Bolt-man

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Al siguiente día, Seth se levantó después de volver a soñar con lo mismo. Es como si la misma escena se repitiera. Una vela en un candelabro, un tapete debajo del muchacho, la habitación oscura; solo una cosa estaba diferente, algo que Seth por nada el mundo se lo esperaba:

- Ya era hora, Seth. – el maestro Shen salía de una esquina oscura – Lo siento, no podía evitar estar en esa esquina. En fin. Es tarde y ninguno de los sacerdotes ha despertado. En toda la aldea solo nosotros estamos con los ojos abiertos.

- Pero si usted mismo ha dicho que es tarde... - comentó Seth.

- Debes de saber que todos nosotros tenemos una costumbre. Ayer observaste que había una gran caseta con una enorme campana y a se costado un mazo para tocarla. – le hablaba el sacerdote conforme iba abriendo las pequeñas ventanas del recinto de Seth – Esa campana es tocada por el jefe de la comunidad, que en este caso soy yo. A menos que no sea tocada, nadie se levanta.

- ¿Y que está esperando? – se incorpora el muchacho.

- Nada fuera de lo común. Solo he pensado que quizá por ser tu primer día de entrenamiento podría gustarte levantar al resto.

- Bueno, no será tan difícil – se ponía su traje de Shantung La.

- No pienses que utilizarás el mazo, y mucho menos que te acercarás a la campana. – le dijo el maestro sonriendo.

- No lo comprendo.

- Tocarás la campana utilizando algo que ya sabes utilizar. Con la diferencia de que esta vez lo harás pensando y dominándolo en su totalidad. – concluyó el viejo.

- ¿Puedo saber de qué se trata? – se quedaba dudando.

- El lanzamiento de energía. - Abre las puertas - No perdamos el tiempo. Los sacerdotes se tienen que levantar.

Ambos se dirigieron hacia un campo un poco lejos de los recintos. Seth pudo observar un enorme círculo con una estrella de cinco puntas en el centro, en el exterior de esta, en cada espacio entre cada punta, cinco círculos pequeños con figuras como: la luna, el sol, las estrellas, un planeta y finalmente lo que parecía ser un cuerpo humano.

- ¿Logras ver la campana? – le dice su maestro – Concéntrate. Fíjate bien hacia dónde apuntas. La primera vez lo harás mirando y la segunda sin ver. Aprende a observar utilizando los otros sentidos de tu cuerpo.

- Trataré... – respondió el muchacho.

- Empezamos mal... - le respondió el maestro interrumpiéndolo – A partir de ahora, en todo entrenamiento que tengamos, nunca intentes o trates de hacer algo... ¡HAZLO! Tienes que estar seguro de lo que eres y de lo que eres capaz de hacer.

Seth al escuchar eso se inspiró. Tomó aire, extendió sus brazos hacia abajo e inmediatamente su cuerpo cambió de forma:

- Tu puedes, Seth. - le dijo el maestro asombrado – Serénate. Toma el control de tu cuerpo y piensa en lo que más te gusta hacer en la vida.

Seth en ese momento empezó a recordar toda su infancia. Todo lo que llegó a vivir dentro de aquél orfanato.Hasta ese momento, todo muy bien. Estaba cargando en su mano una bola de energía de electricidad. De pronto, recuerda su sueño de entrar en la compañía Bystander. Pensó en Arthur Morrison, Laura, Connors, la señora Elaine y en su amigo Eddie. Al preocuparse tanto, lanza la bola de energía por error hacia el muro de la aldea.

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