Dangerous Woman - Lucaya a.u

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Lunes por la mañana, debía levantarme para ir al horroroso instituto al cual el jefe de mi madre había decidido inscribirme.

Una vez cambiado, bajé para desayunar, mamá había hecho café con galletas. Amaba la comida de mamá. Comí todo rápido -demasiado para mi gusto- y tomé mi mochila para dirigirme al instituto.

-Lucas -me llamo mi madre, la mire y esta sonrió - Suerte hoy, cariño.

-Gracias mamá, la necesitare.

Salí del edificio a toda prisa, no quería viajar parado. Camine unas dos calles hasta la más cercana parada del bus que me llevaba al instituto, espere más o menos unos cinco minutos cuando el bus llegó. Subí, pagué mi viaje y busque un asiento: encontré uno disponible junto a un chico de pelo negro.

-Hola -lo salude con un tono alegre mientras me sentaba a su lado.

-Hola -respondió el de igual manera -¿Cómo te llamas?

-Soy Lucas ¿y tú?

-Me llamo Farkle, es un gusto conocerte Lucas -estrechó mi mano -¿Vas camino al instituto?

-¿Eres adivino acaso?

-No, solo que es medio lógico que a esta hora de la mañana todos vayan al instituto. Además note tu mochila.

Me reí por su comentario. -¿A qué instituto vas, Farkle?

-Abigail Adams High School.

-¡Yo igual! -Exclame -¡Que buena coincidencia!

El resto del viaje pasó en silencio, pero no uno incómodo. Cuando llegamos Farkle me guío hasta el salón de mi clase; yo tenía inglés y él matemáticas. En cuanto entre al salón pude notar el caos que mis nuevos compañeros estaban causando, tome asiento y los observe uno por uno.

-Buen día alumnos -saludo el profesor mientras entraba al aula, nadie hizo caso a su saludo.

Él pareció no darle mucha importancia a todos los gritos que había, pues tomo su tiza y empezó a escribir en la pizarra. Éramos muy pocos -si digo que éramos diez, miento- los que copiaban lo que el profesor había escrito en la pizarra. Recién empezaba la clase -y el día -y ya quería irme de aquí.

El timbre sonó y, literalmente, corrí para salir de ahí. Revise mi horario y mi próxima clase era historia. Me guie por los números de los salones y pude llegar, cuando entre me encontré con Farkle sentado en el segundo asiento de la tercer fila.

-Hey -lo salude.

-¡Lucas! -Exclamo y me acerque a él -¿Cómo te fue en tu primera clase? Ya sabes porque lo digo, ser el chico nuevo nunca es bueno.

-Tienes razón, nunca lo es. Para serte sincero me fue pésimo.

-Lo lamento por ti, veras a mí.... -él se interrumpió y puso una expresión de espanto. Me gire para ver qué era lo que lo había puesto así y vi a Riley y a la rubia gruñona. -Oh no.

¿Qué era lo que pasaba? De repente todos habían dejado de hablar para mirar a Riley y a la gruñona. Ellas se miraban a los ojos, con ¿odio? Quizá. Podía sentir la tensión que había entre ellas.

-¿Qué es lo que pasa, Farkle? -le susurre

-Créeme, no querrás saberlo.

Volví a contemplar el maravilloso espectáculo que las chicas estaban montando.

-Hola, Maya -saludo Riley a la gruñona. -Me entere que harás las pruebas para ser porrista, verás para entrar al equipo deberás esforzarte mucho. Igualmente no creo que califiques, gente como tú no nos sirven en el equipo.

Oh, oh. Para mi sorpresa la gruñona -Maya - sonrió y mostro sus blancos dientes.

-Riley cariño, tú lograste entrar, ¿crees que yo no podré? -su tono sarcástico, de alguna forma, me agradaba -Oh claro, se porque lo dices -la miró de pies a cabeza. - ¡Porque tu pasaste la prueba gracias a tu padre, idiota! -le gritó.