Sobrevivir... ¿De verdad creíais que podíais hacerlo sin mancharos las manos de sangre?
Todos tenemos un pasado, algunos deseamos revivirlo y otros enterrarlo. Algunas veces no hay opción y te vuelves a encontrar con aquello que tanto querías.
Mete...
- Muy bien -giré mi taburete hacía él sin levantarme- yo tengo un mejor truco o trato.
Él se apoyó en la barra, notablemente borracho.
- Soy todo oídos -dijo abriendo sus dos manos.
- El truco es que dejes de beber y el trato que me llames cuando lo hagas.
Él pareció más sorprendido por mis palabras que yo.
- ¿De verdad?
- No tienes otra opción mas que averiguarlo. Y ahora, me gustaría seguir bebiendo sola.
Él formuló una sonrisa y con duda, al final levantó su brazo de la barra y se fue. Yo le seguí a través del espejo que tenía enfrente.
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Otro estupido borracho, pensé intentando quitarme la sensación interna de que mi alma acababa de encajar con la suya.
No recuerdo cómo llegue a casa ni siquiera recuerdo más allá de haber seguido con la vista a aquel tipo. Pasé mi mano por la frente y me levanté despacio. Justo cuando me ponía mi americana, escuché un ruido en la cocina que me puso alerta. Desconecte la lámpara de mi mesita de noche y caminé hacia la puerta intentando no hacer ruido.
Ahogue un grito al llegar a la cocina.
- ¡Dios mío, estás loco!
Él se dio la vuelta asustado.
- ¿Te importaría no gritar?
- Lo haré si no sales de mi casa, YA.
Él se giró de golpe.
- TÚ me pediste que viniera, TÚ me metiste en tu casa y TÚ quisiste que nos acostaramos. -dijo levantando un dedo acusador hacia mi y el rostro serio.
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