Capítulo 10| Editado.

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Alexander

No podía parar de estar sonrojado en todo el camino hacia el internado. Ya le habíamos avisado a todos y nos encontrabamos ahí . Ahora Evans se estaba encargando de enchufar la pantalla.

—Y...  Listo —se limpio las manos, se giro para verme—. ¿Puedes dejar de tener la cara de bobo?

—Es qué es tan hermosa —exclamo suspirando—. Esos ojos, ese pelo y...

—¡Para! —me interrumpió—. Voy a vomitar azúcar en cualquier momento, escarlata.

Escarlata.

Un leve recuerdo apareció. 

Se escuchó su típica risita malvada que hace cuando está por hacer algo malo, muy malo.

¡No quiero morir virgen! ¡Ni siquiera he dado mi primer beso!

—¿Aun no has dado tu primer beso? —se escuchaba sorprendida.

—¿Para eso sí no? Joder Gia, tengo miedo, no me asustes.

Awww bebé eres tan tierno asustadito. Aunque me encanta que no allás dado tu primer beso.

—¿Qué estas haciendo? —pregunté mirando para todos lados—. Eso es algo vergonzoso, seguramente tú ya lo hiciste.

Eh, bueno si ya lo hice pero lo único que puedo decirte es que soy una perfecta besadora, así que te conviene quedarte conmigo Escarlata.

—¿Escarlata? ¿Qué clase de apodo es ese?

—Te queda a la perfección niño. Escarlata es un tipo de serpiente, ella es débil y no tiene veneno como las otras y tú eres igual.

—Me siento ofendido —dije haciendo un puchero.

Se escucho una carcajada.

—¿Estas listo Escarlata?

N-no —conteste.

—No me importa. 

Apareció cambiada, chasqueo sus dedos causando que apareciera unas cajitas de McDonald.

Evans.

—¿Si? —dijo mirando a la nada.

—Me acorde de una escena que pase con la hermosa pelirroja —salto para abrazarle.

—Eso es un gran avance. Sólo procura acordarte de lo perra que es Savannah —susurró muy bajo lo último.

—¿Qué has dicho? 

—Nada, tomate andante —revolvió mi pelo. Encamino hacia los chicos, quienes estaban sentados, se dio la vuelta y me llamó como un perrito.

—No soy un perro —me cruzo de brazos.

—No me importa ven para aquí.

—No —me doy la vuelta. Veo venir a Sav.

—¡Xander! —chilla y me abraza por el cuello. Noto como mi cuerpo la quiere lejos—. Te extrañe, amorcito —besa mis labios pero no le correspondo.

¿Qué te pasa? Es tu novia. Pienso mientras la aparto un poco.

—El mejor beso —susurra relamiéndose los labios.

—Claro —busco con la mirada a los chicos y los encuentro viéndome serios.

De repente se escucha el ruido de una puerta abrirse, todos dirigimos la mirada hacia la pantalla. Aparece la pelirroja toda sudada. No puedo evitar mirarla embobado, está tan linda así, está toda sudada y su ropa se le marca al cuerpo. Camina hacia el escritorio y se agachó para agarrar un papel. Todos tuvimos el privilegio de verle su redondito trasero. Una rabia se presentó en mi cuerpo, por alguna razón no quería que nadie además de mí le viera.

—¡No la miren, imbéciles! —les grito con los puños apretados. Savannah me ve sorprendida. Me importa una mierda lo que piense mi novia, no quiero que la vean—. ¡Yo le diré cuando mirar!

Respiro profundamente. Olvidé decirles que Evans corto el audio hacia la otra computadora, más claro, los del otro lado no nos pueden oír.

Vuelvo a mirar a la pantalla, mi pelirroja ya se había parado.

—Listo. Pueden voltear.

—¿Qué ha sido eso? —pregunta Sav—. Un novio no debe gritar así por otra chica. Pensarán que terminarás conmigo por esa. No voy a permitir que me robe a mi novio.

Cuando le voy a decir algo, un chico aparece en la pantalla, y atrás de él, los siguen otros cinco mientras agarran a los chicos que estaban con la pelirroja.

El primer chico que apareció toma a Gia por el cuello y se ríe.

—¡Qué bueno que Valen les dijo a tus hijos que pongan la computadora!

—Es Caleb, imbécil —grita mientras se quiere soltar. El chico uno ignora lo que dice.

—Verán en primeros asientos como su Gran Alpha muere —comienza a pegarle en el estómago muchas veces.

—¡Mamá! —grita Ema mientras corre hacia la puerta. Ian va y la abraza—. ¡No Ian, hay que ir con ella! —se retuerce en sus brazos mientras nosotros lo mirábamos.

—¿Te duele? —le pregunta a Gia mientras le golpea más fuerte. Comienza a salirle sangre de la nariz y la boca.

—Ya no puedo ver esto —susurra Franco.

—¡Para hijo de puta! —gritan los amigos de pelirroja.

—¡Claro que no, merece morir como lo hizo Agustín! —los cinco, Gia, Caleb, Franco, Saúl, mis padres y Matthew abren los ojos como platos.

—Fue en defensa propia —dice apenas y escupe un poco de sangre—. Él me iba a violar.

—¡Por qué mierda no se convierten! —gritó Oseías.

—Morirás —dice y comienza a cortar su circulación. Cuando Gia está por cerrar los ojos, un lobo negro y marrón aparece y empuja al chico, éste se golpea la cabeza, está un poco aturdido. El lobo se va y vuelve vestido.

—¿Acaso no te enseñaron que no se le pega a ninguna mujer? —y luego de eso, golpes y más golpes se pueden ver.

Los amigos de la pelirroja aprovechan que los otros estén pendientes por el chico para soltarse y convertirse.

—¿Qué no te dijo Ian de que te quedes en el internado? —dice una vez recuperada Gia.

—No me gustan que me manden —limpia la sangre que le quedo en sus manos mientras sonríe pícaro—. Merezco un beso por salvarte la vida.

Estira sus labios. Mi cuerpo se tensa por completo.

—El día en que una vaca pase por el aire te voy a besar, además tienes mate —dice completamente seria.

—Touche —dice mientras lanza una risita—. ¿No vas a llorar por la vuelta de tu mate? Por favor jamás te vi llorar, quiero ver que tan fea te ves.

—Es mejor irnos —dice un chico de ojos claros.

—Tienes, razón Caleb —se convierten en lobo y salen de la pantalla.

Te quiero de vuelta junto a mí [SL 2] TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora