Saltando acantilados

360 17 0
                                    

Cuando abrí la puerta me encontré con alguien.

Jacob estaba a pocos centímetros de mi, menos de un paso entre nosotros, lo cual me hizo saltar del susto.

-¡Jacob!-Exclamé.

-Bella... ¿Cómo te sientes? Estoy severamente molesto contigo.

-Mejor, pero... ¿Por qué estás molesto?-Pregunté con desconcierto.

-No sabía que te habían hospitalizado, ¡Y mucho menos que fue por mi culpa! Ni siquiera tuve la delicadeza de alejar los chocolates de ti. Pero que idiota soy. Tu también, ¿Cómo se te ocurre comértelos? ¿No sabes que son malos para ti? No puedo creerlo.-Empezó a culparse a si mismo, gritando de vez en cuando. Gruñó después de terminar de hablar.

-Jacob, ya, tranquilízate. Ya estoy bien, sólo fue una indigestión.-Le oculté lo de mi "casi muerte" ya que si se entera, podría haber un suicidio en la casa de los Swan.

-Bueno, espero que no lo hagas de nuevo.-Me amenazó.- ¿Con quien viniste?

¿Con Drácula?-Bufó al final de la frase.

-Se llama Edward para tu información.-Inquirí con rabia.-Y si vine con el.-Pero se había molestado y yo no tenía ni una idea del por qué.

-¿Tu camioneta está dañada o algo así?

-No, Edward me lleva al colegio en las mañanas y me trae.

-Pues no me parece. Para algo está la Pick-up ¿No?

-Si ya lo sé. Pero me gusta que me venga a buscar.-Alcé la voz en la conjugación del verbo "gustar".

Volteó los ojos en señal de desaprobación.

-¿Has venido por algo en especial? Además, ¿Quién te trajo? No vi tu auto afuera-Pregunté colocando mis cosas al pie de la escalera.

-De hecho me trajo Seth. Y si, he venido a preguntarte si aún quieres hacer lo del acantilado. Estamos a jueves y vi en las noticias que pronosticaron mal tiempo para el sábado. Así que he pensado que mañana, después del colegio... Podríamos ir.

-¿Mañana?-Me parecía ayer cuando le rogué lo del acantilado, pero sonaba más tentador aún que hace unos días.-Claro, ¿Podrías pasarme buscando después del mediodía por aquí?-Debía fingir en el colegio un malestar de gripe para salirme de las clases de última hora, y aunque la actuación no era mi fuerte, mi semblante me ayudaba muchísimo.

-Claro, cómo quieras. Pero te tengo otra proposición.-Dijo seriamente.-Lo he hecho unas cuantas veces y es divertido, no sé si quisieras acampar conmigo en la playa. El atardecer en la playa es una de las cosas más hermosas que he visto.
¿Quieres?-Preguntó animándome.

Mordí mi labio inferior en señal de duda. Yo hubiera aceptado al instante... Si no existiera Edward, pero yo sabía que haría mal acampando, sola, con Jacob.

-No lo sé... Suena divertido. Pero lo de acampar, nosotros dos solos... Creo que Edward no estará de acuerdo con eso.-Contesté con duda.

-Vamos Bella, Edward no tiene que enterarse. Además, él no es nadie para decir lo que tú puedes o no puedes hacer con tu vida. Y si se trata de mi, ¿No te tiene confianza?-Sus palabras me hicieron reflexionar un poco, era cierto lo que decía
Jacob... en parte. El si es alguien para decirme que hacer o no con mi vida. El es mi novio, mi muy futuro esposo.

-Creo que tienes razón, pero de todas maneras pienso decírselo.

-Si eso prefieres...-Contestó con desgana.

La expresión de Jacob cambió de un segundo a otro. Su nariz empezó a olfatear en el aire, cómo si estuvieran preparando alguna comida cerca, o algo por el estilo.

Mi Última VoluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora