Morrison

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William Morrison, candidato a la alcaldía de Brooklyn. Un hombre perteneciente a la clase alta, trabajaba en una compañía que se encargaba de los donativos para la gente de clase baja. Will siempre donaba la mayor suma de dinero para los pobres de la ciudad y es por esa razón que se hizo un héroe para los pobres, un modelo a seguir para la clase alta. Era un hombre feliz pese a tener que  trabajar la mayor parte de sus días y tener que pasar poco tiempo con su familia, pues cada una de las cosas que él lograba hacer, eran dedicadas a su bella esposa, Elizabeth, y a su pequeño hijo de trece años de edad, Arthur Morrison.

Solo había un defecto en él, su fe en Dios, estaba totalmente extinguida. A pesar de que Elizabeth y Arthur querían hacer todo lo posible para que vuelva a creer en Dios y los acompañe en las oraciones de todas las noches. Nunca funcionó.

Morrison en su compañía, tenía el puesto de la jefatura de atención a los ciudadanos. Siempre recibía correos, mensajes, tenía citas con distintos representantes en Brooklyn, y mediante esto organizaba muchas actividades para poder ayudar a los pobres con sus quejas, su falta de comida, de hogar, etc.

Sin embargo, William podría hacer muchas actividades que podría ayudar a la gente de la clase alta y baja y por supuesto, que tuvieran mucho éxito. También hubieron ciertas cosas que no favorecían nada en las zonas más pobres entre los pobres. De ahí es donde salen algunas personas delincuentes con la búsqueda de cobrar venganza por la falta de aporte por parte de Will Morrison hacia las familias que incluso sufrían de enfermedades.

Hubo una vez un intento de asesinato hacia William, pero su escolta privada logró detener al grupo de delincuentes que no tenían nada más que simples cuchillos. Tanto Arthur como Elizabeth quedaron traumados. A los cuatro jóvenes les dispararon en la cabeza dejándolos caer muertos y desangrando por la cabeza.

Al día siguiente a ese intento de asesinato, muchos otros sectores de la zona pobre se levantaron para protestar ante lo sucedido con carteles que decían: "Nos tratan como animales", "Exigimos que se cumplan nuestros derechos", "Nosotros también somos seres humanos" e incluso "Muerte a la familia Morrison". En esa época de la historia de Nueva York hubo muchas muertes por las distintas protestas que se daban hacia William y querían sacarlo de su postulación a la alcaldía.

La familia Morrison corría peligro, y esta fue una de las razones por las cuales Elizabeth y Arthur rezaron muy seguido, casi lagrimeando, pidiendo de todo corazón para que todo lo malo que les podría suceder, no suceda nunca y que los problemas se acaben lo más pronto posible para ser felices todos con la libertad y fuera de amenazas.

Una vez, en la lujosa casa que tenían, Arthur se le acercó a su padre mientras observaba en las afueras a la multitud de gente protestando:

- ¿Papá? – dice el niño muy preocupado – ¿Cuándo se acabará esto?

- Pronto, hijo. – respondió William queriendo calmarlo – Cuando la gente se dé cuenta de que yo busco lo mejor para ellos. No para iniciar una guerra. Como ellos creen.

- ¿Tú crees que volvamos a ser felices como antes? – agregó el pequeño Arthur.

- ¿No eres feliz ahora, hijo? – preguntó su padre entristeciéndose.

- No desde que tienes que estar trabajando todo el tiempo. – le decía el niño también triste – Ya casi no te vemos en la casa.

William se quedó triste pensando en que realmente tenía que pasar tiempo con su familia, pero antes debería arreglar los asuntos en los que se ha metido. Finalmente le dijo a su hijo:

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