Al regresar a la azotea del edificio, Seth vuelve a su estado normal y mira al cielo estrellado, la noche era tan bella a pesar de que se esté viviendo una época llena de tiranía en Brooklyn, gracias a Morrison y Bystander. Todo estaba completamente bien, Seth decide bajar a ver a sus amigos para celebrar por la reciente victoria.
Cuando entra a la sala de operaciones se da con la sorpresa de que Eddie y Rebecca estaban en medio de un beso muy largo y lleno de amor puro. El muchacho sonreía al ver que su mejor amigo se encontrara profundamente enamorado y feliz. Eddie se da cuenta de que estaban siendo observados:
- ¡Oh! ¡Amigo! – se queda avergonzado y Rebecca también se hace a un lado - ¡No puedo creerlo! ¡Venciste a ese tipo tu solo!
- En realidad, Eddie. – interrumpe Seth señalando a los dos – Fue gracias a ustedes... no lo habría logrado sin su ayuda. No dudo ni un poco en admitir que todos aquí fuimos héroes esta noche. Ahora, sé que estaban celebrando de una manera... un tanto peculiar.
Seth se ríe para causar confianza en sus amigos, observa a Rebecca acercándose a Eddie. Ambos se toman de la mano y ella apoya su cabeza en el brazo del mejor amigo de Seth.
- No se preocupen... - dice Seth - ... lo mantendré en secreto. Los dejo solos.
Seth al retirarse decide subir una vez más a la azotea junto con la maleta que llevaba a todos lados en cada aventura que vivía. Nuevamente observa el cielo mientras abre la maleta lentamente y empieza a sacar un objeto extraño de ella. Se trataba de la pulsera de oro que encontró hace tres años cuando recién obtenía sus poderes eléctricos. Recordaba aquella vez que lo averiguó con su maestro en Shantung La y ninguno encontró una respuesta exacta. Seth recordó también la frase de Jaques: "Serás uno de los guardianes...".
Seth se ponía a pensar en que si habrían muchos más como él. En eso divisa a lo lejos una luz muy incandescente de color blanco en forma vertical, como si cayera del cielo. El joven se tapa los ojos inmediatamente ante tanto brillo, arrojando a un costado sin querer la pulsera de oro. Cuando la luz deja de brillar y se desvanece, Seth se queda impactado. Aparentemente nadie más había visto esa luz, le pareció completamente extraño.
Volteó para recoger la pulsera, no estaba ahí. Parecía que algo en esa luz lo hubiese hecho desaparecer, posiblemente alguien. Seth inmediatamente deja su equipaje a un costado para asegurarlo y va inmediatamente hacia el lugar en donde cayó la luz cegadora hace unos instantes.
Viaja por vuelo lo más rápido posible y poco a poco se va dando cuenta de los lugares por los que está yendo por encima, va haciendo memoria de Brooklyn de hace tres años. Estaba en las mismas calles en donde pasó su infancia y adolescencia. Comenzaba a pensar en que podría tratarse de otra señal, cuando de repente divisó el antiguo orfanato en donde vivió. La luz cayó muchas cuadras más allá, pero se quedó frío al ver que su hogar estaba totalmente destruido.
Desciende para investigar un poco la zona, olvidándose de la luz. Entra por lo que solía ser la antigua puerta del edificio del orfanato. Anteriormente era una muy enorme, ahora no queda nada más que un enorme hueco y pedazos de madera destrozados y alrededor de ellos mucha ceniza.
Conforme iba caminando por los antiguos pasillos y salas del orfanato, Seth recordaba toda su infancia y parte de su adolescencia. Recordaba a los pocos amigos que había conseguido en aquel lugar, o sus pasatiempos en aquella época de su vida. El mundo en el que el muchacho vivió de pequeño se había ido para siempre.
Entró a su antigua habitación, aún estaba la cama en donde él dormía tranquilo. Se tumba en ella y deja caer una lágrima por su rostro. Toda su infancia vivió engañado acerca de lo que podía hacer en su futuro, todos estuvieron engañados.
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BOLT-MAN
Science FictionSeth es un joven que tiene buen conocimiento y habilidad para la ingeniería electromecánica. Su mayor sueño es trabajar para la corporación Bystander, la cual se encarga de crear prototipos de la más alta calidad que permite ejecutar la modernizació...