Daelyn POV:
―Buenos días ―saludé, en cuanto el castaño hizo su aparición en la cocina. Su cabello despeinado y su rostro dejaban ver el mal estado en el cual el alcohol y quien sabe que otras substancias le dejaban―. ¿Quieres desayunar?
―No me hables ―su ronca voz me puso los pelos de punta―. Necesito una pastilla; la cabeza me va a reventar.
Sin decir nada más me dirigí al armario de la cocina, abriéndolo de par en par. Estiré mi brazo hasta que alcancé las pastillas en el tercer estante; siempre las ponía allí, por si acaso.
―Toma, que te aprovechen ―se las tiré a la mesa, obteniendo un gruñido de su parte. Suspiré, retirando una de las sillas de la mesa para sentarme en el lado opuesto a él―. ¿Vas a volverte a ir? ―pregunté, sirviéndole una taza de café.
―¿Crees que me quedaría en esta casa? Tengo mejores cosas que hacer.
―Jin... Vayamos de nuevo a la consulta de la señora Lee. Por favor, lo necesitas...
―No necesito a una estúpida psicóloga.
―Pero yo te necesito; Joy te necesita... ―murmuré, atreviéndome a mirarle directamente a los ojos.
―Dame un vaso de agua ―dijo, evadiendo el tema.
Si bien Jin nunca quería hablar sobre ello, comprendía mejor las cosas cuando estaba de resaca. Cuando el alcohol no recorría sus venas era un chico normal ―que me odiaba y tenía mal humor― pero era más tranquilo que cuando se encontraba ebrio. Desgraciadamente, su lado agresivo salía a la luz cada vez que sus labios entraban en contacto con aquella substancia que él tanto amaba.
Me levanté para buscar lo que Jin había pedido pero, de repente, el sonido del timbre me sobresaltó. ¿No podría haber sido capaz de venir, verdad? Dejé el vaso que tenía entre mis manos sobre la encimera y me apresuré a llegar a la entrada, comprobando que Jin seguía sentado en la mesa, aunque mirándome fijamente.
―Buenos días, he traído el desayuno ―un Ashton sonriente apareció por la puerta.
Sí, había sido capaz.
Ashton POV:
―Sobre lo de venir a mi casa... No creo que sea buena idea que vengas, Ashton; lo siento ―su voz sonaba extraña desde la otra línea; nerviosa, quizás.
―Pero, ¿Por qué? ¿Ha pasado algo? ―pregunté, sujetando entre mi cuello y mi hombro el teléfono mientras me ataba los cordones de las Vans a la vez.
―Me encuentro mal; no quiero pegarte ningún resfriado, así que ya nos veremos en otra ocasión.
Daelyn había dejado mi mente con muchas dudas por resolver cuando me llamó por la mañana, explicándome por qué no debería ir a visitarla. ¿La razón? Según ella es porqué estaba enferma. No quería quedarme con la duda, así que pedí un taxi en cuanto estuve listo para salir, dándole al conductor la dirección que la castaña me había enviado el día anterior.
Al llegar al lugar pude ver como la casa no era muy grande, tenía un pequeño patio delantero con alguna que otra flor plantada. Pagué al taxista y me bajé del vehículo, andando hasta la puerta. Toqué al timbre un par de veces. Todo estaba en silencio hasta que unos pasos se escucharon.
La puerta se abrió, dejando ver a Daelyn vestido con un pijama. Elevé mi brazo, mostrándole una bolsa donde llevaba una caja de Donuts. Nada como algo dulce para mejorar un día de invierno con resfriado.
―Buenos días, he traído el desayuno ―sonreí.
―Hola ―saludó, girando su cabeza hacia el interior de la vivienda. Volvió a girarse a los segundos, suspirando―. Te había dicho que no vinieras, Ashton; vete, por favor.
ESTÁS LEYENDO
Twins 2 » Luke Hemmings [cancelada; con final]
FanficEl mundo es un lugar imperfecto porque las personas que lo habitan lo son. Daelyn Jones era consciente de ello; ella también era imperfecta... era una chica de veinticuatro años que había perdido el rumbo de su vida. Su alma estaba rota, y no había...