Sobrevivir... ¿De verdad creíais que podíais hacerlo sin mancharos las manos de sangre?
Todos tenemos un pasado, algunos deseamos revivirlo y otros enterrarlo. Algunas veces no hay opción y te vuelves a encontrar con aquello que tanto querías.
Mete...
No veía nada, tenia un saco en la cabeza y solo les escuchaba gritar que siguiera caminando. Y golpes. Muchos golpes en mi espalda que se sumaban a los anteriores que había recibido. Al poco tiempo escuché más voces, más gente y me tiraron al suelo de rodillas. Miré a mi alrededor sabiendo que estaba condenada.
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Que estábamos condenados.
- Ella se queda conmigo. -dijo alguno de ellos hablando de mi.
- ¿Quieres morir? Negan dijo que a todos.
Aquel nombre me traía demasiados recuerdos ahora que mi cuerpo estaba bloqueado por el miedo. Notaba como temblaba. Notaba cada gota de sangre pasar por mis venas.
Miré a Rick, tenía la mirada pérdida y el pelo desordenado por toda la cara. De repente escuché la voz de Lissy detrás de mi. Me giré inmediatamente mientras veía como la arrodillaban detrás de mi.
- ¡Soltarla! -comencé a gritar desesperada- ¡Es mi hija! ¡Rick haz algo!
Me giré a verle y él solo me miró negando con la cabeza, dando a entender que él tenia a Carl en la misma situación y tampoco podía hacer nada. A mi me daba igual morir con tal de que no le pusieran una mano encima a Liss.
- ¡Mamá ! -gritó cuando le golpearon.
- ¡Es una niña! -quise levantarme justo cuando alguien me dio una patada en la espalda y me cogió del pelo, a lo que yo grité.
- ¡No, mamá!
- ¡Liss, mi amor, todo va bien, no te muevas!
Estaba enfadada con todo el mundo, con el cabrón que sujetaba a mi hija del pelo, con el que me sujetaba a mi y con Rick por permitir esto. Desde el primer momento les advertí a todos que saldría mal, nunca nada de esto podría haber salido bien.
Pero nadie me hizo caso.
Comenzó a llegar más gente y vi como sacaban a un Daryl pálido, con una manta vieja encima y con sangre por todas partes. Me quedé paralizada.
- ¡Papi! -Lissy comenzó a gritar hacia Daryl y éste al verla y querer ir hacia ella, fue interrumpido por un golpe.
- ¡Dios mío! ¡Dejarle! -comencé a gritar.
Lissy gritó y vi como la estaban cogiendo de nuevo del pelo y tirando, yo estaba al borde de un maldito ataque.
El hombre que tenía detrás y que se había encargado de golpearme se agachó y me pasó la lengua por la mandíbula sin previo aviso.
- Oh preciosa, si sales viva de esta, tú y yo vamos a hacer muchas cosas.
Sin pensar en las consecuencias eché la cabeza atrás y le golpeé en la nariz.
