De un maestro, a otro

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Seth se encontraba cerca del final de la cueva para salir al exterior, una vez más, en la aldea de Shantung La. Pasó por diferentes pruebas por más de seis horas. Todas resultaban difíciles, siempre habían unas que exigían más que otras y todas con el fin de poder demostrar que sus habilidades están totalmente dominadas, después de un largo entrenamiento.

La curiosidad del muchacho, en varias ocasiones, dominaba totalmente su mente. Pasó por cuatro puertas y todas con una llave en forma de un símbolo de acuerdo a las marcas con la que se encontró en su primer día de entrenamiento. La estrella de cinco puntas en el centro y los símbolos que se encontraban en el exterior de dicha figura. Al parecer los símbolos se encontraban en el orden según las puertas: las estrellas, el sol, la luna y un planeta.

Solo faltaba un símbolo más para completar la estrella, el ser humano. Seth sabe que no quedaría mucho para encontrarse con la puerta con ese símbolo. Sobretodo, sabía que le alcanzaría la suficiente energía en su cuerpo para poder pasar la última fase de la prueba. El muchacho había administrado muy bien su energía de tal manera que le durara lo suficiente para poder terminar la prueba.

Después de haber pasado un buen tiempo caminando por la cueva y siguiendo sus instintos en las rutas que se encontraba en el gran laberinto en el que se había metido, quiso quedarse quieto por un momento. Se sentía muy cansado tras haber estado mucho tiempo en la cueva, sin ver la luz y sin sentir tanta energía en su cuerpo. Puede que haya absorbido electricidad de ciertos puntos en donde los sacerdotes ponían unos generadores eléctricos, pero no era la energía suficiente para el muchacho.

Al quedarse inmóvil, tan solo respirando y sin abrir los ojos, utiliza una vez más su oído para encontrar el camino a la salida y terminar la prueba de una vez por todas. Sin embargo, Seth al concentrarse logra escuchar el sonido de rocas desprendiéndose y el suelo empieza a temblar. Inmediatamente, se da cuenta de que una vez más el suelo estaba desmoronándose y las rocas caían. Intentó correr, pero la velocidad de ruptura del suelo era mucho más veloz. Se arriesgó a utilizar lo que quedaba de su energía impulsándose con un vuelo veloz en dirección a un lugar más seguro.

Finalmente al dejar muy atrás el derrumbe, su energía se acaba y el joven vuelve a su estado normal. Su atuendo de estaba ligeramente rasgado y sucio. Se sentía débil y su cuerpo no alumbraba nada. Por suerte el camino tenía antorchas pero Seth no las veía con claridad puesto a que hasta su visión estaba debilitada.

Después de caminar unos minutos más, Seth se encontraba muy cansado y arrastraba sus pies contra el suelo haciendo fricción. En eso, la quinta puerta en la cueva, la última fase de la prueba estaba en frente de el y por supuesto, con el símbolo de un humano. La marca ya estaba lista. Seth habría llegado finalmente al gran final de su prueba y estaba a punto de demostrar que él ya era capaz de ser maestro de Shantung La.

Al entrar, se da cuenta de que la sala tenía una forma muy rara. Se trataba de un tragaluz, sin nada más que estuviese dentro. Cuando Seth miraba hacia arriba, observaba una mancha enorme que, era la luz del día. Llegar a la superficie era imposible para él en el estado en que se encontraba.

Hasta que recuerda que podía regenerarse con un relámpago que caía desde los cielos. Se veía en las afueras que el sol ya se estaba ocultando y la noche se acercaba, también se veían las nubes acumulándose encima de él.

