Hacha esperaba a Javier en una habitación intima. Estaba decorada con finas telas con bordados dorados, con mucha gasa por todas partes. En medio había una mesita con una cachimba, rodeada por almohadas.
La joven mujer se había arreglado más que en aquella mañana: llevaba un vestido con un gran escote abierto, con mangas semitransparentes, con aires orientales. Llevaba su pelo corto suelto.
—Bienvenido Javier, ¿quieres fumar?—preguntó ofreciéndole asiento y de la pipa.
El chico asintió y tomó una calada.
—Gracias Hacha—dijo sonrojado.
—Llámame Maika—respondió ella tocándole el brazo—.No me ha gustado la actitud de tus amiguitas, se nota que no te valoran.
Javi asintió.
—No me valoran en absoluto, si tú supieras lo que me hacían...—dijo dejando la frase en el aire.
Hacha se mordió el labio, alegre.
— ¿Que te hacían?
—Era su esclavo, incluso me marcaron—dijo enseñándole la marca que le hicieron hacía unos meses—.Eran unos tiranos, mataron a una buena amiga mía. Ahora la mitad de su grupo ha muerto.
La joven alzó la ceja.
—Interesante—sonrió levemente—, ¿te gustaría separarte de ellas?
Javi se lo pensó.
—Creo que sí, pero...
—Yo te ayudaré—le interrumpió—.Dejarás el Cuna de Piojos y vendrás aquí al palacio a vivir conmigo.
Eso fue la mayor alegría que Javier pudiera haber escuchado, ni es sus mejores sueños hubiera pensado algo tan hermoso.
— ¡Sí!
De repente, Hacha se puso triste.
—Pero hay un problema—dijo triste—.Ni Vosh ni Minho querrán que vivamos los dos juntos.
— ¿Por qué?—preguntó.
Hacha se llevó la mano a la cabeza dramáticamente, como si fuera un pesar.
—La única solución es que acabemos con ellos—se levantó corriendo y sacó una daga de entre los cojines, entregándosela a Javier con mucho cuidado—.Esta noche hay reunión del consejo. Vosh siempre acostumbra a llegar más temprano, le esperarás entre las sombras y le cortarás el cuello. Luego llegaremos Minho y yo, así no podrán culparme.
Javi cogió la daga no muy seguro. Tenía en la empuñadura el dibujo de un dragón, justo como el tatuaje del brazo de Hacha.
—Yo no sé si podré hacerlo. Además, matar a Vosh... él nos ha acogido.
Hacha se puso a llorar.
— ¿Es que no quieres que seamos felices?—preguntó mientras lloraba.
Javi asintió rápidamente.
— ¡Si, si!
Hacha sonrió malévolamente.
—Pues ya sabes lo que tienes que hacer.
***
Estaba cayendo el sol en la Ciudad Esperanza. Marta no había vuelto a la Cuna de Piojos, sino que se había quedado curioseando por el palacio y actualmente se encontraba en el jardín.
De pronto vio a Minho, uno de los tres regente, que paseaba leyendo unos papeles seguido por algunos chambelanes. Se estaba acercando a ella, así que tenía que hacer algo o seguro que la echaban de allí. Se puso como una bella dama a oler unas rosas que había al lado suyo.
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Elisian: Ciudad Esperanza
Science FictionDespués de la huida a manos de Janson, el grupo se encuentra con las ruinas de lo que fue la antigua ciudad de Toledo, convertida ahora en una nueva esperanza para todos los supervivientes. Pero no tardará mucho tiempo para que la paz que la ciudad...