Mad love » Harley & Joker

→Commissioner

-Usted es el siguiente, comisionado -informó la mujer de mediana edad detrás del escritorio.

Él asintió y le agradeció a la asistente, luego se levantó bufando, quería hacer esto lo antes posible para no tener que volver por lo menos en unos meses. Comenzó a caminar a través del pasillo con las diferentes habitaciones, hasta llegar a la puerta que decía "Doctor J". Abrió la puerta mientras suspiraba y cuando se volteó, logró ver a un hombre con bata blanca de espaldas.

-Tome asiento, lo atenderé en un segundo -murmuró aquel hombre, sin moverse de su lugar.

-Admito que odio demasiado estos chequeos, de no ser porque son necesarios en la policía, no estaría aquí -suspiró el comisionado sentándose en la silla especial para éste tipo de chequeos.

-Oh, vamos, comisionado, ¿Que puede ser más hermoso en éste horrible y miserable mundo... -se volteó finalmente, dejando ver esa colorida cabellera verde que esta vez parecía más resaltante- que una bella y enorme sonrisa?

-¿J-joker? -tartamudeó el comisionado, obviamente lo menos que se esperaba en estos momentos era su presencia.

Él rió fuertemente -Es bueno saber que aún me recuerdas -sonrió e hizo alguna seña a la puerta que el comisionado no pudo entender.

El comisionado intentó levantarse rápidamente de la silla, pero antes de que se diera cuenta, lo que parecía ser una bala estalló y lo atrapó en varias sogas.

-¿Qué? ¡¿Qué es esto?! -levantó un tanto la voz con la esperanza de que alguien lo escuchara.

La puerta del baño se abrió revelando a Harley sonriente con una bata igual a la del Joker encima de su traje de arlequín, con un arma entre sus manos que había sido la dueña de aquella supuesta bala.

-Mhmm, niño malo, sigue levantando la voz así y el Doctor J no te dará paletas al finalizar -sonrió con suficiencia y se acercó más a ellos.

-¿Quién demonios ere- -Él no pudo continuar hablando debido a que ahora tenía una gran bola de algodón en su boca, gracias a Harley.

Él comenzó a murmurar cosas mientras el Joker y Harley lo miraban estallando en carcajadas.

-Y bien, ¿Cual es su diagnóstico, doctor? -ella trató de imitar las voces agudas de las enfermeras, a lo que él rió.

-Pues, me temo que... -se escuchó el sonido de un taladro, y acto seguido él sacó un taladro de debajo de la silla -¡Tendremos que sacar todo!

Acercó el taladro al comisionado lo suficiente para que él pensara que era su fin, y entonces, como por arte de magia, Batman entra de golpe por la ventana del consultorio haciendo que los cristales se esparzan por toda la habitación. Joker bufo y alejó el taladro, pero no demasiado.

-Creo que llegas un poco temprano para tu cita, ¿No crees? -El Joker miró con rabia a Batman, quien se encontraba solo mirándolo seriamente. Batman pensó que se había librado de él cuando finalmente lo internaron en Arkham, pero ahora estaba nuevamente por las calles de ciudad gótica y no sabía como es que logró escapar.

-Fue una pista demasiado fácil -Batman lanzó los dientes de juguete, los hombres del Joker se habían encargado de llevarlo hasta él. Harley se mantenía en un rincón de la habitación, era la primera vez que veía a Batman en persona y ahora que lo recordaba, cuando estaba en universidad había escuchado hablar varias veces de él y de las veces que había salvado a ciudad gótica. -Creo que después de estar en ese asilo, comenzaste a perder tu toque -y entonces Harley decidió intervenir.

-Disculpe... -tocó el hombro de Batman un par de veces, éste se volteó para mirarla mejor, era demasiado alto para ella y su voz era casi igual de gruesa que la del Joker -Pero los dientes fueron idea mía, al igual que esto -sonrió ampliamente y tomó la manguera que expulsaba gas, para luego girar la manilla y que el gas saliera directamente a la cara de Batman.

Al recibir el humo del gas, Batman cayó de rodillas al piso luchando por poder respirar y tosiendo. Harley rió, pero Joker ahora estaba realmente molesto. Se acercó a ella tomándola por el cabello fuertemente, ocasionando que Harley soltara un grito de dolor.

-¡Yo digo el final de mis bromas! ¿Entendiste, Harleen? -ella asintió sólo para que él dejara de jalar su cabello tan fuertemente pues comenzaba a doler. Él la soltó y ella se acarició para saciar el dolor.