→A machine gun

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—Sí, claro que sí —Respondió Harley, perdida entre los ojos del Joker que la miraban con cierta lujuria.

Lentamente Harley se fue levantando de su silla hasta quedar apoyada sobre esta y así poder ver directamente al Joker. Él sabía lo que hacía, sabía que ya la tenía en la palma de su mano. Pero necesitaba probarlo. Finalmente cortó la poca distancia entre ellos con un desesperado beso que los dos parecían haber esperado desde hace mucho. Harley trataba de descubrir por qué se sentía diferente con él, había besado a muchos hombres antes, pero ningún beso se sentía como éste. Él cortó el beso y sonrió.

—Entonces, ¿podrías conseguirme algo que necesito para que los dos seamos libres de éste infierno? —Preguntó él rozando a propósito sus labios con los de Harley al hablar.

—Sí —respondió ella casi de inmediato, cegada por lo que acababa de ocurrir hace unos segundos. Luego se incorporó tratando de regular su respiración y se sentó en su silla nuevamente—. Quiero decir, ¿Qué es ese algo?

—Una ametralladora.

—¿Una ametralladora? -Preguntó abriendo sus ojos ante su petición.

El joker miró a Harley seriamente por unos segundos, los cuales se sintieron eternos para ella. Luego comenzó a reír, confundiendo bastante a Harley. Ella se encontraba tan perdida en el momento y en él, que aunque lo dudó, terminó aceptando.

Sin darse cuenta Harley se encontraba sumergida en sus pensamientos, pensando en una manera de poder conseguir el arma y una manera de poder salir de aquel asilo, juntos. El joker se encontraba mirándola con algo de admiración, también sumergido en sus pensamientos. La diferencia era que él sólo pensaba en que haría con Harley una vez que los dos salieran de allí. Puesto que, él estaba convencido de que ella terminaría sacándolo de ahí de alguna u otra manera. Y ahora que sabía que ella era ágil, tal vez la consideraría su secuaz.

Unos golpes en la puerta los sacó a los dos de sus pensamientos, haciendo que los dos dirigieran su mirada a ésta. Habían sido los guardianes, su sesión había llegado a su fin.

Desde ese momento me di cuenta que ahora le pertenecía, incluso si a veces dolía, lo hacía.

Mad love » Harley & JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora