Capítulo 12: ¿Es muy evidente?

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Para la siguiente clase de Ética, Matthew tuvo que ausentarse debido a que su padre y él tenían una cita para medirse los esmóquines que un sastre había confeccionado para la boda de Dylan. Por primera vez, en lo que para mí fue mucho tiempo, llegué al salón sola y se sentía algo parecido a la libertad. Al entrar, busqué a Dafne con la mirada y me acerqué. Ella estaba inquieta ya que la noche anterior le dije que tenía que contarle algo importante y, a pesar de su insistencia, que debía ser en persona.

—Salgamos del salón —le pedí.

Ella me siguió.

—¿Qué pasa? —me preguntó apenas estuvimos afuera—. ¿Por qué tanto misterio al respecto? Ay —entrecerró los ojos—, no me digas que tiene que ver con Marianne.

—¡No! Bueno, sí… —me recosté contra la pared de medio lado— pero no es nada de lo que estás pensando.

—Kathe, tienes cinco minutos para explicarte antes de que la clase comience, así que mejor empieza ya.

—¿Recuerdas que te conté que Matt iba a conocer a mi mamá?

—¿No se apareció?

—Al contrario. Llegó con un ramo de flores y vestido como si fuese a un quinceañero. Todo el tiempo actuó demasiado formal, como si estuviéramos en 1800, y fue extraño.

—Vaya, jamás habría imaginado a Matthew Fontaine siendo así.

—¡Ni yo! Me sacó de quicio —torcí los ojos—. A mi mamá por supuesto le encantó eso, pero yo llegué a odiarlo. Incluso le pidió permiso para llevarme a un almuerzo con sus padres cuando ni siquiera me había preguntado antes si quería ir.

—Por ahora te doy la razón, pero dime en qué involucra a Marianne.

—A eso voy. Acepté porque no me quedaba de otra. Para no dar largas, la comida estaba rica, su casa es preciosa y sus padres son muy amables, aunque tienen una extraña obsesión con su hijo mayor.

—¿Matthew tiene hermano mayor? —preguntó igual de confundida que yo cuando me enteré.

—Hasta ahora me entero, pero ese no es el problema. Matthew vive con su prima… y resulta que esa prima es la misma chica que le vende drogas a Marianne.

—Oh, mierda.

—¡Exacto!

—¿Y te reconoció?

Asentí.

—Dafne, ella sabe que entre las dos pasó algo.

—Kathe… —intentó interrumpirme, pero yo seguí hablando.

—Me insinuó algo sobre decirle a Matthew, ¿puedes creerlo? Yo fui clara y le dije que, si lo hacía, les diría a sus tíos sobre su trabajito. Acabamos haciendo un pacto de silencio.

—Cállate.

—Pero no me gusta estar atenida a eso. ¿Y si algún día se le ocurre hablar? No puedo perder todo por un simple error, por… ¡por nada!

—En serio, cállate.

—¿Qué pasa? —pregunté extrañada.

—Puedes estar tranquila —Marianne pasó por mi lado—. Ella no dirá nada —abrió la puerta y entró al salón sin más.

—Bueno, eso fue incómodo —Dafne se rascó el cuello.

—Todo se está poniendo cada vez peor.

—Al menos no fue Matthew. En ese caso, te habría tapado la boca con mis propias manos.

—Él no vendrá. Está con su padre midiéndose ropa para la boda de su hermano. ¿Y si su prima fue con ellos? —empecé a divagar—. Esto es enfermizo. Entre más tiempo pasa esa chica con su familia, más preocupada me pongo.

SERENDIPIA PARTE I: MARIANNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora