Sufrida Sensación.

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Enterarse de su embarazo fue lo más impredecible que podría ocurrirle.
Le aterraba pensar en lo que pasaría en los siguientes meses, cuando la pequeña criatura comenzara a abultar su vientre. Había tantas posibilidades, que no sabía cual era la que representaba mayor riesgo para su de por si enredada mente.
Tenía que comunicar su embarazo a los dos hombres con los que llevaba una relación. Pero el punto era, saber quien era el padre del bebe.
Esa cuestión la había tomado por sorpresa cuando caminaba por la acera donde estaba San Mungo.
Sus dos anteriores embarazos los había deseado con todo el corazón, que era la había tomado por sorpresa cuando conecto los síntomas.
Había cambiado mucho... No solo física, si no también mentalmente. Pero el cambio más notable, eran sus sentimientos...
Antes, Ron era su vida... ahora, su vida consistía en huir de Ron para estar con Víktor.
No estaba contenta en como vivía, pero por otra parte prefería vivir sufriendo en la realidad que viviendo en la mentira de casi trece años.
El tiempo que llevaba de gestación la tomo por sorpresa mientras salía de aquel hospital blanco lleno de gente enferma y herida. Costaba creer que por culpa de un pequeño descuido su reputación y prestigio mágico estaban en riesgo. ¿Los culpables? Dos amantes descuidado, e indirectamente un embrión de cinco días...
Sus ojos no mostraban el hermoso brillo que toman los ojos de las mujeres embarazadas... estaban llenos de cansancio y preocupación. Cualquiera que la viera por la calle pensaría que estaba incubando una dolorosa y lenta enfermedad que la consumía por dentro.
Aunque debería de estar inmediatamente en su oficina para aclarar los asuntos que dejo pendientes, decidió aclarar un poco sus ideas caminando por las frías calles de Londres.
Necesitaba aclarar su mente... y mandarle una carta a Víktor.
***
-Aun no se si apoyarte...
-Deberías...-Tomo un poco de su Hidromel y lo miro fijamente. Sonrió.-Es justamente lo que necesitas... y quieres.
-¿A que te refieres?-La miro pensando en el trato que ella le había propuesto.
-Simple, ti quieres estar con Granger... yo con Ron.-Víktor la miro sin comprender.
-Eso ya lo habías dicho.-Tomo un poco de la cerveza de mantequilla y miro su reloj un momento.-Lo que no me queda claro es por que tanto interés en desmoronar esa relación.
-Vamos, ahora no te hagas el muy moral. Ese papel no te queda.-Víktor la ignoro.-Se que es lo que quieres. Desde el 94 me di cuenta de ello. ¿O pensabas que nadie se daría cuenta de tus sentimientos hacia ella?
-No sabes de lo que hablas...
-Tal vez no, pero si se lo que me conviene... y a ti.-Miro el bar en busca de algún cliente sin atender.-Decide de una vez, no tengo toda la noche y no pienso perder una noche de ganancias por un trato.
-No quiero dañar a la mujer que amo...-Comenzó a levantarse de la silla donde estaba para salir del establecimiento cuando ella lo detuvo.
-Si no me ayudas... Granger terminará pagando los platos rotos.-Víktor se detuvo.-La única manera en que puedo reconsiderar no hacerle daño... es que tu me ayudes.
-Eres una...
-Una mujer que busca venganza... Eso soy.
-Solo me uniré a ti para que no la lastimes...-La mujer sonrió con maldad al ver que Krum había cedido al chantaje.
-En ese caso, es mejor que mantengamos el contacto... llámame Lavender.

Ese recuerdo golpeo rápidamente a Víktor cuando reconoció a la lechuza que le había llevado la carta.
Solo llevaba una semana en Inglaterra, y Lavender ya le había mandado ocho cartas para seguir con su plan.
Lo cierto es que le dolía... Le dolía ver a Hermione contenta de estar a su lado, al menos hasta hace poco. Sufría al saber que no le estaba diciendo toda la verdad.
Pero lo hacía con un buen fin... Protegerla. Solo Merlín sabía de lo que era capaz de hacer Lavender con tal de vengarse de ella. ¿Por qué la venganza? El no lo sabía... y quizás no lo quería saber.
Tomo la carta que le mostraba la lechuza y la comenzó a abrir al momento en que el animal reanudaba su vuelo por la oscuridad de la noche.
La carta tenía el acostumbrado olor a Gardenias que solían llevar consigo las cartas o mensajes que Lavender le mandaba.

