Sobrenatural

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Un día laboral más pasó, muchos planos entregó el joven al lado de su compañero Eddie. A ambos les tocó hacer turno de madrugada, y a las tres en punto Seth decide hacer un paseo en los laboratorios en donde entregó sus planos del prototipo de retención de materias. Eddie también lo acompañaba sin entender lo que sucedía.

Al llegar al laboratorio, Seth le pide a Eddie que le preste su tarjeta de identificación para poder pasarla en el sensor de tarjetas, pero no funciona.

- Seth, creo que no deberíamos estar aquí, amigo. – le decía asustado.

- Ten paciencia, Eddie. – le respondió serio – Ya se me ocurrirá algo.

En ese momento un par de científicos pasan corriendo hacia una sala de pruebas y a uno de ellos se le cae su tarjeta de identificación. Sin dudarlo ni por un segundo, Seth agarró la tarjeta, la mostró ante el sensor y abren la puerta.

Se dirigen hacia la mesa de planos, pero no encuentran el del artefacto que Seth diseñó. A pocos segundos Eddie habla:

- ¿Estás loco? ¿Has venido aquí para llevarte un plano entonces? – preguntaba asustado y amargado a la vez.

- No es cualquier plano, Ed... - le contestó con serenidad – ...son los planos que yo diseñé cuando tenía menos edad.

- No es posible... – se asustaba más el amigo - ¿Quién te los puede haber robado para presentárselo al Sr. Morrison?

- Técnicamente, no fueron robados... yo se los di al hombre que me entrevistó para obtener el trabajo que llevo ahora.

- Diablos... pero... ¿En dónde están?

- Eso es lo que intento saber, pero hasta ahora nada – Seth empezaba a alterarse.

- Hey, Seth. Mira lo que hay adelante...

Lo que vieron fue realmente sorprendente, Seth tenía razón al decir que los científicos trabajaban de una manera muy veloz, habían tres cabinas en donde en dos de podrían observar unos tubos de metal con un botón al centro de ellos. Era el proyecto con el que el chico había soñado de pequeño hecho realidad, retención de materias. Debajo de cada contenedor, estaban las letras PRM, por el nombre.

- Tiene buena pinta – dijo Eddie - ¿Para qué es?

- Este pequeño tubo, querido compañero, puede retener cualquier tipo de materia que choque de manera intensa con él al activarlo ya sea calor producido directamente de las llamas de fuego, el humo de los incendios, la electricidad producida por un corto circuito, etcétera. – decía con tanta alegría de ver que lo habrían logrado después de tantos años de haberlo imaginado – Ya te imaginarás como funcionarían los sistemas por dentro, la capa exterior no se daña para nada, pues está hecha con el metal conductor más fuerte que existe en el mundo.

- Interesante, pero oye... falta uno.

- Tienes razón. – observaba detenidamente Seth, intentando resolver el misterio del prototipo desaparecido.

En eso suenas las alarmas cuando Eddie se acerca mucho a una de las cabinas:

- ¡Eddie! ¡Corre! – gritó Seth.

Ambos emprendieron una carrera a máxima velocidad. No podían verlos juntos, por eso tomaron caminos diferentes. Eddie se fue por las escaleras de emergencia, nadie nunca pasaba por allí; mientras que Seth decidió esconderse en una de las salas que se encontraban cerca de él.

Entró a una sala muy oscura, no sabía por dónde ir. En eso, se encendió una luz muy intensa en el centro apuntando hacia un PRM, el desaparecido. Seth se acercó lentamente a él, y lo tomó con tanta delicadeza con ambas manos, no podía creer lo que estaba sucediendo. Se encontraba muy feliz y a la vez muy dudoso acerca de por qué querrá Arthur Morrison hacer un prototipo como este de manera tan exigente.

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