→Sucker for pain.

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Ha pasado un año desde que Harley entró a esta especie de cárcel para todos los que no cometían buenas acciones en Ciudad Gótica. En este año, ella ha aprendido bastantes cosas por su cuenta. La primera y más importante, la manipulación. Había logrado manipular a uno de los guardias para cuando ella tuviera ganas de jugar con él o simplemente para que en un futuro, fuera él el que la sacara de allí. Además, había conseguido gracias a él varias cuerdas en la celda para columpiarse con ellas y no estar tan aburrida. Esas nunca podían faltar en el ambiente donde Harley está. Y con respecto a Joker, ella no quería pensar demasiado en eso puesto que sabía que vendría en algún momento. Tarde o temprano, lo haría. Así que trataba de no desesperarse con ese tema y cada día que pasaba trataba de acostumbrarse lo menos posible.

Ahora ella se encontraba colgada de cabeza en las cuerdas de gimnasia, tratando de mantener todo el equilibrio aunque fuera algo demasiado fácil para ella. Su cabello ahora estaba realmente largo y sin los tonos azul y rojo de los lados, éste estaba extendido a lo largo de la distancia que la dividía del piso. Lo que le hizo pensar a Harley, al verlo, que tal vez debería volver a pintarlo alguna vez.

Siguió haciendo lo mismo repetidas veces hasta que sintió la presencia de alguien más en la habitación. Y sí, ahora la ubicación de Harley era una habitación relativamente grande, donde habían dos celdas que la encerraban. Una grande y una pequeña. Ella estaba en la pequeña. Esto se debía a las tantas veces que ella intentó escapar usando la fuerza contra los guardias o por todos los trucos que tenía. La habían cambiado de celda aproximadamente seis veces por lo mismo. Bajó de las cuerdas delicadamente y entre cerró los ojos tratando de reconocer aquella figura morena que caminaba por la habitación en la parte de arriba, donde había algo como un segundo piso.

-¿Eres el diablo? -Dijo Harley viendo como la figura seguía caminando. Luego se dio cuenta de que era una señora.

-Ya quisieras que fuera él -la señora ni siquiera movió sus facciones al hablar. Solo miraba a Harley mientras caminaba.

-¿Y qué quieres? -se sentó en el piso de la celda a mirar sus uñas, restándole importancia a su presencia.

Siguió mirando sus uñas, esperando una respuesta pero nunca llegó. Levantó la mirada sólo para ver que ya no estaba la señora. Se encogió de hombros levantándose para esperar su comida. Unos minutos más tarde las puertas se abrieron dejando ver a, por lo menos, ocho guardias posicionándose en las puertas y sólo uno que se acercó a Harley con su comida.

-Conseguí un pedazo de lasaña, no te puedo asegurar que sea de este año pero... Algo es algo, ¿No? -susurró el guardia, Tom, esperando que nadie más lo escuchara.

Harley miró la comida con asco, y luego a él.

-Sabes que puedes conseguirme algo mejor -se puso enfrente de los tubos de la celda y se acercó lo más que pudo a él.

-Lo sé, pero fue lo que pude conseguir esta vez -le extendió la comida y la miró hacer un puchero desde adentró- No hagas eso, sabes que pasa cuando lo haces.

Ella no le tomó importancia y se acercó un poco más sonriendo. Y entonces una gran corriente de electricidad en lo tubos de la celda la hizo caer de espaldas al piso.

-Lo siento, lo siento mucho, ten tu comida cariño -dejó su comida en el piso a su lado y se fue junto a los otros hombres.

Luego se levantó como pudo, aún sintiendo cosquilleo en sus manos y corrió hasta los tubos, dándose obviamente un fuerte golpe en la cabeza. Ya lo había intentado antes y seguía haciéndolo. A veces ella se describía a sí misma como una adicta al dolor, tal y como Joker la había llamado hace un tiempo, ya que siempre a pesar de todo el dolor que había obtenido, seguía yendo por más.

Mad love » Harley & JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora