Narra Marta.
Me desperté con un rayito de sol que se infiltraba por mi cortina y yo quería seguir durmiendo, me sentía súper agotada ya que Britany se había quedado a dormir aquí y estuvo hasta quien sabe que hora hablando por celular, pero conociendo mi vida en minutos mi mamá y mi padrastro se despertarían y entrarían a mi cuarto buscando cualquier cosa que no consigan en su cuarto y luego cuando se fueran a sus respectivos trabajos y yo dormiría toda la mañana como de costumbre, así que le lancé un almohadazo a Britany, solo para desquitarme por no dejarme dormir.
-¡Parate mamaweba floja! -le grito y se abraza mas a la almohada que le había lanzado. - que te pares mi amor, ya amanecio -le digo cerca de su cara y la abrazo para que huela mi mal aliento.-Si eres basta marta, no creas que no se que lo hiciste a propósito. -dice y se aparta de mi, buscando aire fresco que respirar, yo me reí en voz baja y salte de mi cama en busca de mis chancletas para irme a cepillar.
Me pare, la mire y le dije:
-Hay un cepillo en la segunda gaveta de ese mueble -señalo el mueble- y la crema dental la dejaré en el baño pero después que te cepilles guardas todo ahí, ¿entendido señorita?. -la volteo a ver y ni siquiera me estaba mirando porque se había vuelto a dormir. -esta mamaweba..-digo y esta vez si me voy al baño, todo el mundo seguía dormido y las luces estaban apagadas, así que solo encendí las del baño, me lave la cara, me cepille los dientes y luego me metí a la regadera porque por más que intentara que no me gustara bañarme en la mañana mi mamá me había acostumbrado a eso desde pequeña sin importar que luego no me despertara mas hasta el mediodía.
En ese momento recordé a Bradley el primo de Nohemí, sabia que tendría que verlo a la cara cuando fuera hasta la casa de ella, y si no iba de igual modo él sabia donde yo vivía ¿como me escapaba de esta situación en la que no había buscado meterme? Pasara lo que pasara tendría que afrontarlo quisiera o no y portarme como una adulta aunque obviamente desde que lo había conocido no sabia donde había quedado esa parte de mi que solucionaba cada situación amablemente porque él parecía sacarme de mis casillas sin siquiera darse cuenta.
-Salí del baño y pase una bata por encima de mi cuello y salí del baño chorreando agua cosa que no me importaba ya que hoy limpiaría mi hermana no yo, si no lograba escabullirse de la tarea que le tocaba con cualquier excusa.
Entre a mi cuarto y vi a Britany dormir felizmente. No me resistí y la abrace como un oso mientras ella pateaba y manoteaba buscando escapar de aquel abrazo, no entendía porque mientras mas fresca estuviera una persona mas rico era el abrazo, y yo estaba chorreando agua.
-¡Martaaaaa! Estas chorreando agua. -me aparte ella tenia mal aliento y la mire confundida.
-¿Acaso no te gustan mis abrazos? -dije y me puse de pie cruzando mis brazos- No ¿verdad? Pero si fuera el mamawebo ese si, ¿verdad que si? -dije abriendo mis ojos exageradamente fingiendo estar molesta.
-Mentiraaa mi amor, abrazame mucho- dijo buscando abrazarme y yo me apartaba orgullosamente hasta que en uno de sus intentos las dos caímos en la cama riéndonos, tenia que admitir que había extrañado mucho a mi mejor amiga.
-No quiero volver a verte triste mi niña, por eso ve y bañate iremos a la casa de ese becerro. -dije y la abrace.
-No creo que sea buena idea Marta. -dijo triste y la mire incomprensible. -si voy allí, se que voy a llorar y no quiero llorar frente a ese idiota.
-No te preocupes, si te veo en ese animo te jalare por las mechas hasta que él crea que lloras porque te jalo las mechas y no por él. -dije y sonreí orgullosa de mi plan.
-Estas loca.
-Ve a bañarte ya, no diré nada más hasta verte bañada y vestida. Ponte tu mejor pinta de zorra azota hombre. -ella me miro asqueada y yo solo pude reír y le dije. -¡estoy jugando!
-Marta -dice mi mamá entrando al cuarto con lágrimas en los ojos. - acaba de morir uno de tus primos en calabozo, nos llamo tu tía Clemencia y nos dijo que lo mataron a balazos. Quien murió fue tu primo Eduardo.
En ese momento me sentí súper mal él había venido a pasar la pasada navidad aquí y aunque si lo vi en pasos raros nunca creí que le pasaría algo de esa magnitud creí que lograría escapar de aquella vida en la que se había metido y saldría ileso, pero no fue así la vida le jugo una trampa y él había caído en aquella trampa, las lágrimas calentaron mi rostro y corrí a abrazar, teníamos que darnos apoyo en familia
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Relatos De Un Venezolano.
De TodoEsta es la historia de Marta, una muchacha Venezolana que todos los días tiene que enfrentarse a la inseguridad que hay en su país, se despierta cada miércoles a las cinco de la mañana, cuándo le toca a su número de cédula para ir al supermercado a...