Día 38

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No todos tenemos las mismas intenciones, y eso es algo no todos comprenden todavía.

Olvidar algo doloroso no significa que la herida se cierre, el tiempo no la curará. Y, cuando recuerdes esa herida, dolerá como nunca.

Porque hay heridas que no sanan. Simplemente no lo hacen y se quedan ahí para recordarnos lo dolorosa que se torna a veces la vida, para recordarnos que el dolor es parte de la vida, y que sin él no apreciaríamos la felicidad momentánea que se tiene, porque así es, la felicidad no dura para siempre. Nada dura para siempre. Sin embargo hay que aprender a vivir con eso, a disfrutar lo que se tiene porque no sabes cuando lo puedes perder.

A veces somos como una pieza del rompecabezas que no encaja en ningún sitio, te vas sintiendo solo y perdido, no tienes tu lugar en el mundo.
Es muy triste como todas las personas se creen las mentiras y no creen la verdad. Quieren a la gente hipócrita y le temen a la gente sincera. La gente teme a la verdad.

Pero qué más da. Ya todo me da igual, no quiero tener opinión, no quiero problemas, no quiero arreglar algo que ya no tiene vuelta atrás. Yo no pienso perdonar como siempre, porque tengo miedo de que pase lo mismo otra vez, tengo miedo de que me duela de nuevo. No quiero volver a pasar por lo mismo. Porque siempre termino perdonando y ya no quiero más. Me aburrí de que siempre sea lo mismo, pero ahora no más.

Y después de todo, al final te acostumbras y sonríes aunque todo sea una mierda, y no quiere decir que estés fingiendo, sino que a pesar de todo lo malo puedes ser feliz, ya no tienes nada más que hacer que sonreír.

82 días, faltan 82 días y todo terminará.

120 días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora