La prueba final

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Tres años después, los sacerdotes de la aldea se dirigieron rápidamente al comedor principal. Una sala enorme en donde se celebraban pequeñas fiestas de cumpleaños, festividades religiosas, etc. Todos estaban a la espera del chico con treinta años ya, Seth, o como ellos le llaman: Bolt-man.

Era el día de su prueba final y los sacerdotes después de tantos años organizaron una vez más un circuito de pruebas para el alumno que está a punto de ser un maestro más en la comunidad. El entrenamiento de Seth duró más de tres años para que el joven dominar todas las habilidades de sus poderes eléctricos. Shen había hecho un buen trabajo con entrenarlo. Después de todo, ya estaba acostumbrado.

La prueba consistía en pasar las diferentes pruebas formadas por los sacerdotes más sabios utilizando nada más y nada menos que todo lo que aprendió de su maestro y el tiempo que estuvo viviendo con los sacerdotes. Desde lanzar bolas de energía, volar, tele-transportarse, hasta absorber energía de fuentes inalcanzables, lanzar ráfagas de electricidad y provocar una tormenta. En cierto punto de vista, esto último parecía ayudar también a los sacerdotes con sus áreas verdes.

Y llegó finalmente Seth. Hecho ya un adulto. Con un cabello largo laceo esta vez, una barba corta, vestido con un atuendo de color blanco pues es el que corresponde para su prueba final. Estaba sonriendo ante la bienvenida que le estaban dando todos los sacerdotes. A su lado se encontraba su maestro, también más viejo y con un poco más de arrugas de las que tenía cuando Seth lo conoció.

- Al parecer todo el mundo vino a verte, hijo. – le dijo el maestro a su aprendiz – Y sabes bien el por qué.

- Porque este es el día en donde me convertiré en un maestro.... – respondió el muchacho con una voz más gruesa a la de antes - ¿No es así, maestro?

- No es solo por eso, Seth. – le empezó a sonreír el maestro – Es también la iniciación de un nuevo camino en tu vida. Una nueva etapa. Estás demostrando que todas las metas que tú puedes proponerte, las puedes cumplir con el esfuerzo y la dedicación como pilares de tu vida. No depende de tus años de vida, ni de tu fuerza.

- Entonces, no importa la edad que tenga. ¿Solo tengo que pasar la prueba final?

- Sí, pero eso también depende de la evaluación de los demás sacerdotes en cada uno de los días. Tú pudiste terminar tu entrenamiento en tan solo tres años por el hecho de que nos demostraste que eras una persona pura en cuanto a paciencia, tolerancia y madurez. Eso es lo que hace realmente a una persona apta para ser maestro de nuestra comunidad. – le dice el viejo, luego le pone la mano encima del hombro derecho – Estoy muy orgulloso de ti, Seth. Espero que mi anterior alumno me perdone, pero tú sin duda alguna eres el mejor que he tenido.

- Maestro. – dice Seth con tanta curiosidad – ¿Quién fue su primer alumno? ¿Y por qué demoró muchísimos más años que yo?

- Bueno, supongo que mereces saber la verdad. – dijo el maestro antes de que Seth vaya a dar su prueba – Un niño llegó a esta aldea cuando era tan solo un bebé, y pues, yo lo crié. Le enseñe el arte de la actividad espiritual a lo igual que uno prohibido porque pensé que seria una buena idea: el dominio de la actividad paranormal. Él demoro porque era tenso y testarudo.

- Entonces su inmadurez hizo que se quedara más tiempo. ¿Verdad?

- No solo eso, Seth. El arte paranormal, sobretodo, no es algo que se domina con facilidad. Es por eso que muy pocos aquí dominan eso. Solo cinco sin incluirlo a él.

- ¿Por qué se retiró?

- Nunca me dio a conocer el motivo por el cual se retiró de la aldea. - agacha la cabeza con pena - De hecho, él se fue en el día de su iniciación. Era de noche en esa ocasión. Él estaba por entrar por esa misma puerta que tu atravesaste. Se quedó inmóvil, nos miró y finalmente se fue corriendo.

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