Fire {Rick, Daryl y tú} #Wattys2017 PAUSADA

2- Reencuentro

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Mi hija está terriblemente agotada y yo parece que he recuperado algo de energía al poder ver la prisión.

- Lissy, mi amor, sabes que mamá te cogería en brazos para que descansaras, pero mira ahí -dije señalando la prisión- ¿has visto que grande? ¡Vamos a poder vivir ahí!

Ella miró hacia donde mi dedo le indicaba y formuló una pequeña sonrisa.

Continuamos caminando hacia la prisión y acabé con los pocos caminantes que la rodeaban, pero el interior estaba lleno. Demasiado trabajo para mi sola pero nada que no merezca Lissy.

Mirando hacia todas partes le pedí a mi hija que sacara las pequeñas tenazas de su mochila mientras yo intentaba sacar la cuerda de la mía. Cuando miré a mi hija para pedirle que me las diera, ella las miraba atentamente.

- ¿Qué les pasa, cielo?

- Eran de Negan -dijo con un murmullo.

-Si, -le susurré- y a él le encantará que las tengamos nosotras.

Se las quité delicadamente de la mano y corté la verja lo mas cercano a una torre que había. Metí a Lissy rápidamente y puse la cuerda justo cuando un caminante venía a hacia nosotras.

- Mami.

Me giré hacia ella y vi que me brindaba un cuchillo, la miré muda pero lo cogí y maté al caminante. Vi que habíamos llamado la atención de los que se encontraban entre las dos verjas como nosotras y forcé la cerradura de una de las torres. Arriesgándome metí a Lissy conmigo y solo encontramos un caminante arriba del todo, con el que acabé sin problemas. Dejé las mochilas pero cogí mis cuchillos y las dos pistolas. Le di un beso a Lissy.

- No te muevas de aquí, ¿vale?

Al asomarme calculé que entre las dos verjas habían 16 caminantes, para mi suerte bastante separados entre ellos.



- Lissy, -dije al entrar- mamá tiene que acabar con ellos para poder tener este trozo seguro, quiero que saques una de las latas y comas algo, ¿de acuerdo?

Ella asintió y justo antes de salir le dije con un pequeño grito.

- ¡Coge la de fruta! -pude notar su ceño fruncido.

Tardé bastante en terminar con esos caminantes, sin contar las dos veces que caí al suelo y Lissy se puso histérica por si me había pasado algo. Sus gritos atrajeron a varios caminantes de la zona interior y pude acabar con ellos desde la verja, muchos de ellos continuaron en la otra parte, sin inmutarse a venir a mi. Al finalizar, me agaché sobre mis propias rodillas y puse las manos en ellas, respirando agitada.

- Estás haciendo una locura Ana, son demasiados. -me susurré a mi misma.

Fui directa a la torre donde Lissy me esperaba en la puerta con lágrimas en los ojos, aún no había llegado cuando se lanzó sobre mi.

- Mamá, mamá. No vuelvas a hacer eso- dijo mientras notaba como mi camiseta se humedecía con sus lágrimas.

- Mi amor, tengo que hacerlo, tenemos que entrar. Pero hoy no más, ¿vale? -ella asintió y sin soltarnos fuimos hacia la torre. Al subir me senté en la pared y ella se acurrucó en mi regazo.

- Has comido fruta, estoy orgullosa -dije con una sonrisa. Ella asintió.

- Mamá, siento haber gritado, pero tenía mucho miedo.

- No pasa nada cielo, pero no lo vuelvas a hacer, atrae más caminantes. Esa norma la dejamos de lado ahora.

A los pocos minutos y con la total ausencia de adrenalina en mi cuerpo, intenté dormir con mi hija en mis brazos, pero a las pocas horas me desperté. Comenzaba a amanecer y Lissy estaba tendida en el suelo sumida en un profundo sueño, sonreí al verla así y decidí bajar a las verjas a intentar matar caminantes sin exponerme mucho.