Chris

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¿Chris se había ido? No era posible. ¿Tenía algo que ver con lo que pasó ayer?

Taylor sacó su celular he intentó llamar a Chris, pero estaba fuera del área. ¿Dónde se habría metido?

Ella se sentía muy triste... ¿Por qué? ¿Por qué la partida de Chris la hacía sentir de esa manera? Ella utilizó su celular para llamar a Pierre.

–¿Qué sucede, Taylor? –preguntó preocupado.

–Chris se fue –le dijo alterada –. Se fue y no sé dónde está.

–¿A que te refieres? –Pierre no tenía idea de que su hermano se había esfumado.

–Me dejó una carta y desapareció ¿Sabes dónde está? –Taylor tenía la esperanza de que Pierre le digiera donde estaba Chris.

–Lo siento –se disculpó su maestro –. No tengo idea de donde se habrá metido.

Taylor se sentía incompetente ¿Por qué se sentía tan mal?






Chris se encontraba acostado en un sofá mirando hacia el techo.

–Supongo que no podremos estar juntos nuca más –se dijo a sí mismo –. Nunca te pude decir lo que sentía por ti.

Chris se levantó y salió a caminar por la ciudad para despejar su mente. Se encontraba en Buenos Aires. La ciudad le pareció muy bonita, pero sentía que le faltaba algo... o alguien. Mientras caminaba, vio un tienda de café, entró y se sentó en una mesa alejada de todos los demás. La camarera llegó y le preguntó que quería pedir.

–Me gustaría un capuchino –dijo desanimado.

–¿Puedo preguntarte por qué estás tan triste? –la camarera intentaba coquetear.

–¿Alguna vez te has sentido atrapada? Como si esa persona a la que amas jamás podrá estar junto a ti y te rompe el corazón cada vez que la recuerdas –suspiró Chris.

La camarera desistió en coquetear con él, era evidente que estaba pasando por un mal momento. Ella le dio su capuchino y Chris pasó el resto del día tratando de tomarlo, pero no tenía ganas de hacer nada más que pensar en Emma. Si tan sólo le hubiera dicho lo que sentía por ella...

–Hola mi amor –una chica, se sentó en junto a él en la mesa –. ¿Qué haces aquí?

Era la perra de Jessica. Estaba vistiendo un vestido rojo muy corto y feo.

–¿Qué haces aquí? –Chris no tenía idea de lo que hacia ese monstruo en Buenos Aires.

–La pregunta sería ¿qué haces tú aquí? –Jessica se sentó sobre Chris y lo besó en los labios dejándole una marca de labial.

Chris se levantó inmediatamente y ella cayó al suelo dándose un fuerte golpe.

–¿Qué quieres? –dijo enojado.

–Se supone que te irías conmigo a Marsella y trabajarías para mi padre –ella se levantó del suelo –. Tuve que mover a medio personal para que te encontrara.

–Entiende que no quiero saber nada de ti –dijo Chris más calmado –. Lo que estuvo a punto de suceder entre nosotros fue un error. Sólo aléjate, por favor.

Dicho esto, Chris se fue de ese lugar para regresar a el apartamento que había arrendado en la ciudad. Subió las escaleras y entró en su apartamento golpeando fuertemente la puerta.

–¡Soy un idiota! –gritó Chris.

Inmediatamente el timbre del apartamento sonó. ¿Quién rayos era?

Abrió la puerta disgustado, porque pensó que era algún vecino molesto, pero encontró a Taylor. Se la veía muy cansada y agotada. Ella sonrió al ver que al fin había podido dar con el apartamento de Chris y, después, saltó a los brazos de Chris.

–¿Qué... Qué... haces aquí? –preguntó atónito.

–Vine a verte –dijo ella, mientras Chris la llevaba cargada hasta la sala –. Me di cuenta de que no podía estar lejos de ti... Vine a decirte que te amo.

Ambos se sentaron en el sofá y Chris preguntó incrédulo:

–¿Me amas? –una sonrisa se dibujó en su rostro.

–Si te amo y quiero estar contigo... pero si no sientes lo mismo que yo entonces...

Chris agarró su rostro con sus manos y la beso. El primer beso que ellos se daban, un momento muy especial, ya que era la primera vez que se unían. El beso era sube y dulce, poco a poco se dejaron llevar por la magia de ese momento. Chris la cargó entre sus brazos y la llevó hasta su habitación. Antes de seguir con todo lo que estaba a punto de suceder, Chris le preguntó algo muy importante.

–¿Cómo sabias que estaba acá?

–Llame a la directora y ella me dijo que vendrías a trabajar aquí por un tiempo –dijo nerviosa –. Y ella... pues... me dijo que estaba feliz de que un tonto como tú al fin tuviera a alguien especial en su vida.

Su tía era muy cruel, pero agradecía enormemente ternarla. Era casi una madre para él.

Chris miró los ojos de Taylor y le sonrió, siguieron con lo que estaban haciendo hasta el amanecer.

Ya era de día, Chris estaba completamente desnudo junto a Taylor, ellos habían consumado el acto de su amor y Taylor le había regalado un hermoso collar plateado a su novio.

Taylor abrió lentamente los ojos y se encontró con el rostro de Chris.

–Buenos días, amor –le dijo Chris.

–Buenos días –sonrió la chica –. ¿Qué vamos a hacer ahora?

Era evidente que ella se refería a su relación y como vivirían desde ese momento.

–¿Te gustaría quedarte un tiempo aquí? –preguntó Chris –. Después podemos ir a visitar otros lugares.

–Eso sería genial –dijo la chica –. Siempre he querido recorrer el mundo.

Chris rio, después de todo la chica que amaba había recorrido medio mundo para decirle que lo amaba.

–Nunca he ido a España –rio él –. Podemos ir al finalizar el año y después regresamos a Francia para ver qué hacemos con el apartamento que compramos.

–Me parece bien –dijo Taylor –, pero primero quiero recorrer todo el continente, podemos ir a visitar a Luis en Nueva York, a Pierre en México, a Tommy en Canadá y a Max en Chile.

–Como tu quiera, princesa –Chris la besó en sus labios.

Ellos estaban más que felices estando juntos. Era agradable tener a una persona especial con la cual compartir momentos únicos y especiales.


Mucho tiempo después

Chris se encontraba en el altar, el lugar estaba lleno de conocidos y amigos, incluso la directora estaba ahí. Pierre estaba más que feliz de ver a su hermano menor casarse. 

Las puertas se abrieron y Taylor entró con un hermoso vestido blanco y un ramo de flores, acompañada de su amigo Luis.

Ella se acercó junto a Chris y ambos se miraron frente a frente.

–Quiero decirte que has sido una persona muy especial para mi –dijo Chris –. Llegaste a mi vida y te fuiste acercado a mi corazón cada día que pasaba contigo. Prometo siempre estar junto a ti.

–Aunque seas una amargado y un hombre muy serio –continuó Taylor –, siempre te amaré.

Así fue la boda de Taylor y Chris.

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