Día 9

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Bueno, otro día más. He pensado en las cosas de la vida, he reflexionado, he estado bien. He preferido estar un poco más sola para aclarar mi mente de todas las posibles dudas que puedo tener.
Yo en verdad quiero que las cosas mejoren, en todo sentido, pero yo sola no puedo cambiar las cosas. Solo soy una persona, algo insignificante para el resto del mundo, por más que lo intente nunca nadie notará lo que hago, será como un grano de arena en una gran playa, ¿quién lo notaría?
Al igual que mi existencia, ¿qué tanto importará el día en que deje de respirar? ¿a cuántas personas de verdad les afectará? Tengo miedo, no puedo pensar con claridad, lo único que hay en mi cabeza son malos pensamientos, y mi imaginación me ataca como nunca antes pensé, tengo miedo de volverme realmente loca, aunque tal vez no sea tan malo. No ser consiente de lo que está pasando y vivir tu propia realidad...
Cuando lo pongo desde ese punto de vista no parece tan malo. Incluso suena más tentador que la misma realidad. Pero tengo miedo, miedo al cambio, yo aún quiero ser la niña pequeña sin preocupaciones que lo único que quería era ser veterinaria. Que sueño más estúpido, pienso, no podría haberlo hecho. Alguien que no puede salvarse a sí misma no puede salvar a los demás.
Menos mal que dejé de ilusionarme. Aunque admito que aún no aprendo completamente la lección. Sigo confiando en la gente equivocada, sigo decepcionándome de la gente. Sigo siendo la estúpida con sueños que jamás se harán realidad. Debo intentar salvarme a mí misma antes de que sea demasiado tarde. Al cabo de estos 111 días puedo ser feliz, lo sé. Pero la espera es demasiado larga y dolorosa, espero que en el futuro estos sólo sean amargos recuerdos de los días más tristes de mi vida.

120 días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora