Empezó un día cualquiera que a Niall le gustaría recordar pero por mucho que se esfuerce no viene a su cabeza la fecha exacta, aunque el momento se repite en todos sus sentidos una y otra vez sin esfuerzo alguno.
Una mano de Harry ahuecando su rostro, mientras la otra lo sostenía por la cintura, su lengua delineando sus labios, sus pequeños dientes mordiendo la esquina su boca, su sonrisa sobre la boca del rubio cuando se separaron, sus ojos verdes tirando a un color más oscuro.
La sensación de estar enamorado.
No recuerda cuando se repitió tampoco. Pero lo que sintió, no fue muy distinto. Prácticamente lo mismo. Y su cuerpo ya lo sentía familiar.
Y cuando decidieron que era una cosa, no tiene idea, pero sabe que cuando se quedaban en un hotel, una habitación de todas las que pagaban siempre quedaba vacía.
Pero lo que Niall sí sabe es que nunca le había dicho lo que siente. Y no es que no quisiera.
Sabe que tiene esa fama de no tener relaciones serias y probablemente creen que es una persona sin sentimientos pero si no siente nada cuando Harry se tira a su lado en el sofá, mientras ve un partido de tenis, con la mitad del cuerpo apoyado sobre el suyo, con las manos reposando en su estomago fácilmente, empezando a tocarlo con suavidad, sin buscar nada, no queriendo ir más allá, solo necesitando el contacto físico, bueno, Niall no podía ser considerado humano siquiera.
Claro que siente.
Le gusta sentir, de hecho, lo que pasa con su piel cuando Harry termina con su rostro escondido en el hueco de su hombro y su cuello y sus labios parecen besarlo pero solo están ahí, inmóviles, como un beso muy largo, casi eterno.
Le gusta como su estomago se siente caliente cuando lo escucha reír, más aun cuando él lo hace reír. Es fácil hacer reír a Harry pero sabe que es solo su fortuna verlo reír como un niño sin complejos cuando entra en confianza plena.
Le gusta dormir con él. No se trata de sexo, si no de la manera en la que encajan, llenando los espacios del otro y formando prácticamente un nuevo cuerpo con dos corazones latiendo a la par.
Le gusta la sensación de que a veces la gente no sepa dónde comienza uno y termina el otro.
En fin, le gusta Harry y podría amarlo y le gustaría decírselo pero cada vez que sus ojos lo delatan antes que sus palabras o que sus toques se vuelven más suaves y su sonrisa más sincera, cada vez que empieza a hablar en susurros acariciando su rostro con adoración, es el mismo Harry quien lo para.
Lo adivina, lo ve venir y lo detiene.
—No lo hagas —pide, ruega, suplica. —No lo digas porque todos se van cuando las cosas se ponen así. Todos me han dejado después de decirlo y yo no quiero que te vayas. No puedo perderte a ti, Niall. Por eso, no lo digas por favor.
Era su forma de decirlo que probablemente sería correspondido. Y era su forma de pedirle que lo amara, no diciéndoselo, no dejándolo, no siendo como todos.
Esa fue su forma de amarlo entonces también.
Niall nunca lo dijo y ese fue su error. No quería prometerle el mundo a Harry porque no sabía si podía dárselo y sabia que no se merecía menos.
Pero un día, cuando las cosas llegaban a su fin y sus vidas se separaban irremediablemente, (como se suponía que sería porque ninguno de ellos pidió estar en una banda, tenían sueños de ser solistas y por fin esos sueños se cumplirían) Niall miró a Harry, el niño que creció a su lado, convertido en un hombre de verdad y con una mano en su cintura, mirando a una pantalla gigante, con dos de sus mejor amigo al lado también, viendo casi toda su vida pasar frente a sus ojos, vida en la que Harry siempre ha estado, pensó "Podría hacer esto siempre. Podría amarte por siempre. No te dejaría"
Y quiso decírselo. Lo intentó. Iba a hacerlo.
Pero Harry dijo otra cosa entonces que implicaba que no se verían en meses, que tenía un contrato de cine con Christopher Nolan, que le cortarían el pelo y eso lo quería hacer llorar pero estaba feliz porque quería actuar.
Harry estaría demasiado ocupado ahora. Harry es el que se iría. Harry lo dejaría.
Y entonces Niall calló. Bueno, calló lo importante.
Porque le dijo a Harry lo orgulloso que estaba de él, que estaba seguro de que lo haría muy bien, que esperaba con ansias verlo actuar. Lo besó hasta que sus labios dolieron y pensó "Podría hacer esto por siempre y aun así, es la última vez que lo haré"
Y esa fue la última vez.
Harry está teniendo éxito en una película y no estará libre hasta septiembre. Niall ha seguido con su vida, con miles de compromisos que no sabe de dónde sale día a día. Aun cree que podría amar a Harry y que podría hacerlo toda la vida.
Pero ahora entiende que cuando ama siempre deja, incluso si no quiere dejar.