Mad love » Harley & Joker

→Punish you

—Escucha, querida Harley, si vas a vivir aquí, deberás saber algunas cosas. Primero, el hombre de las fotos es Batman, ¿recuerdas que te hablé innumerables veces de él? —Harley asintió recordando todas las veces que él lo mencionó en sus sesiones.— Bueno, es mi peor enemigo y lo odio con toda mi existencia...

—¿Por qué, Mr. J? —Interrumpió Harley impaciente por saber la razón de todo el odio de su parte hacia él.

—Porque siempre está ahí, arruinando todos y cada una de mis grandiosas bromas al mundo... —Las manos del joker se formaron en puños, pero cuando miró a Harley a los ojos, se relajó.— Pero ahora que lo pienso, en realidad no lo odio... Somos como dos lados de una moneda, estamos igual de locos. Además, es divertido jugar con él.

—Entonces, todos estos planes son para intentar matarlo por... ¿Diversión? —Harley arqueó una ceja mientras sonreía divertida.

—Exactamente, cariño. —Él rió y se acercó más a ella—. Y segundo, yo mando aquí, si te pido que estés en la cama a las ocho, a las ocho ya estarás bajo las sabanas. Si te digo que bajes a comer a las tres, a las tres ya debes estar comiendo sin ningún pero, y si no lo haces, —Chasqueo su lengua varias veces—. Tendré que castigarte.

Harley abrió los ojos como platos al oír aquellas palabras. Había hecho lo que le decían toda su vida, volverlo a hacer ahora con él no le molestaría. Lo que no le parecía era lo que sucedería si no lo obedecía, tenía algo de miedo por lo que él era capaz de hacer. Asintió difícilmente y el joker al notar el miedo en sus ojos, rió por lo bajo y dejó un pequeño beso en su frente.

Él la guió a una de las pocas habitaciones que poseía la guarida y le dijo que sería su nueva habitación. Ella miró todo la habitación con admiración, era bastante grande para estar ubicada en una guarida tan pequeña. Rió como una niñita pequeña a la cual acababan de complacer con su muñeca favorita y corrió hasta estar en la cama, donde subió de un salto y comenzó a saltar mientras reía. El joker la miraba desde el marco de la puerta con una pequeña sonrisa, sólo podía pensar en lo mucho que se divertiría con ella a partir de ahora.