Te quiero de vuelta junto a mí [SL 2] TERMINADA.

Capítulo 8| Editado.

Ema.

—Estas son las casas de los omegas y allí vive Caleb —noto como se tensa y su cara es de pura confusión—. ¿Qué ocurre?

—No lo sé. Ese nombre, Caleb, me da como ahggg —se mueve como viborita. Mis tíos se ríen—. ¿De qué se ríen?

—Te pones así —mi tío Adams lo señala de arriba abajo—, porque Caleb y tú se peleaban a menudo por Gia, Evans o por puras pavadas.

—Espera, ¿se peleaban por mamá? —dice Ian cruzándose de brazos ocasionando que sus músculos se noten más. ¿Qué diablos haces, Ema? Me regaño a mi misma.

—¡Claro! —rió un tal Evans. ¿Qué mierda.

—¿Y tú cómo pasaste? —chillamos mis tíos, hermanos y yo.

—Soy un vampiro grrrr —muestra sus colmillos.

—Eso es un tigre —le aviso seria.

—Lo sé. Preciosa como la madre —silva mientras su vista queda en mis pechos.

—Los ojos arriba —le digo guiándolo con mis dedos.

—¡No la mires así, imbécil! —grita Ian. Creo que se está pasando—. Y dime como pasaste.
Lo agarra del cuello mientras sus ojos cambian a un color amarillo además de sus colmillos.

—Tengo velocidad —sonríe—. Además Gia nunca me prohibió la entrada.

—¿Qué? —dice Adams, Evans se encoje de hombros.

—Que nunca me lo prohibió al pase a está manada... y no diré más nada —dice antes de que alguien dijese algo.

—¡Chicos! —llamó Saul desde la entrada de casa—. ¡Su mamá está en vídeo llamada quiere hablarles.

Todos tragamos saliva nerviosos.

Alexander.

—¡Chicos! —llamó Saul—. ¡Su mamá está en vídeo llamada quiere hablarles!

Todos tragamos saliva. La conoceré. Estoy jodidamente nervioso.

¿Qué si me ve y quiere traspasar la pantalla? O peor aún, ¿me viola?

—Ustedes vayan, ahorita los alcanzamos con Evans —les digo.

Me sudan las manos y la frente.

—Bueno.

Se van mientras con mi mejor amigo nos sentamos en una roca.

—¿Cómo te sientes? —pregunta con una sonrisa en su rostro.

—Perdido.

—Pues comprate un GPS —chasquea sus dedos.

—Idiota —reímos—. Vamos a ver una película.

—Vale. ¡El que llega último es un mugle! —grita.

—¿También lees? —cuando veo que estoy por perder grito—. ¡El que llega primero es una Dracanae!

—¡Mierda no!

A que lo leyeron con la voz de que lo hace

—Ve a decirle a los chicos que bajen.

—Pero ¿y sí no terminaron? —me levanto.

—Pasaron media hora.

Subo con cuidado las escaleras. Me encuentro con una puerta color gris camuflada. Se escuchan risas. Abro con cuidado, al parecer ya terminan.

—¡Chicos vamos a ver unas películas! —grito al mismo tiempo que ellos hacen señas de que no diga nada—. ¿Qué?

—¿Al-alex? —susurra alguien.