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POV Maya.

Luego de que el director se llevara a Lucas y Tiziano ayude a levantarse a Josh, me pidió que lo acompañara a la enfermería de su instituto y accedí porque, después de todo, gracias a mí él estaba como estaba.

-¡Santa Virgen! –gritó la anciana enfermera –¿Señor Matthews qué le ocurrió?

-¿Tan mal me dejó? ¡Soy un fiasco! –se recostó sobre la camilla y empezaron a curarle sus heridas.

Josh es pariente de Riley, y aunque yo había dicho que no quería estar nuevamente relacionada con la familia Matthews, él era un gran amigo y persona. Cuando puse fin a mi amistad con Riley prometí no volver a tratar con nadie de su familia, pero acá estoy yo rompiendo mis promesas.

-Yo debo quedarme para que me hagan una placa para ver si está rota –habló Josh captando mi atención, acto seguido se señaló la nariz –Puedes irte si gustas –me sonrió y luego se quejó adolorido.

Salude a Julianne –la anciana enfermera – y a Josh dispuesta a marcharme, iría a ver qué ocurrió con Lucas pero me topé con Tiziano y este no traía cara de buenos amigos.

-Ahora sí, estamos solos y no puedes pedirle ayuda a nadie –sonó sus dedos, retrocedí un paso –Eres una chica muy imbécil ¿lo sabias?

-Sí, ya lo sabía –hable firme y me dispuse a caminar nuevamente –Si me disculpas, debo irme.

Tiziano me tomo de la cintura fuertemente, me subió a su hombro y me tapó la boca con un pañuelo, patalee y como respuesta recibí una palmada en el trasero. El pañuelo tenía un olor asqueroso y estaba perdiendo la conciencia, lo último que logre ver fue la parte trasera de su auto y a él conducir a una velocidad bastante alta.

Desperté en un lugar duro y frío: el piso. No podía abrir los ojos debido a que los tenía vendados, las manos atadas y pies descalzos que no me ayudaban de mucho. Si seguía cuerda podía asimilar que Tiziano me había llevado muy lejos de la ciudad donde no me encuentren muy fácilmente, para él poder hacer lo que quisiese conmigo y yo no podía hacer nada. Sí me negaba; él reaccionaria mal y temía salir viva de este lugar.

-La princesita ya despertó –su voz me asustó y el nudo en mi garganta no tardaba en aparecer –Que bien que ya despertaste porque debo comentarte que pasé por la farmacia camino hasta aquí para comprar condones, no ha de ser que tengas alguna enfermedad y se me pegue. –comencé a sollozar pidiendo a todos los santos que me salvaran de este hombre. –Me debes lo de la otra noche, ¿lo recuerdas? –preguntó en mi oído con su voz tranquila.

Luego hubo un silencio eterno, yo paré de sollozar y él no volvió a hablar ni se movió. De un momento a otro apoyó algo en mi espalda y sabía perfectamente que era –Y para que sea más especial para ti, te dejare verlo –desató la venda de mis ojos y el lugar quedó al descubierto: una pared verde llamó mi atención, repleta de fotos mías. Mis ojos disparaban lágrimas sin parar, él estaba obsesionado conmigo y sabía que la obsesión no era buena, podía terminar con mi muerte. Un cachetazo me devolvió a la realidad, él me recostó en el piso, subió mis manos por encima de mi cabeza y colocó peso sobre ellas para que no pueda levantarlas. Sacó un condón de su caja y luego de abrirlo comenzó a colocárselo, cerré muy fuerte mis piernas con la intención –y el tonto pensamiento –de que si las mantenía cerradas nada pasaría. Él se tiró sobre mí y yo ahogué un grito, sus manos parecían brazas calientes que estaban quemando mi cuerpo, con la fuerza que tuve levante mi pierna izquierda provocándole un golpe a este haciendo que cayera, se volvió a parar con una expresión siniestra, me tomó de los tobillos y me arrastro un poco por la sala. El peso que estaba sobre mis manos había desaparecido, era el momento de escapar.

-¡Déjame en paz! –me puse de pie y lo empujé contra la pared, un ruido brusco retumbo en el lugar: había golpeado su cabeza y quedó inconsciente. Un suspiro de alivio opacó el silencio que había, comencé a buscar por toda la sala algo con que cubrir mis piernas y hallé unos vaqueros grises en la silla del rincón. Salí por la puerta haciendo el diminuto ruido posible, el afuera me era totalmente desconocido y cuando corrí unas cuadras pude preguntar a un anciano.

-Disculpe señor ¿podría decirme en dónde estamos?

-Estamos a veinte minutos de la ciudad. Si estas perdida deberías ir por todo este camino –señaló la carretera –y cuando veas una cafetería sabrás que ya has llegado a tu destino.

-Muchas gracias –me sonrió y siguió con su camino.

**

Cuando llegué a casa le informé a mamá sobre todo lo que había pasado y ella sugirió no ir al instituto por unos días, también hizo una denuncia para que Tiziano no pueda acercarse a mí, pero él estaba desaparecido y no se sabía que podría estar pasando por su cabeza.

-Hable con tu padre –mamá hizo su aparición en mi habitación, alcé una ceja –Sugirió llevarte a vivir con él y yo accedí, aquí corres peligro y no me arriesgare Maya.

Esa noche lloramos como si se tratase de una muerte pero mamá y yo sabíamos que era lo mejor.

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Buenaaaas! Espero que les guste el cap y dejen sus votos y comentarios💓
Mañana actualizo, ya saben♡

Dangerous Woman - Lucaya a.uDonde viven las historias. Descúbrelo ahora