Víktor:
Te despeje el camino... Granger ya sabe lo que llevo con Ron. Debes de tener cuidado, se ve un poco afectada. Al fin esta cerca nuestro objetivo...
Por cierto, más te vale convencerla de que perdone tu idiotez si no quieres poner en riesgo el plan. Si no hubiera llegado la carta en ese momento y Ron estuviera en pleno uso de sus facultades mentales, ahora mismo ya volverían a jugar a ser la pareja feliz.
Ten más cuidado si sabes lo que te conviene...
L.B.
Lo mismo de siempre... Amenazarlo y decirle que le puede hacer daño a Hermione si no despeja el camino.
Aunque muy en el fondo sabía que Lavender tenía razón, eso no evitaba que dejara de odiarla cada día más por obligarlo a engañarla...
Como si el fuera una blanca palomita sin secretos. Y vaya que tenía secretos.

Los días pasaron sobre Krum tan rápidamente, que se dio cuenta a tiempo de que Hermione no sabía de su nuevo aspecto. Alcanzo a mandarle una lechuza el sábado a medio día, diciéndole que la vería en la plaza principal de Valle de Godric.
Pero no por estar concentrado en resolver el malentendido con Hermione había abandonado su otro objetivo...
Acabaría con ese hombre aunque le costara la vida. Ya le había robado el honor... ahora la hora de la venganza llegaría.
Salio de su casa cerca de las dos de la tarde, para comprar un traje especial para la ocasión... Si algo bueno le había dejado Cirse, había sido la enseñanza de la importancia de la ropa en los eventos.
Después de ponerse el traje oscuro que compro y conseguir un ramo de rosas blancas fue a reunirse con ella a las siete de la noche.
Si había pensado que Hermione no acudiría, toda sospecha se esfumo al verla sentada en una banca de la plaza con los ojos llorosos.
***
Había llorado... y mucho.
Darse cuenta de que había jugado con fuego tenía sus consecuencias la había bajado de su ya frágil nube de inmunidad.
Nunca pensó en que se hallaría en esa situación... y vaya quemada que se dio.
Todavía no había afrontado a Ron. Para ser precisos, este llegaba pasada la media noche y se iba antes de las ocho de la mañana, por lo que Hugo y ella pasaban casi toda la tarde juntos.
Si no le había pedido el divorcio a Ron, era por la simple razón de que haría sufrir a sus hijos. Rose y Hugo no tenían la culpa de que ella se hubiera dado cuenta de que aun amaba a Víktor demasiado tarde.
Llevo a Hugo con sus padres para poder ir con Víktor. Su último hijo pasaría la noche en casa de sus abuelos maternos.
Cuando llego a aquel hermoso pueblo a las seis y media, se dedico a buscar entre las calles la casa que casi la había matado junto con Harry. La casa donde Voldemort estuvo a punto de matar al niño que vivió.
Al llegar a la plaza principal, busco una banca cerca del monumento a los Potter, y comenzó a esperar la llegada de aquel hombre que era la mitad responsable de la vida que crecía en su vientre...
-Hola Hermione...
Ella se dio la vuelta y encontró a un hombre que no recordaba haberlo visto antes, aunque la voz le sonaba extrañamente igual a la de Víktor.
-Soy Víktor.-Hermione respiro tranquila.-Tuve que cambiar varios aspectos de mi cara para que no me reconocieran.-La observo durante unos minutos.- ¿Por qué lloras?
-Eso lo sabrás después.-Se limpio las lagrimas con el dorso de la mano y se paro para estar a un lado de el.-¿Para que querías que viniera?
-Quiero pedirte perdón.-Comenzaron a caminar hacía la casa que Víktor había comprado. Hermione noto que se había arreglado especialmente para esa ocasión. Tembló un poco.- Se que soy un idiota que no sabe valor lo que tiene al lado...
-No eres idiota...
-Si no lo fuera no te hubiera hecho enojar.-Hermione lo miro y se dio cuenta de que no podía cambiar ese argumento.-Pero también tengo que decirte algo.
Entraron por una calle secundaría y comenzaron a alejarse del ruido de la gente.
-¿Qué es?-Víktor la miro y se dio cuenta de que llevaba el ramo de rosas aun en las manos.
-Antes te quiero dar estas rosas.-Se las extendió-Se que son tus favoritas.
-Gracias Víktor. Realmente son muy hermosas.-Tomo el ramo y lo recargo en su brazo.- ¿Que ibas a decir?
Víktor reacciono al darse cuenta de que había estado viendo el vacío. Aspiro aire.
-Quiero pedirte que vivas conmigo...
Hermione se detuvo y miro asustada a Víktor.
-No podría...
-Vamos, amor. Es lo mejor que podemos hacer. Te traes a tus hijos y te divorcias de Weasley...
-¿Crees que será tan fácil?-Víktor la miro esperando que continuara.-Mis hijos resentirían el cambio... Ellos no tienen la culpa de lo que pasa entre nosotros y Ron con Lavender...
-¿A que te refieres con Ron y Lavender?-Hermione lo miro con odio. No había superado ese tema para que Víktor se lo restregara en la cara.
-Me llegaron unas fotografías en la semana donde estaban Ron y Lavender manteniendo relaciones sexuales...
Víktor se quedo un instante callado, mientras pensaba acerca de esa información. Por eso Lavender decía que gracias a ella Hermione no había tratado de arreglar las cosas con Weasley...
-No creo que sea importante...
-¿Importante?-Hermione se dio la vuelta mientras pensaba en lo que podía hacer para hacerle entender lo que pasaba-Claro que es importante... Escucha. -Víktor dejo de intentar interrumpirla.-Me esta engañando... Me engaña con otra...
-También tu lo engañas con "otro"
Hermione se quedo estática al oír eso.
-Preferiría cambiar de tema.-Víktor sonrió y le tomo la mano para caminar. Ella no rechazo el toque.
-Compre una casa.-Hermione lo miro interrogante.-Si, quisiera que tu y tus hijos se vinieran a vivir aquí.
-Olvidas que estas prófugo de la justicia.
-Pero si me cambio de identidad nadie se dará cuenta...-Hermione sonrió. Por primera vez, el brillo especial se instalo en sus ojos.
Continuaron caminando un rato, hasta que Víktor dio vuelta para mostrarle la casa a Hermione. Se adelanto, y Hermione lo vio subir los primeros escalones mientras extendía los brazos.
-Esta... será la casa que quiero compartir con el amor de mi vida.
Volvió a tomarle la mano a Hermione mientras sacaba la llave de su pantalón y abría la puerta principal.
Dejo pasar primero a la mujer mientras el esperaba. Hermione observo la casa.
-Realmente esa hermosa.-Víktor cerro la puerta y beso el cuello de Hermione.
-Y necesito que tú la habites conmigo.
-Víktor.-Hermione lo miro mientras el se caminaba para situarse delante de ella.-Déjame pensar, tengo tantas cosas en la mente. Esa es una decisión muy importante...
-Mientras tanto... Disfrutemos la cena.-Le mostró la cocina.
-¿Cocinas?
-Compruébalo tu misma.