Fue entonces cuando Seth se sintió esperanzado de que volvería a ver a sus amigos los sacerdotes de la aldea y podría ver a Shen, quien le dijo que se verían pronto. Como acción siguiente, cierra los ojos, separa sus piernas y empieza a concentrarse. Los truenos suenan en la superficie. Los monjes en las afueras también lo sienten y se preparan para la llegada del nuevo maestro de la comunidad. Se ve en los cielos que empiezan a encenderse las nubes. El muchacho seguía en su posición, pensando en cómo tenía que ir dirigido el relámpago hacia su cuerpo. De pronto, un relámpago sale disparado hacia el suelo en donde se encontraba Seth de pie y éste extiende su brazo hacia arriba para absorber la energía eléctrica en su cuerpo y renegerarse. Silencio total por unos segundos en las afueras de la cueva. Seth ya regeneró una vez más.

Los rayos empiezan a brotar por todo su cuerpo con un color azul intenso y la luz fulminante de su cuerpo se muestra una vez más. Finalmente, se siente con tanta energía como para llevar a la superficie de un solo intento. Se pone de cuclillas, se concentra, se tranquiliza y cuando se siente decidido a hacerlo, empieza a volar a una velocidad intensa hacia arriba rumbo a la superficie para poder observar una vez más el sol antes de ocultarse y poder sonreírle al mundo entero.

Y así fue. Sale al exterior de la cueva, pero se dirige hacia las nubes. Estas se acumulan en el mismo lugar en donde él sube. Es ahí cuando libera unos rayos y truenos intensos por todo el cielo del monte Tai.

Los ciudadanos de Taishan, se quedan observando lo ocurrido. Todos pensando en que pudo ser un fenómeno natural. Cuando miran con mayor detalle, ven que es una persona la que está lanzando los rayos estruendosos en los cielos. Varios sacan sus equipos telefónicos y empiezan a grabar lo sucedido. A los pocos segundos, la noticia de un hombre con poderes de rayos eléctricos, empieza a correr por las redes sociales, por las ciudades, por los países, por los continentes y así hasta recorrer por todo el mundo entero.

Era oficial, los seres con poderes sobrenaturales hicieron su aparición en el mundo. Bolt-man, hizo su primera aparición para todos los habitantes de la Tierra entera.


Seth, cuando libera los rayos, los vuelve a absorber y al terminar provoca una fuerte lluvia encima del monte, la cual duró, a lo mucho, unos veinte segundos. El muchacho al empezar a descender, se da cuenta de que pudo sacar ventaja de su vuelo, era mucho más potente que antes y podía volar a una velocidad muy buena.

Decide ir a la aldea con un vuelo tranquilo. Al llegar, los sacerdotes lo reciben aplaudiéndolo muy fuerte. El muchacho ve a lo lejos a su maestro. Se le acerca corriendo para darle un abrazo agradeciéndole por todo el tiempo que había entrenado junto a él, por sus enseñanzas acerca del flujo de la vida y cada uno de los valores. Sobretodo, por aumentar en él mismo.

- Lo lograste, hijo. - le decía el maestro muy contento de su victoria - La aldea está de fiesta una vez más después de tanto tiempo. No podemos dejar pasar esto. Eres un maestro más para toda la comunidad, Seth Ackerman.

- No lo hubiera logrado de no haber sido por usted, maestro. - le responde el otro sonriendo y abrazándolo más - Usted fue quien me recibió desde el principio. Fue usted quien me acompañó desde que llegue a este lugar. Me acompañó cada mañana, cada tarde y cada noche. La deuda que tengo con usted nadie nunca la pagará.

- No digas eso. - interrumpe el viejo - Tu ya pagaste la deuda. ¿Sabes cómo? Haciéndome sentir una felicidad que hace mucho tiempo no siento en mí.

El viejo, muy feliz, alza la mano de Seth mostrándo al público presente que el muchacho ya era todo un Shantung La.

- ¡He aquí, el maestro Ackerman! - grita con todas sus fuerzas.

Después de tres años, el muchacho se volvió en maestro de Shantung La y pudo dominar sus habilidades al derecho y al revés. Había encontrado la felicidad y la tranquilidad ante todos los problemas que le asechaban. La fiesta continuó.



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