Narra Bradley.
Tenia mi mirada fija en un solo lugar y mis pensamientos fijos en una sola persona.
Marta tenia mucho rato de haber salido huyendo como alma que lleva el diablo de aquí y yo no había podido dejar de pensar en su manera de reaccionar, ¿tan poquito le había gustado un beso mío? Wow, esa chica me iba a volver loco si no le ponía un alto a toda esta situación, ella ni siquiera me había dejado profundizar aquel beso, se separo de mi lo mas rápido que pudo y de repente lo que siento es aquel señor coñazo en mi cara, bueno técnicamente fue una cachetada pero igual de aturdidor.
Me gusta Marta, me fascina Marta, es un verdadero enigma y me encantan los enigmas, a cualquier costo la quiero para mi, de todas las maneras posibles.
-Buenaaaaaas. -dice Nohemi al entrar al cuarto con una sonrisa brillante como si no hubiera salido hace un rato de este mismo cuarto vuelta una mierda.- ¿que me ves? ¿nunca habías visto una belleza de tal magnitud?. - posa su mano en su cintura como una diva y me mira como si fuera un insecto, un movimiento típico de Nohemí.
-Nada. -le digo cortante y vuelvo mi mirada al techo.
-Bueno mamawebo, ¿que tienes tu? ¿quieres plomo?
-No sí, la Britany y tal, ¿donde dejaste a tu Kevin?. -me reí y sentí un almohadazo en mi cara.
Escuche una risa de su parte, mientras yo me acomodaba en la cama y la veía frente a frente.
-Dame el número de Marta pues. -le dije y observe su reacción de sorpresa e intriga. -te prometo que es solo para hablar en plan de amigos. -hice una pausa y vi su rostro relajarse.
-No sí, ¿tu crees que esa webona es así gratis?. -sonrío macabramente. -primero lo primero, dinero o una mega hamburguesa especial que le brote grasa por los lados.
Me reí, mi prima estaba loca y estaba prostituyendo a su mejor amiga, bueno, técnicamente solo me estaba vendiendo el número. ¿Pero es lo mismo, no?
-Bueno, nojoda no me des un coño, yo mismo se lo pido.
-No te lo dará, ella sabe que no le conviene. -me sorprendió la sonrisa en el rostro de Nohemí, estaba segura de que no me lo daría, pero en mi mente solo se repetía una pregunta y me atreví a hacerla en voz alta.
- ¿Y por qué no me lo daría? Mirame, bueno tu no, tu tal vez me veas como un adefesio mal oliente, pero ¿y ella? ¿Acaso ella me ve así? Porque yo no lo creo. -dije y finalice, había dicho demasiado.
Mi prima río, me miro a los ojos y me dijo:
- No eres el primer chico guapo que se le acerca, y si, yo si te veo como un adefesio mal oliente. - dijo y me dio la espalda, obviamente no quería seguir hablando del tema.
-Coño pana, esta bien te voy a brindar la maldita hamburguesa pero dame el número. - le dije.
-Weno pero te lo daré después de la hamburguesa.
-Nohemí. -rogué. -por favor, te prometo que no te vas a arrepentir.
-No coño e tu maquina, ahora déjame dormir que mañana tengo que madrugar.
-¿Pa donde vas tu mañana de madrugada? -le dije, me intrigaba la llamada que le habían hecho de la que no había querido hablar.
-No es tu peo, ahora duerme y déjame dormir. - dijo y apago la lámpara del cuarto.
Agarro mi tlf y veo que tengo diez llamadas perdidas y un mensaje de mi papá.
El viejo: coño e la madre, agarra el maldito teléfono que tenemos que hablar, me tienen en la policía.
Entro en pánico y lo llamo inmediatamente.
Me contesta al segundo ring.
-¿Por qué coño no agarrabas? Me agarraron con un cargamento de comida y me tienen en la policía acusandome de bachaquero, depositame a la cuenta que tu sabes.
- muy bien, pero luego hablare calmado contigo, ¿lo que me pides es para tu fianza o para los frescos de los pacos?
Se corta la linea.
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Relatos De Un Venezolano.
RandomEsta es la historia de Marta, una muchacha Venezolana que todos los días tiene que enfrentarse a la inseguridad que hay en su país, se despierta cada miércoles a las cinco de la mañana, cuándo le toca a su número de cédula para ir al supermercado a...