Después de una deliciosa cena preparada por Víktor, ambos se fueron al jardín trasero que estaba tan maravillosamente decorado que a Hermione le maravillo.
Se sentaron en una cómoda banca que había. Víktor la rodeo con un brazo.
-Víktor.-Este volteo a ver a Hermione.-Hay una cosa que debo decirte...
-¿Y se puede saber que es?-La mujer lo miro, evaluando como decírselo.
-Si, tú eres uno de los dos más interesados en este tema.-Callo un momento, esperando que Víktor dijera algo.-Realmente me sorprendí mucho cuando me entere...
-Hermione, me estas asustando.-Ella lo miro y respiro profundamente.
-Es algo difícil de decir...
-¿Que quieres decir?
-Aun más en nuestra condición... la de ambos.
-Dime lo que pasa...
Hermione miro al horizonte... hacía la Luna llena que estaba saliendo de su escondite... igual que ella.
-No se como decírtelo...-Víktor respiro rápidamente.
-Dilo de una buena vez... no quiero esperar.
-De acuerdo...-Se tomo ambas manos rezando por que no deseara deshacerse del bebe.
-¿Y?...-Hermione suspiro.
-Tengo nueve días de embarazo...
Embarazo... Nueve días de embarazo...
Las palabras retumbaron en la cabeza de Víktor durante un minuto. A su lado, Hermione trataba de tranquilizarlo.
-Serás padre...

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