Capítulo 11.

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Me apoye en el lavamanos, estaba desnuda y era incapaz de observarme en el espejo, tenía miedo de lo que podía ver a través de él, hace ya un tiempo que había dejado de mirarme a un espejo por el solo hecho de que me decepcionaba lo que veía, ahora me debatía mentalmente entre mirarme o no. Bruscamente levante la cabeza y mantuve fija la mirada, todo el aire que tenía salió como si me hubieran golpeado en el estomago, enterré los dedos en el lava manos y tense la mandíbula, no podía sentirme más decepcionada de mi, estaba hecha un maldito desastre, mi pelo rubio había perdido el brillo y estaba hecho un nido, mi delineador estaba corrido, mis labios estaban secos y partidos, mis brazos tenían las cicatrices de inyecciones, me veía más pálida de lo normal y mis ojos...
-Oh por dios...- un sollozo lleno de dolor salió de mi boca, el sonido fue extraño, nunca había sollozado de tal manera, sentía el pecho oprimido y las lágrimas no paraban de salir.
-no puedo ser yo, no puedo ser yo...¡no puedo!.- me golpeé el pecho intentando calmar el dolor que sentía.- que fue lo que me hice, ¡qué hice para merecer esto!, mamá... Por favor mamá calma este dolor, ¿es que acaso no soy suficiente?, ¿por qué papá me dejo?, ¿¡por qué me dejo como si fuera una basura!?, ¡yo lo amaba! ¡Es mi padre, por dios!, ¡qué hice para merecer eso!.- me dolía la garganta de tanto gritar y llorar pero ahora que había empezado ya no podía parar, todo el dolor que sentía estaba saliendo y no pensaba detenerlo.
-¿¡es que acaso te burlas de mí Dios!?.- me senté en una esquina del baño y puse mi cara entre mis piernas intentando parar con esto, y me di cuenta de algo...¿desde cuándo yo he creído en Dios?, mi labio inferior temblaba y mi cuerpo también lo hacía, los sollozos que salían de mi boca eran dolorosos y solo empeoraban mi estado.
Cuando creí que ya estaba un poco mejor me levante del suelo dispuesta a enfrentarme con mi reflejo, me observe una vez más y la ira inundó mi cuerpo, mis ojos volvieron a ser vidriosos y estaba furiosa, conmigo, y sin darme cuenta mi puño ya estaba en el espejo roto, me metí a la bañera y vi cómo se teñía de un color suavemente rojizo, observe mi mano y nuevamente me entraron unas ganas horribles de llorar, deje que el agua me tapara hasta la boca para terminar con mi llanto.
-¿en qué demonios me e convertido?.



Cuando estaba vestida y peinada salí del baño y fui hacia la sala de estar, ahí vi a Gray medio dormido.
-Gray.
-ah, ¿qué?.- me observó y vi que un leve rubor se adueño de sus mejillas, pero intente dejarlo pasar.
-¿dónde puedo dormir?.
-ah es cierto, tú ocuparás el cuarto de invitados, que es la puerta que está frente al baño y yo dormiré en el sillón.
-Esta bien, por cierto, ¿dónde está mi ropa?.
-En la secadora, ¿por qué preguntas?.- lo mire como si fuera un animal extraño.
-Eh, pues, porque no tengo ropa interior que ponerme.- primero me miro serio y después sus orejas se pusieron coloradas.
-Ah ya, puedes ir y ver si están secas, la secadora se encuentra en la logía junto a la lavadora.- asentí y fui a comprobar si mi ropa interior estaba seca, y así fue. Me fui al cuarto que me dijo Gray a ponerme la ropa interior y después salí para despedirme.
-Buenas noches.
-Buenas noches, si necesitas algo solo despiértame, ¿sí?.
-Esta bien, por cierto Gray...
-¿mh?
-Gracias por todo esto.- le mostré una pequeña sonrisa y él solo me la devolvió.

Ya estaba acostada y tapada hasta las orejas, pero no podía dormir pensando en todo lo que pasó hoy, no tengo ni la menor idea de cómo llegué a acceder en estar en la casa del enemigo, y para mí mala suerte ahora estaba demaciado lúcida y todas las malas decisiones que e estado tomando se me vinieron encima dándome paso a un insomnio del demonio. Suspiré frustrada y pase mi mano por mi cabello, decidí salir a fumarme un cigarrillo, el contacto de mis pies desnudos con el frío suelo hizo que se me erizara toda la piel pero seguí mi camino a el patio de la casa, intentando no hacer mucho ruido para que Gray no despertara. Quede impresionada por la vista que tenía frente a mi, el cielo estaba completamente estrellado y se mostraba sin vergüenza ante mis ojos, era hermoso, el humo del cigarrillo y mis pensamientos se mezclaban dando paso a un dolor en mi corazón.
-Puedes resfriarte si sigues aquí afuera.- sentí su voz ronca a mis espaldas, estaba tan sumida en mis pensamientos que no me había dado cuenta de su presencia.
-Vale la pena resfriarme para apreciar esta noche.
-Puede ser.- nos quedamos en silencio unos segundos hasta que Gray lo interrumpió.
-Lucy yo...yo quería preguntarte algunas cosas.
-¿si te digo que no, no dejarás de insistir cierto?.- apague el cigarrillo en el suelo y levante mi mirada para observarlo.
-Así es.
-Entonces adelante, pregunta.
-Quiero saber con exactitud qué es lo que pasó con tu padre y porque tomaste la decisión de apartarte de nosotros y de irte de la ciudad.- me miro serio.
-Ven Gray, siéntate a mi lado para que te cuente.- se hizo espacio a mi lado y me observó fijamente.
-¿recuerdas la última discusión que tuvimos?.
-Si.
-Bueno pues después de que tú te fuiste yo regrese a mi casa, mi padre me llamó a su despacho y me dijo que vio toda la escena que armamos cuando discutimos, me dijo que debía ir y disculparme contigo para que volviéramos a estar juntos y así mi padre podría hacer el negocio de boda entre los Fullbuster y los Heartfilia, yo me negué rotundamente y le dije que yo no los veía como objetos, me sincere con él y le dije que ustedes se habían vuelto parte de mi vida, el furioso me golpeó y me dijo que si yo no hacía caso a su orden me desheredaría y que además me quitaría mi apellido y que yo dejaría de ser su hija, en ese momento me fui a mi cuarto furiosa y apenada, yo sabia que desde que mamá había fallecido mi padre ya no me quería porque creía que yo tenía la culpa de su muerte, pero siempre tuve la esperanza de que en alguna parte de él aún me veía como su hija, pero pensé mal, esa misma noche le dije a mi padre que yo no haría eso contigo ni con mis amigos, ya no les mentiría más, y el solo me miro y fríamente me dijo "yo nunca te vi como una hija", quede destrozada, al otro día desperté y mi padre se había marchado, después me di cuenta que había cumplido con su palabra, me lo había quitado todo, incluso me quito el privilegio de visitar la tumba de mi madre.- mi mirada estaba perdida y Gray me miraba apenado, lo interrumpí antes de que dijera algo.
-Por favor no me mires con lastima, lo odio.

Azul y Chocolate [GRAYLU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora