Y sin duda ella ya había elegido a su chico ideal. Cansada del más reciente rechazo del modelo Adrien Agreste, Marinette decide darle una oportunidad a ese gato que siempre la elogió desde el momento que se conocieron.
Una tarde ella descubre que Ch...
Multimedia: Ya me enteré - Reik (A petición de mis Luckys)
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[El amor, oh el amor. Sus extrañas jugadas nos capturan como olas del mar, nos revuelcan y nos asfixian; pocos son los que vuelven a encontrar el aire.
Oh bello, extraño e irónico amor. No sé por qué razón te he dedicado tantas palabras si aún sigo sin comprenderte. No eres como los libros lo narran, no eres como Shakespeare me lo explicaba, ni como Francisco de Quevedo en su poema Polvos de amor me dejaba plasmado.
Oh afamado amor, explícame, te lo ruego de rodillas con lágrimas hasta el tope ¿Que eres tú? ¿Acaso eres las cadenas que me atan a la voluntad de esa persona? ¿Eres un colibrí que se dedica a absorber cada sentimiento que habita en mi? ¿Tan siquiera eres real?
Y si no lo eres, dime ¿Por que me haces sufrir así? ¿Por qué me dejaste que se lo entregara todo para luego arrebatármela? ¿Por qué sí todo eso paso no me siento arrepentido? Quiero volver a ser normal, quiero saber cómo era antes mi vida de no haberla conocido.
Prefiero sentir el vacío inmenso antes de su presencia en mi vida, a esta agónica y mortal soledad que me consume después de su partida.
Dime Amor ¿Cómo comprenderte? Eres cruel, egoísta, malhechor. Me dejaste sin nada más que este amor que aún siento por ella ¿Y así te haces llamar bondadoso? No eres más que el sentimiento más maligno de todos. Quiero que mis lágrimas no lleven tu nombre, quiero que mi mente la olvide a ella.
¿Por qué se fue? ¿Qué acaso nuestro amor no era real? ¿Por qué sí tanto nos amamos ella me dejo aquí muriéndome por esta soledad? Quisiera, verla una vez más. Escucharla reír, ver sus ojos brillar, sentir sus labios en mi piel. Quiero que vuelva.
Adrien Agreste 1er año desde la desaparición de Ladybug.]
[Hanzel caminaba tranquilo por la ciudad, escuchando el bullicio eterno de la ciudad. Caminaba hacia el edificio donde vivía aquella azabache que la traía como loco. Tomó aire, no quería llegar así, quería llevarle un lindo regalo.
-Señor, señor.- escucho gritar al hombre del puesto de revistas y libros.- Compre el periódico de hoy, le veo ganas de leerlo.- guiño tratando de persuadir para que lo hiciera. Era comprensible, ya casi nadie lee el periódico en una ciudad tan avanzada como Nueva York. Lo recibió sin mucha gana, pero a diferencia de lo que esperaba, la primera plana llamo realmente su atención.
París recuerda por séptimo año a su heroína.
Pero no era tanto el título el que le llamaba su atención, si no la fotografía. Claramente se trataba de la tan afamada Ladybug de la que ya alguna vez había escuchado su nombre, pero realmente nunca le importó saber cómo era, hasta ahora. Su cabello era azabache como el último manto azul que llega a cubrir el cielo antes de que se torne negro en la noche, y sus ojos con distintos tonos de azul resplandecientes tal océano del Caribe. Era innegable, tenía que ser ella.
