13 UNA DECISIÓN IMPORTANTE

35 4 0
                                    

Durante unos días, me levanté más temprano que de costumbre y me fui a clase antes de mi hora para no toparme con nadie. Esto sirvió para afianzar la relación con mis compañeros de clase, que me dieron la oportunidad de demostrarles que era una persona sociable, de nuevo.

Desde que Rick se había marchado, igualmente, las cosas habían cambiado en mi rutina. Ya no tenía compañía para ir a clase y además me faltaba algo que no sabía que tenía, y que me había dado él.

El caso es que tampoco tuve que poner mucho de mi parte para alejarme, pues Chris me sorprendió con una noticia inesperada.

El sábado por la mañana, salí de casa para ir al supermercado. La abuela me había dejado su carrito de la compra y me apañaba bastante bien tirando de él (siempre que no lo llenase demasiado). Chris, que había estado asomado a la ventana del porche, salió de casa en cuanto me vio cruzar la calle.

- Hola - me saludó. Yo me sobresalté al verle tan enérgico pero supe controlar mi nerviosismo. Estaba segura de que no venía a cortejarme, había quedado convenientemente claro que no podía haber nada entre los dos (pero no pude dejar de hacerme una minúscula ilusión). -- ¿Vas al súper?

- Ajá - respondí poniéndole buena cara. - Me he quedado sin leche.

- Te acompaño.

Como habíamos caminado juntos solo un par de veces, verme junto a él, tan alto como era, me hizo sentir diminuta. Pero iba feliz, como si fuese una adolescente que acababa de ligar.

- Esto... quería hablar contigo.

Dejé de sentirme feliz. Cuando se decía este tipo de frase, la persona a la que va destinada debería taparse los oídos, cantar LALALALALA y dejar que el otro hable al aire. No era un sexto sentido, era de lógica que detrás de un QUERÍA HABLAR CONTIGO, va algo que no te va a gustar en absoluto. A mí no me gustó. Los escalofríos campaban a sus anchas por mi piel, y no se debía al gélido ambiente, los poros de mi epidermis me decían a gritos que saliera huyendo antes de oír lo que no quería escuchar.

- Tengo que volver a mi vida de siempre.

- Mm - musité porque nos habíamos detenido, me miraba de frente, incluso tenía que inclinar la cabeza hacia abajo para verme los ojos, porque yo estaba mirando a las puntas de mis zapatos. Respondí "MM" para que supiera que le había escuchado, que era todo lo que podía responder.

- Fanny. Mírame - le miré. Había una sonrisa oculta en su rostro, esperando a salir. Ansiaba verme contenta para él irse tranquilo. Pero yo no estaba contenta, no podía estarlo porque me quedaba sola de nuevo, aún más sola que hacía un mes.

Puso un mechón de mi pelo detrás de mi oreja y sujetó mi cara entre sus manos cálidas (sería genético en los Clayton tener las manos cálidas en pleno invierno). Afloró la sonrisa que estaba oculta, era también cálida, como todo en él. Y yo tuve que forzar a los músculos de mi cara para que tirasen de las comisuras de mis labios y así mostrar un esbozo feo y deslucido de sonrisa triste.

- Me voy luego. Por favor, cuando vaya a despedirme... no me dejes tirado como a Rick.

Cerré los ojos abatida. Chris sospechaba que no había querido despedirme de Rick, tampoco quería despedirme de él.

- Está bien. Luego te veré - entonces seguí mi camino hacia el súper mientras él se quedó donde estaba un instante y luego regresó a su casa.

* * *

Primero Tony... bueno, me dio pena que se marchara, pero no habíamos congeniado demasiado. Más tarde, Rick. Un buen día vino a mi casa y me dijo que se marchaba. Cuando se fue me quedó un extraño regusto en el estómago. Me había aportado mucho y no me había dado cuenta hasta que le extrañé.

Amor CaprichosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora