—Gia, debes comer —dice uno de mis hermanos en la puerta de mi habitación.
—No quiero. Largo —digo fría.
Había pasado un mes sobre su muerte. A los días de mi alta pregunte en dónde habían enterrado a Caleb. Pero, me dijeron, que su cuerpo había emitido una luz resplandeciente y que luego desapareció. Obviamente, me puse como loca, tanto que debieron sedarme.
—Te lo dejaré aquí. Adiós.
Cuando siento la puerta cerrarse me levanto y camino hacia el baño. Hago todo lo que tengo que hacer y agarro la bandeja.
Hace un mes no veo a mis hijos, ni a Alexander —que me estuvo hablando por la puerta—, ni a mis hermanos. Sólo a Matt por temas de la manada.
Mientras como me echo una mirada al espejo. Estoy pálida con unas tremendas e increíbles ojeras debajo de mis ojos sin sentimientos. He bajado un poco de peso pero no demasiado. Mi pelo se encuentra algo anaranjado a lo que era pelirrojo. Mis labios están algo secos además de partidos.
Dejo el plato vacío en la mesita de luz. Necesito salir un momento.
Extraño a Caleb. Si hubiera alguna forma de revivirlo... si eso costase mi vida, lo haría sin pensar.
Merecía vivir. Tener su mate, sus cachorros, su vida en sí.
Pero... ¿Qué sería de mis hijos? Sí bien tienen a Alex pero es como sino tuvieran nada. También está Matt, no puedo dejar que él se haga cargo de ellos cuando tiene que formar una familia. Y mis hermano menos. No sería egoísta.
Salgo de la habitación dando un portazo.
Decidí ponerme unos jeans negros rasgados tiro alto con unos tacones del mismo color y arriba una camiseta con una cruz blanca y una chaqueta de cuero.
Me dirijo a la cocina, seria. Allí están todos, desde mis hijos hasta Evans.
—Matthew —lo llamo. Todos me ven con los ojos como platos y agacharon un poco la cabeza.
—¿Sí, Alfa? —pregunta viéndome a los ojos. El único que puede verme así después de mis hijos.
—Nos vamos a resolver unos asuntos en la manada Jort.
—Pero nosotros no podemos pasar allí —me dice confundido. Ruedo los ojos.
—¿Y? Nos vamos y listo. El alfa y yo arreglaremos las disputas.
—¿Sí sabes que no lo hará, verdad? Matamos a uno de sus hijos...
—Porque el mató a uno de los mios —le digo furiosa.
Hace años, un estúpido adolescente cachorro se emborrachó atropellando a uno de mis excelentes guerreros.
Fui a buscarlo, lo encontré tirado en un bosque llorando. Me dijo que su padre lo había desterrado de la manada por hacerle pasar vergüenza, además de que andaba en boca de todos. Le hice un favor.
—Bien —dice con los puños apretados—. Iré a cambiarme.
Miro a Emi y le hago una seña.
—Mamá, que bueno verte aquí —baja la cabeza. Sabe que a un Alfa no se le mira a los ojos.
—Jamás bajes la cabeza ante mí, a menos que yo lo diga —susurro agarrando su mentón para luego subirlo.
—Lo siento. ¿Qué necesitas?
—Te dejaré a cargo de la casa junto con Franco. Nada de fiestas, drogas, alcohol o cualquier tipo de cosa extraña. Vigila a tus hermanos no dejes que hagan una tontería. Volveré dentro de dos días.
—Bien —asiente alegre.
—Sí algo llegase a pasar, la pagaras tú, ¿entiendes? —me ve con temor pero termina aceptando—. Bien. ¡¡Matthew baja tu trasero de inmediato que se hace tarde!!
—Voy —grita cerrando sus pantalones en la escalera.
Alex, que me estuvo viendo desde que llegue grita: —Haz eso en tu habitación.
Rodamos los ojos. Como si el no lo hiciera.
—Bueno, no quiero fiestas, alcohol, drogas o putas en mi casa. Si van a cometer un acto, que ni quiero pensar, ya saben el dicho. "Sin gorrito no hay fiesta".
—Sí mamá/Gia —dicen al unisono.
—Bien, nos vamos —arrastro a Matt hacia la puerta.
Pero antes de cerrarla algo o alguien la tira. ¿Qué mierda?
Es Alex, me ve algo dolido, sin embargo, no se en que momento tira de mi muñeca y....
Me besa.
Vieron que Lucia borró Aaron.
😭💔.
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Te quiero de vuelta junto a mí [SL 2] TERMINADA.
WerewolfPrimero debes leer Su Luno. 《Te quiero de vuelta junto a mí》 Todos los derechos reservados. 21 de julio de 2016. 00:24 am, Argentina.