín! ¿Por fín? ¡¿Por fín?! Yo, la princesa, enamorada de un ladrón ¡No! Aunque en éste preciso instante no me importa demasiado por ésta calidez y ésta felicidad que siento al abrazarle. Hasta empiezo a dar cabezadas. Tengo mucho sueño. Me estoy durmiendo.- Nora, no te duermas. Pobrecita, te has levantado muy temprano, ¿Verdad?
-Sí, para preparar mi boda- balbuceo. Él suspira.
-Bueno, no te preocupes, yo te llevaré a palacio. Te puedes dormir si quieres- ¡Qué alivio! Roni me coje en brazos y me lleva medio dormida a través del bosque. Luego sube el muro y salta. Escala hasta mi cuarto y me mete en la cama. Me tapa, me da un beso en la mejilla y se va.

ESTÁS LEYENDO
Princesa Nora
RomanceNora es una princesa del Renacimiento con una vida aburrida hasta que un ladrón irrumpe en su palacio y roba su tiara. Entretanto, su padre no tiene más remedio que prometerla con Peter, un distinguido duque guapo y educado que hace que los abanicos...