Narra Bradley.
Habíamos pasado toda la tarde viendo películas y justo ahora Nohemí tenia el control en su poder y ella elegiría la siguiente película, lo que significaba que veríamos o una película de terror o dos horas de algún romance que a ella le gustara, yo la verdad no era para nada fan de esos dramas así que rogaba porque encontrara alguna buena película de terror. Marta se había despertado y cuando vio mi hombro lleno de sus babas se disculpo una y otra vez, mientras Nohemí se burlaba de lo babieca que podía ser su amiga y Marta la veía con cara de asesina en serie.
-¿Que quieren ver? -hizo la pregunta Nohemí.
-No se -respondió Marta- pero por favor no vayas a poner uno de esos dramas que tanto te gustan.
-Coincido chama, tu todo el tiempo pones esas películas estúpidas del chamo rudo que se enamora de la niña tímida y todo ese cliché, cosas que no pasan en la vida real...
-Ay callate, a mi me gusta pensar que si -dijo Nohemí riendo- ¡se comieron todas las cotufas! -dijo Nohemí tomando el tazón en sus manos y lanzándolo sobre la cama.
Yo me empecé a reír porque entre Marta y yo nos habíamos jartado el perol de cotufas, Marta me miro cómplice y se empezó a reír conmigo.
-¿y no hay para hacer más? -pregunto Marta sonriendo.
-No, se acabaron y yo quiero ver otra película -dijo Nohemí haciendo un puchero.
-Esta bien, vamos hacer una vaca y compramos un doritos XL.
-Si va menor, yo pongo la boca -dijo Nohemí haciendo un bailesito raro. Marta empezó a reírse y se puso de pie haciendo lo mismo.
-Yo también, menor entonces -dijo Marta y cuando me quise unir a decir lo mismo me dieron un empujón.
-Dame los reales, yo voy -dijo Nohemí, yo de mala gana puse el dinero en sus manos y ella se fue.
Entonces me di cuenta de lo que había pasado, Marta y yo nos habíamos quedado solos.
-Entonceees -dije rompiendo el silencio incómodo que se había creado y sonriendo pícaro- ¿te gusta el pan?
********
Narra Marta.
Bradley y yo nos habíamos quedado solos en el cuarto, cuando Nohemí se había ido a la bodega, por un momento fue súper incómodo pero luego Bradley me empezó a sacar conversación y fue mas incomodo porque no sabia ni que preguntarme.
-Y así fue como gane el partido de fútbol -dije concluyendo entre risas- ¿y a ti te gusta el fútbol? -pregunte curiosa.
-Claro el fútbol es la cosa mas genial que haya -dijo mostrando sus dientes perfectos- y que las chicas como tu lo jueguen me parece mas genial todavía, cuando quieras jugamos un partido -dijo tomando mi cara y acariciando mis mejillas. De repente lo tenia muy cerca de mi y mi mente me decía que me apartara pero mi cuerpo no obedecía mis ordenes, escuchamos que tocaron la puerta y yo me aparte rápidamente.
-Voy a abrir -dije y salí casi corriendo.
Como había pensado era Nohemí la que estaba tocando, no entendía porque el tío no le daba una llave de la casa de una vez por todas.
Le abrí y traía dos doritos XL y una coca-cola de litro y medio, si yo no salia de aquí con cinco kilos mas seria un total milagro.
-Hola mamish -dijo Nohemí sonriendo de manera pervertida, creo que esa costumbre nunca se quedaría atrás entre nosotras.
-Hola bebé -le respondí a mi amiga, pasamos al cuarto y yo me senté lo mas lejos que pude de Bradley mientras Nohemí le daba puesto a todo.
*********
Esa noche Nohemí quiso acompañarme a dormir a mi casa pero no la deje porque el aire estaba sucio y casi no enfriaba y a ella le gustaba montarme la pierna mientras dormíamos, no es que yo no lo hiciera pero había calor.
Cuando llegue a mi casa mi mamá me abrazo y yo la sentí rara.
-¿Que paso, mamá? -pregunte.
-Nada, ¿que va a estar pasando? No te puedo abrazar -dijo acariciando mi rostro.
-Si, solo que se me hizo un poco raro -respondí.
-Te amo mucho ¿sabes? No lo olvides nunca -dijo besando mi frente y yéndose a su cuarto.
Mi mamá nunca había sido una mujer tan expresiva, su actitud me preocupaba un poco pero lo deje pasar, tal vez ya le había llegado la menopausia y por eso se portaba así.
Cuando abrí la puerta para entrar a mi cuarto escuche que mi hermana me llamaba, me acerque a ella y vi que tenia los ojos aguados.
-Necesitamos hablar -dijo tratando de sonar lo mas fría posible, bueno ahora si me estaba preocupando.
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Relatos De Un Venezolano.
De TodoEsta es la historia de Marta, una muchacha Venezolana que todos los días tiene que enfrentarse a la inseguridad que hay en su país, se despierta cada miércoles a las cinco de la mañana, cuándo le toca a su número de cédula para ir al supermercado a...