Se encontraban allí mi prima y aquel chico al que había tratado mal sin motivo aparente, apenas entré eché un vistazo hacia adentro a ver si mi mamá rondaba la sala o algo, pero no, al parecer mi mamá no estaba en la casa así que me límite a saludar a mi prima, la cual sonreía como si la vida le fuera en ello. Casi me da un paro cardíaco cuando lo vi allí, o sea no se puede ser más acosador, sin embargo hice como si nada y pase.
-Hola puta.- dije sonriendo y la abrace, miré hacia a aquel bombón y lo salude con un movimiento de cabeza, mientras me liberaba del abrazo de Nohemí.
-Hola mi amor.- dijo y yo sonreí, no podía evitar sonreír, en mi casa estaba aquel chico que nos miraba esperando una especie de explicación o algo.- mira, te presento al gafo este, se llama Bradley pero todos le decimos Brad.- y a él.- Brad, ella es la puta bachaquera de la que te hablé.- dijo y todos reímos.
-Ya había tenido el placer de conocerla, solo que todavía ella no me había dicho su nombre, hola Marta.- Dijo él y yo me ruborice.- eres una maleducada.
-Para nada, solo que no suelo tratar con extraños, creo que ya te lo había dicho pero con diferentes palabras.- le explique y a Nohemí.- ¿no me habías dicho que tu primo era un bombón con un abdomen admirable? – sonreí de medio lado, sabiendo que era mentira.
Ella se rió y dijo.- cállate perra, él es un feo muy simpático.- dijo y yo me reí al ver la cara de su primo, esa cara era un poema, como si de verdad le sorprendiera.
-Bueno ya regreso, tengo que guardar esto y cambiarme de ropa.- dije y me encaminé a la cocina, guarde todo y me dirigí a mi cuarto, me saque la ropa y fui a bañarme. Cuando volví a salir se habían ido ya, no perdí mi tiempo y me metí a dormir hasta que se hiciera de noche.
Al despertarme eran ya casi las seis y media de la noche y a mí me tocaba hacer la cena así que repose un minuto en mi chinchorro y salí estirando todo mi cuerpo, bostezando como si no hubiese dormido nada y recogí mi cabello en una coleta.
Abrí la puerta de mi habitación vi a mi hermana mayor sentada en la computadora haciendo Dios sabe que, y me encaminé hacia la nevera a sacar lo que necesitaría para hacer la cena. Mi nevera en particular solo tiene las cosas que se necesitan como agua, harina pan, uno que otro aliño, hielo, arroz, en fin no hay nada como para cuando cualquiera de nosotros tiene ganas de jactarse de algo dulce. Saqué la harina pan, cerré la nevera y fui por la sal, hice una increíble masa *nótese el sarcasmo*.
Monté una olla con agua a hervir, para hacer unos bollos. Tomé mi teléfono y vi mensaje de mi prima, lo abrí y decía:
Nohemí: Llegate el mía, te tengo un betaaaaa.
Marta: Llegate tú mmw, toy cocinando.
Nohemí: Bueno piazo e puta, tu eres la interesada-.-
Marta: ¿de qué se trata?
Nohemí: que no te lo voy a decir por teléfono, no seas galla.
La deje en visto y me quedé pensando que podría ser. Le dije a mi hermana que pusiera música, puso una salsa baúl demasiado bella y recibí un mensaje de un número desconocido:
Desconocido: Mujeeeee, este es mi nuevo número, guárdalo es Danyela.
Guardando desconocido como Danyela.
Marta: Bueno, y si no me da la gana pues :v.
Danyela: No lo guardes, tampoco te voy a obligar jaja.
Lo sé, tengo una manera muy extraña de tratarme con las personas, pensé, mientras echaba los bollos en el agua hirviendo. Pero viéndolo de este modo prefiero tratarme así con las personas a tener un trato hipócrita que no va para nada con mi forma de ser, creo que por esa forma de tratar a las personas es que estoy más sola que Calamardo, si, soy una adolescente que ama Bob Esponja.
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Relatos De Un Venezolano.
RandomEsta es la historia de Marta, una muchacha Venezolana que todos los días tiene que enfrentarse a la inseguridad que hay en su país, se despierta cada miércoles a las cinco de la mañana, cuándo le toca a su número de cédula para ir al supermercado a...