Capítulo 2| Editado.

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Narrador omnisciente.

¡No! Por favor, no me hagan daño —sollozo una muchacha mientras la agarraban de los brazos y la acostaban en una camilla oxidada. Como pudo, logró soltarse una mano y con ésta golpeo a uno de ellos.

—¡Pagaras, perra! —la abofeteó—. Se dice y se hace lo que yo quiero. ¿Entendiste? —acercó su rostro olfateando lentamente su aroma—. Eres mí mate, pero por desgracia eres una humana. Dylan, trae la pinza.

—¿Qué? —gritó éste—. ¡¿Acaso quieres matarla o cortarle los dedos, Gaston?!

—Eso mismo —sonrió con maldad mientras se frotaba sus manos llenas de sangre de la chica.

—Por favor... no me hagas daño —suplicó—. Me iré y te rechazaré pero no me mates. Además ya tengo un mate.

—Loca —dijo entre dientes mientras tomaba la pinza. Se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla—. Si te rechazo tal vez no tenga mate de nuevo. Me importa una mierda si tienes diez o más mates, eres mía. Te cortaré los dedos y te irás hasta que tenga las putas ganas de tener cachorros. ¿Con cual empiezo? Primero te violaré —su cara no hacía más que asustarla peor de lo que ya estaba.

Comenzó a silbar fuerte. La chica rezaba porque no le hicierá daño. Cuando ya la había desvestido y estaba apuntó de hacer lo que quería, la puerta se abrió dejando ver a una pelirroja. Belén, así se llamaba la chica secuestrada, empezó a llorar de alegría al verla ahí.

—¿Se puede saber por qué mierda esa chica está así? —lo miró fríamente.

Tragó con nerviosismo.

—Descubrimos como hacerlo más divertido.

La "héroe", como la llamaba Belén, arqueo una ceja.

—¿Tú piensas que soy lo suficientemente estúpida para no ver lo que en verdad estás haciendo o piensas qué soy lo suficientemente lista para parar con lo que estás haciendo? —sonrió victoriosa.

—Ehmm ¿no? —rió nervioso y confundido.

—¿No? —se estaba divirtiendo bastante.

—¿Si?

—¿Acaso no te enseño tu madre a respetar a las mujeres? —lo tomó del cuello mientras enterraba un poco su uña larga y filosa.

—¿Sí? ¡Bueno no sé! Es más, ¿a ti qué te importa lo que le pase o no? —apretó los puños, con cada segundo que pasaba, se podía notar como sus músculos se tensaban más de lo normal.

—Es mi cuñada —mostró sus filosos colmillos. Sus ojos empezaron a cambiar, de avellana a color amarillo patito—, y mi mejor amiga.

Ambos lobos se convirtieron y empezaron a pelear. La pelirroja con cada oportunidad que se le presentaban —los cuales fueron muchas—, le mordisqueaba el cuello hasta ver un líquido rojo. Aunque, Gaston no se quedaba atrás, varias veces le pudo morder la pata. Una vez ya desmayado, se trasformo y salio. Cuando entro ya vestida, tenía en la mano una mochila.

—Ayy Belu —susurró mientras vestía a su amiga—. Vaya susto nos diste a todos.

—Lo siento —lloró. Quería desahogarse con alguien más que no sea su mate, Adams.

—Ya, ya —la abrazó—. No llores, hay que ir a casa. Franco y Saul están queriendo conocerte.

—¿Volvieron de Texas? —se sobo la nariz. Estaba un poco golpeada.

—No. Sólo que quieren verte en forma casper —dijo sarcástica.

—Ja ja, que graciosa.

—Lo sé —sonrió.

Te quiero de vuelta junto a mí [SL 2] TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora