Capitulo 5: Verde intenso

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Abrió los ojos con lentitud debido a la luz que se filtraba por sus ojos, se volteo para encontrar a la ventana y lo que vio fue algo mucho más hermoso que eso: ella con su delicadeza descansado, ella soltó un ligero y tierno quejido al sentir la ...

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Abrió los ojos con lentitud debido a la luz que se filtraba por sus ojos, se volteo para encontrar a la ventana y lo que vio fue algo mucho más hermoso que eso: ella con su delicadeza descansado, ella soltó un ligero y tierno quejido al sentir la luz sobre sus ojos.

Poco a poco ella también los fue abriendo...

En cuanto lo vio la chica trato de despegarse de el ¿Cómo es que terminó en la misma cama? Diablos ¿Cómo es que con el paso del tiempo solo se había vuelto más endemoniadamente atractivo?

-Tranquila mi lady, toda la noche estuviste con tu transformación, no pasó nada entre nosotros.- musitó para calmar a la azabache que tenía sus ojos azules asustados. -Te lo juro.- y no supo porque, pero esos ojos verdes intenso solo le brindaban confianza.

-Chat, yo no debería estar aquí.- inquirió bajito. Algo dentro de Adrien se quebró.

-Bien, pues te podrás ir pero solo en cuanto comas. Te ves muy delgada.- soltó con algo de preocupación y ánimos. Escucho tocar la puerta.- Ordene servicio a la habitación. En cuanto quieras puedes ir al comedor, voy a estar allá.- y salió de la recámara.

Una vez sola tomó aire, hacía mucho que no descansaba tan bien ¿Estaba mal sentirse en las nubes con un hombre que no era su prometido? Si, y la culpabilidad hacia un gran pesar en su corazón pero es que no podía evitarlo: su sonrisa, sus ojos, su cabello, tantos recuerdos compartidos. Lo resultaba imposible creer que se había vuelto a enamorar tan rápido, en solo dos días el ya había logrado sobrepasar lo que a Hanzel le tomó años.

Acarició su cabello ondulado sintiendo un leve cosquilleo en todo su cuerpo. En un segundo el recuerdo del último análisis a su madre la atacó, una lágrima amenazaba con escapar pero... simplemente no podía llorar, Chat ya la había socorrido y ya se había liberado por completo. Una sonrisa en su rostro se dibujó sin poder evitarlo al recordar con quien pasó esta noche.

No le seguía gustando ¿O sí?

Mientras Chat estaba a punto de comer lo que había pedido en la otra habitación. Todo se veía delicioso: una sopa de fideos, pasteles de chocolate, pasta, y jugosos cortes de carne.

-¡Ladybug deberías venir, esto se ve delicioso!- gritó a la chica para que se apurara.- Es en serio cuando te digo que...- su frase se vio interrumpida al verla salir, su cabello ya más largo se extendía por sus hombros, sus ojos algo inchados por la reciente siesta hacían que ese azul de su iris se viera como el mismo mar reflejando el azul del cielo, sus labios más gruesos y tiernos. Dios, era más que perfecta y no lo podía soportar. -Tengo hambre.- pronunció con dificultad pasando saliva con la mirada perdida en la chica. Ella se sonrojó por el comentario.- Di-di-digo, me refiero a la comida.- río nervioso.

Marinette sintió un extraño sentimiento naciendo en su estómago. Sumamente tierno y bello. Se acomodó un mechón atrás de su oreja.

-Bien Chat, pero después de esto me tengo que ir. D'accord?-preguntó a su gatito. Espera ¿En serio lo llamo "su gatito" en su mente?

-Claro.- señaló Chat feliz comiéndose un trozo de carne. -Siempre y cuando nos veamos hoy, a la misma hora que ayer. Bueno, sin contar el retraso de una hora.

-No puedo, entiende que ya los dos tenemos nuestras propias vidas. Debemos continuar con ellas, yo solo vine aquí por unos días. En cuanto termine mis asuntos me iré de aquí y ya no nos volveremos a ver, continuar con esto solo nos dejara heridos.- pronunció antes de dar su primer bocado de pasta. Chat sintió enojo recorriendo todo su cuerpo.

-No Ladybug.- soltó dejando sus cubiertos en la mesa. -No permitiré que me dejes otra vez. Déjame convencerte de quedarte Ladybug, o si tienes una vida allá déjame ir contigo pero no me dejes. Ahora que has vuelto puedo ver mejor que nunca la falta que me has hecho, no te imaginas lo grises que mis días se volvieron sin ti. Ladybug eras la razón de mis sonrisas cada mañana y el día que te fuiste...- volteo hacia bajo nostálgico.- intente buscar otra razón por la cual sonreír pero eso solo me hacía sentir un hipócrita.- alzo la vista hacia ella. -Te fuiste y me dejaste con todo: tu sonrisa, tus pucheros, tu fragancia plasmada en mi nariz, tu hermosa risa, mi amor por ti, nuestras batallas, tu recuerdo. Pero te llevaste lo que único que yo necesitaba: tu presencia. Ladybug quizás no te imagines todo lo que significas para mí y por desgracia no te lo puedo explicar porque esto no tiene palabras, pero déjame demostrártelo; permíteme volver a ser tu gatito y permanecer a tu lado.- el joven ya se había parado para hincarse frente a su lady.

En ese momento ella deseo decirle que ya estaba comprometida pero se había hecho una promesa: jamás destrozar el corazón de su leal compañero aunque él ya lo hubiera hecho. Suspiro, sabía qué decirle que no realmente no serviría de nada. Un mes, solo eso hasta que se recuperará su madre. De seguro para ese entonces su nueva actitud ya lo habrá fastidiado y la fiebre por ella se terminaría, aunque eso solo la dejara más lastimada. Lo haría por el.

-Esta bien mi gatito pero prométeme que si en algún momento te sientes cansado de mí o inconforme con tu decisión me lo dirás. Lo que menos quiero es causar molestia.- sus ojos verde intenso brillaron en ese momento ¿Podía ser su lady más maravillosa?

En un momento lo comprobó, él se pego a sus labios sin siquiera pedírselo. Esa salsa boloñesa en sus labios simplemente la hacía más apetecible de lo que ya era. Ella no se inhibía, lo recibía y le permitía ingresar con una facilidad asombrosa. Cada vez que sentía esos tiernos roces solo le hacía notar cuanto la había anhelado y es que, no podía ser de otra manera, ella era su bichito y el su gatito, de nadie más, solo se pertenecía uno al otro.

La química entre ellos era tan electrizante como para causar un corto circuito. Las risas entre ellos fluían mejor el agua, las chispas de alegría brotaban de la nada. Se amaban y así debía ser sin que nadie interfiriera.

Marinette en ciertos instantes no podía evitar pensar que le estaba siendo infiel a Hanzel pero dentro de unos cuantos meses dormiría todas las noches a lado de aquel pelinegro y todo esto solo se trataría de un sueño. Un mágico y hermoso sueño en donde -a pesar de los problemas- quería vivir toda una eternidad.

¿Era tan malo querer renunciar a todo por la sonrisa de un chico que la había rechazado?

....
Lamentó la tardanza. Estaba con mis otros proyectos.
😌😌😌

Besos bajo cielo parisino //Ladynoir // TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora