Te quiero de vuelta junto a mí [SL 2] TERMINADA.

Capítulo 5| Editado.

Ian.

—Nos meteremos en problemas. Serios problemas —digo mientras los cuatro nos escondemos en unos arbustos que se encuentran atrás de la casa de mis abuelos.

—Que positivo de mierda —me susurra Oseías y me golpea en la nuca.

—¿Creen que viva ahí? —pregunta Ema. La miro y sonrío.

—Hay que averiguarlo. ¿Quién va? —contesto.

—Una de nosotras. No nos conocen así que podemos ir ¿no?

—Ve tú —le digo rápidamente a Sar.

—¿Y por qué ella? —preguntan mi mellizo y Ema.

—No quiero que nada malo te pase —aprieto las mejillas de Emi.

—Pe-pero...

—Pero nada —la empujo y ella bufa.

Sarah.

Camino con paso lento hacia la puerta. Respiro profundamente y toco. La puerta se abre dejándome  ver a una señora rubia de unos treinta años o más.

—¿Si? —pregunta mientras mira atrás de mi hombro. No se que decir. Piensa, Sar—. ¿Te encuentras bien?

—Yo... ehmmm... Vendo tamales —bien, hecho imbécil. Carraspeo mi garganta—. No era eso. Estoy buscando a Alexander.

—Oh.

—Si, oh. ¿Y bien?

—Él no se encuentra en estos momentos.

—Y... ¿Dónde lo puedo contar? —me rasco la nuca—. Es importante.

—En la escuela —abro mis ojos como platos.

—Gracias —la saludo y me voy corriendo, cuando llego a los arbustos me tiro—. En la escuela.

Los tres me miran serios: —¿Qué?

—Te tiraste con la señora viéndote.

—Oppps.

—Bueno, vamos a la escuela —nos dice Ian.

***

—Si que es grande —dice Oseías. (Digan un sobrenombre plis, no se me ocurre ninguno).

—¿Nunca vinieron? —pregunta Ema mientras Ian le hace caballito.

—Somos lobos, ¿recuerdas? —contesta éste—. Sólo ustedes pueden venir.

—¡Mira, Sar! —grita Ema—. Allí está el chico del bar.

—¿Chico? —preguntan los mellizos.

—El de las bebidas —les cuento—. ¡Hey tú, ven!

—¿Puedo ayudarlas en algo, preciosas? —ignora a los chicos, los cuales en este momento, se encuentran gruñendo.

—Estamos buscando a Alexander Tristen —informa Ema. El chico se sorprende.

—¿Alex? Claro, por cierto soy Evans —nos guía hacia adentro—. ¿Y ustedes?

—No te interesa —dice Ian mientras agarra más a su "princesita".

—Tranquilo, amigo.

—No somos amigos —vuelve a ser cortante. Emi le pega en la nuca y le susurra algo al oído—. Bien, seremos amigos.

Está tenso, se le nota en su mandíbula y parte de su cuerpo. Llegamos a una especie de cafetería.

—Debe estar por aquí con Savannah —susurra.

Lo miramos raro: —¿Savannah? —preguntamos mis hermanos y yo.

—Su novia —todos nos tensamos al escuchar esa palabra—. Oh, allí está. ¡Alex!

Él se gira a nosotros mientras suelta la mano de la castaña de la otra noche. Viene con una sonrisa. Ya veo porque mamá se enamoro más de lo normal.

—Hola, ¿qué necesitas, Evans? —los cuatro abrimos la boca. Creo que llegara hasta el piso.

—Te buscan —nos señala.

—¿Y bien? ¿qué necesitan?

—Gia. Franchesca. Dark —dice Ian. Alex parece confundido.

—¿Quién es ella? —agarrenme que lo mato.

—Nuestra herm...—empiezo a hablar pero Ian me corta.

—Nuestra madre.

—Y ¿qué con ella? —pregunta mientras le hace señas a la tal "Savannah".

—¿Necesitas algo, amor? —¡mierda! Que voz más chillona. Me tapó los oídos.

—¿Conoces a una tal Franchesca? —le da un corto beso en los labios.

—Quiero vomitar —dijo Emi en voz alta. Me muerdo el labio para no reír.

A Savannah se le desfigura la cara de barbie.

—No. ¿Por qué? —dice cortante.

—Estos chicos preguntan por ella.

—Miren no sé quienes sean pero ese nombre está extinto aquí. Nadie conoce ese nombre.

—¿Y Gia? —pregunta Ema con una sonrisa malévola.

—Esa perra... —Oseías la toma del cuello. Todos tienen sus miradas puestas en ella.

—A ella no le dirás así, zorra —Alex empuja a mi hermano.

—¡¿Quién te crees que eres para hacerle eso a mí novia?! —pregunta mientras abraza a la zorra, ya que se encuentra llorando.

—¡Mucho! Y tú —se dirige a ella—, cuidate mucho con lo que haces. Soy un vampiro —hace una pequeña muesca de asco—, y a la señorita Gia hay que respetarla, por su bien.

Se dirige a la puerta de salida y nos grita que le sigamos. Cosa que no desobedecemos.

¿Lea gusto?