-No creo que sirva de algo ahora.- apreté mis puños impotente y baje la mirada.
-Gray...sabemos lo que está pasando entre Lucy y tú, entendemos que la situación entre ustedes esta realmente complicada, pero, también sabemos que tú estás preocupado y que Lucy te necesita, incluso más que a nosotros, así que por favor, ve a verla, te lo pedimos.- Jellal y Loke estaban con sus miradas suplicantes enfrente mío, tenían unas pequeñas ojeras los dos y se veían muy preocupados. Solté aire rendido y asentí.
-está bien, iré, pero por favor díganle a los chicos que me ausentaré hoy en la escuela.
-si, nosotros les diremos.- levantaron sus manos en forma de despedida y se fueron hacia mi escuela y yo me fui a la casa de Lucy.
Tenía un mal presentimiento, y es que después de lo que nos llegó contando Laxus, todo el tiempo supe que Lucy no estaba bien, pero no podía ir a verla, creía que no me necesitaba, pero por lo que me dijeron Jellal y Loke al parecer mis pensamiento eran totalmente erróneos. Mis pasos eran más firmes mientras más avanzaba, y es que el mal presentimiento no se iba y las palabras de Laxus tampoco.
Sin haberme dado cuenta mi cuerpo me había traicionado y ya estaba corriendo a todo lo que daba, estaba ya frente a la casa de Lucy y abrí la puerta sin pensarlo, no la vi en el primer piso así que subí a buscarla a su cuarto. Golpee su puerta suavemente.
-¿Lucy?, ¿cariño?, ábreme la puerta por favor.- me sentía temeroso, necesitaba tenerla entre mis brazos.
-vete Gray, por favor vete...-su voz se escuchaba tan débil, que me apretó el corazón.
-Lucy, cariño necesito saber que estás bien y si no lo estas déjame abrazarte por favor.- le rogué desesperado, ya estaba forzando la puerta para entrar, me sentía presionado por entrar, como si Lucy fuera a desaparecer en cualquier instante.
-¡se acabó Gray! ¡se termino!, ¡no lo soporto más!, enserio me gustaría haber tenido más tiempo para amarte, pero no lo soporto más ya no...
-¡Lucy!.- Entre en pánico cuando escuche sus palabras y su llanto, empuje la puerta con el peso de mi cuerpo muchas veces hasta que la puerta cedió. La vi ahí en medio de su cama con varias pastillas en mano, se veía tan débil, tan indefensa, expuesta al dolor. Me acerqué rápidamente sin dudar y golpee su mano haciendo que botara las pastillas que estaban ahí, ella gritó y yo la abrace fuertemente, apegándola a mi pecho, quería sanarla, sacarla de todo ese dolor que estaba sintiendo, hacerla olvidar todo lo que había pasado estando sola, y curar su corazón roto, necesitaba hacerlo, por qué si Lucy no estuviera, mi vida no sería la misma.
-tranquila cariño, en mis brazos estás a salvo puedes llorar todo lo que quieras yo estaré aquí no me iré en ningún momento, pero necesito que te quedes aquí conmigo.