Mad love » Harley & Joker

→Don't hurt me

Los días pasaban y Harley aún trataba de acostumbrarse a su nueva rutina. Ahora pasaba más tiempo sola que antes, puesto que el Joker estaba la mayoría del tiempo fuera haciendo dios sabrá qué, lo único que Harley sabía era que siempre volvía con manchas de sangre en su ropa y otras veces sólo llegaba riendo a carcajadas sin razón alguna. Cuando ella trataba de preguntarle que había estado haciendo, él la regañaba diciéndole que no era de su incumbencia y que se fuera a su habitación. Ahora tenía varias tiras de tela colgando del techo por petición de Harley, ya que quería columpiarse con ellas por toda la habitación. Era bueno para ella practicar sus habilidades de gimnasta. Eran las doce de la mañana y él aún no llegaba, ella comenzaba a sentirse aburrida y aislada de todo, por lo que decidió salir para ver si encontraba algo con lo que entretenerse. Miró entre el pasillo que dividía las habitaciones con la sala, pensando en si debería entrar al cuarto del Joker o no. Pero prefirió ir allí a estar mirando el techo de la sala sin nada interesante que hacer. Comenzó a husmear entre los muchos papeles que habían en la habitación del Joker, los cuales la mayoría eran planes. Los miró todos tratando de imaginárselos mentalmente como si de verdad estuvieran pasando,  tomándose la molestia de desechar los que creía que no funcionarían para nada.

La puerta se abrió de golpe, dejando ver a un Joker enojado y con el seño fruncido. Se acercó a ella agarrándola por el mentón bruscamente, obligándola a mirarlo a los ojos.

—¿Por qué no estabas durmiendo en tu habitación, Harleen? —Dijo con una voz extremadamente ronca. Harley intentó zafarse de su agarre pues éste estaba muy fuerte y comenzaba a dolerle, pero lo único que ganó fue que la fuerza de su agarre aumentara.

—Estaba aburrida y tú aún no llegabas, así que vine aquí  —murmuró, sintiendo como sus ojos examinaban los de ella como si quisiera ver más allá de ellos.

—Creo haberte dicho lo que pasaría si no hacías lo que yo quería, ¿Recuerdas? —Él la miró fijamente a sus azules ojos, ella asintió difícilmente.

—No hice nada malo, no tiene por qué lastimarme, Mr. J —murmuró nuevamente sintiendo como la piel de su mentón comenzaba a dormirse por toda la presión que aún ejercía.

Él se dedicó a mirarla por unos segundos, sabía que gracias a su agarre pronto tendría unas leves marcas en su rostro, y pensó que era suficiente puesto que realmente no había hecho nada malo. Retiró su mano de su mentón y la miró una vez más.

—Gracias —murmuró ella llevando una mano a donde antes estaba la suya para acariciarse. Efectivamente, tenía una notable marca roja que pronto se tornaría en un morado.

—¿Quieres dormir conmigo hoy? —Preguntó él después de un rato de estar mirando como ella se acariciaba la piel para aliviar el dolor. Ella levantó la mirada confundida.

—¿En serio? —Él asintió y ella sonrió a medias, volteándose para ir a acostarse en la cama.

—Será la primera vez que me acuesto con alguien sin haber hecho algo antes y estoy seguro de que también es la última.